El tema ha cobrado mayor importancia por estos días de enfrentamientos entre guaqueros y multinacionales titulares de títulos mineros de explotación de esmeraldas.
El occidente de Boyacá está viviendo un clima de tensión que desde hace tiempo no se sentía en la región. El conflicto se ha acrecentado por un detalle que parecería mínimo, pero no lo es: el uso que se da a los residuos de la actividad minera.
El tema estuvo en boca de los participantes de la sesión descentralizada de la Comisión V de la Cámara de Representantes que se realizó este viernes en Tunja. Representantes mineros y mandatarios locales pidieron a las entidades hacer claridad sobre este aspecto.
Herman Amaya, director de Corpoboyacá, explicó cómo se regula esta actividad, aclarando en primera medida que las corporaciones no tienen nada que ver con tal prohibición. “Ninguna corporación prohíbe el lavado de la tierra”, dijo en el comienzo de su intervención
“Es una actividad que está avalada siempre y cuando esté contemplada dentro del licenciamiento minero. Quien autoriza el lavado de la tierra es el título minero. Se dice que Corpoboyacá no permite el lavado de la tierra fuera de la empresa, pero eso es falso. Cualquier empresa puede lavar sus estériles dentro o fuera de la compañía siempre y cuando su plan de manejo lo contemple”, agregó Amaya.
Claro que para el caso de la esmeralda el panorama es difuso, pues no hay reglamentación específica para el uso de estériles de la minería esmeraldífera como si existe por ejemplo en la del oro.
