En el reciente encuentro llevado a cabo en Duitama e impulsado por la gobernación de Boyacá, por medio de la Oficina para la Paz y el Diálogo Social, sobre la situación de los habitantes de los páramos en el departamento, a quienes cada vez más se les restringen las posibilidades de sus actividades económicas, EL DIARIO dialogó con José Tiberio Aldana, un campesino de Socotá que plantea su situación, y la de cientos de familias como la suya, ante las decisiones del gobierno que se encaminan a limitar al máximo la actividad en zonas ecológicas estratégicas.
José Tiberio afirma que lo que ellos quieren, como ocupantes de los páramos por tantos años, es que el gobierno les permita vivir dignamente, que les compensen sus tierras, que los reubiquen debidamente o que les paguen una remuneración adecuada para poder vivir con sus familias, si no pueden extraer su sustento de las actividades del páramo.
Advierte este agricultor que si se hace efectiva la compra de la tierra del páramo, esta se dedique realmente a la conservación del territorio y el ecosistema y no resulte en manos de la industria del turismo y de otros intereses.
En cuanto a la reubicación, Aldana piensa que lo que no van a aceptar es que les digan que se dediquen a desarrollar “otros proyectos”, porque ya tienen la experiencia de que tales “proyectos” son apoyados uno o dos años y después nadie responde, dejando a los que se involucran en peor situación.
En la zona de páramo por el lado de Socotá y Socha se calcula que viven unas 600 o 700 familias que deberían tener una propuesta clara, digna y duradera para abandonar sus tierras o cambiar de labor para liberar el uso del páramo y dejarlo solo como zona de conservación.
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