La fiesta y la economía pasan a segundo plano, la salud primero. Los Alcaldes manifiestan enorme preocupación por el denominado cuarto pico de la pandemia proyectado para finales de enero y principios de febrero.
Debido a los incrementos de casos positivos por la COVID-19, datos brindados por la Secretaría de Salud departamental, las administraciones anunciaron a través de comunicados oficiales, que en ninguno de estos dos municipios se realizarán las típicas festividades de comienzo de año.
El alcalde Fabio Arévalo, anunció que Garagoa aplaza sus tradicionales ferias y fiestas en honor a la Virgen de la Candelaria, «ante el aumento acelerado de casos COVID-19 […] y el pronóstico de un cuarto pico de pandemia con una alta ocupación de camas UCI proyectado para finales de enero y principios de febrero». Buscarán reprogramarlas garantizando la salud y la economía del municipio.
En Moniquirá el Festival del Verano previsto del 7 al 10 de enero, fue cancelado también por los mismo motivos expuestos en el párrafo de arriba, dice el comunicado «en el Hospital Regional de Moniquirá se registran 27 pacientes con esta enfermedad, una ocupación hospitalaria del 124 % y una ocupación de UCI del 47 %».
De este mismo modo, Yesid Soto, alcalde de Tuta, solicitó cancelar las fiestas que tenían programadas para este 15 y 16 de enero. Aseguró que para estas festividades tenían presupuestados 300 millones de pesos, que ahora destinarán a otras necesidades del municipio.