Por | Edilberto Rodríguez Araújo- Profesor investigador, integrante del grupo OIKOS de la UPTC
En lo transcurrido de este año, el mercado laboral ha tendido a acoplarse a la recuperación de la economía después de la dramática contracción registrada en la pandemia. De allí la baja tasa de desempleo observada en marzo de este año: 10 por ciento (2 puntos porcentuales por debajo de igual mes de 2022), que contrasta con el peor desempeño que tuvo el mercado de trabajo en mayo de 2020, cuando este indicador fue de 22 por ciento.
Como se recordará en ese mes 4,6 millones de colombianos carecían de empleo. Hoy la desocupación restableció un nivel histórico que lo sitúa en 2,5 millones de personas. A pesar de esta mejoría persiste la brecha entre desempleo femenino y desempleo masculino. En marzo pasado fueron de 12,9 y 7,9 respectivamente.
En el periodo trimestral de enero-marzo de 2023 con respecto al mismo intervalo de 2022 se crearon 821.000 empleos, siendo el comercio, la industria manufacturera, la administración pública y actividades profesionales, los sectores que mayores puestos de trabajo generaron, destacándose los obreros y trabajadores por cuenta propia como las categorías ocupacionales más importantes.
Quizás lo que opaca estos relativos logros es la resistencia de la informalidad, -que bordea el 58 por ciento-, a ceder, a la par que el aumento de la población inactiva o por fuera de la fuerza laboral, que supera los 14,2 millones de personas, conformada, principalmente, por actividades asociadas con la economía del hogar, -un poco más del 55 por ciento-, estudiantes, rentistas y pensionados.
Llama la atención, que no obstante los pronósticos moderados sobre el comportamiento de la economía en este año, los indicadores del mercado laboral muestran una visible mejoría, comoquiera que, por ejemplo, entre enero y marzo de este año se crearon 1,2 millones de empleos, en tanto que 871.000 colombianos abandonaron su condición de desempleados.
Al examinar lo acontecido en Tunja, se encuentra, que tal como ocurrió en Colombia, pero con mayor severidad, los dos años más críticos del periodo pandémico fueron 2020 y 2021, mientras que el año pasado, jalonado por la reactivación económica, se produjo un repunte del empleo y el repliegue de la desocupación. En 2023 la senda de la normalización laboral se acentuó.
Ahora bien, este comportamiento cíclico del mercado del trabajo se reflejó en una trayectoria inversa entre empleo y desempleo, en Colombia y en Tunja, mostrando que en el periodo 2020-2021 se perdieron 685.000 puestos de trabajo en el país, en línea con los 3.000 empleos que se esfumaron por la pandemia en Tunja. De otra parte, mientras el número de desocupados alcanzó las 654.000 personas en Colombia, Tunja presenció un aumento de 4.000 desocupados más.
Los últimos dos años evidencian un reacoplamiento del mercado laboral; sin embargo, la menor presión sobre este podría obedecer a una elevación de la población fuera de la fuerza laboral y de los subempleados o subocupados, que manifiestan su insatisfacción por la calidad del trabajo que desempeñan.
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