Por| Jacinto Pineda Jiménez, Director grupo de investigación GRIMAP – ESAP
La ruta libertadora es la réplica de esa Colombia que ha construido una de las historias de inequidad, desigualdad y disparidad territorial más preocupantes en el mundo. Hoy se pretende pagar la deuda histórica en cómodas cuotas a municipios con un gran rezago en su desarrollo
En la medida que se camina por la ruta libertadora desde Paya a Ventaquemada, dentro de los municipios pertenecientes a Boyacá, se transita del rezago en el desarrollo, y por lo tanto condiciones de indignidad para sus gentes, a entes territoriales robustos y con mejores posibilidades. La ruta libertadora es la imagen de esa Colombia que ha crecido y construido una de las historias de inequidad, desigualdad y disparidad territorial más preocupantes en el mundo. Es cierto que hay ingentes esfuerzos en los últimos gobiernos departamentales por saldar la cuenta, pero aún el Estado permanece indolente. Hoy con motivo del Bicentenario vuelve a asomarse a los municipios con más proyectos que respuestas, a pagar por cuotas una deuda histórica acumulada en medio del abandono, la desidia y la violencia de varios gobiernos.
De los diez municipios más pobres del departamento, según el índice de necesidades básicas (NBI), cinco corresponden a la ruta, en su orden: Paya, Pisba, Socotá, Labranzagrande y Betéitiva. En el gráfico uno se muestra la tendencia de los NBI de la ruta, en la cual es evidente que de Paya a Ventaquemada se transita de la pobreza a mejores condiciones. Los municipios más afectados son los de la provincia de La Libertad, ubicados en un escenario marcado por la violencia con multiplicidad de actores que pasan desde conquistadores, colonizadores hasta guerrilleros y paramilitares en tiempos recientes.
Gráfico Uno
Otra variable asociada al rezago en el desarrollo es el de la densidad poblacional, expresada en habitantes por kilómetro cuadrado. Advierto que no necesariamente la relación entre las dos variables determine la pobreza, pero me refiero a la dinámica demográfica del departamento a través de la cual es evidente que aquellos municipios que tienen cabeceras pequeñas y densidad poblacional baja (menos de 50 hab/km2) son los de mayor rezago en el desarrollo de Boyacá y Colombia. En el país, dentro de esta categoría, hay 318 municipios, de los cuales Betéitiva Labranzagrande, Paya, Pisba, Socotá, Tasco y Tutazá,son de la ruta. El mayor desafío es el abastecimiento de bienes y la prestación de servicios públicos a poblaciones dispersas geográficamente y con densidades menores a 20 hab/km2. Volvemos al mismo sendero cuando se observa la figura dos donde se excluyó Tunja que tiene una densidad de 1,668 hab/km2.
Gráfico dos
Los municipios de la ruta libertadora más afectados en su desarrollo se registran en el cuadro uno, sobre un análisis de cinco variables. Al respecto ya se mencionó el NBI y la densidad poblacional, resta decir cómo de los siete municipios, tres cuentan con una población menor a 2,000 habitantes, en un proceso de despoblamiento consecuencia de las condiciones económicas y de violencia. Se suma el desempeño municipal, (Índice de desarrollo municipal) donde tres municipios están en una situación de vulnerabilidad con un indicador menor a 50 puntos. Es clara la relación entre el desempeño municipal y las condiciones de pobreza, dados los contextos que atraviesan.
Cuadro uno
En el Bicentenario de la ruta libertadora tenemos muchos motivos para conmemorar y desde luego bastante análisis sobre lo que somos a partir de lo que fuimos y seremos. Sin embargo, hay una población que pese a los esfuerzos e intervenciones públicas del presente aún es indignante la situación de abandono en la que viven. Bicentenario con rostro humano es el que necesitamos.