Más de 4.000 hectáreas de tierras, en donde entrenaron a los primeros paramilitares en el Magdalena Medio, pasarán a manos campesinas. La Hacienda La Fe, en las que el mercenario israelí Yair Klein entrenó a los hermanos Castaño y a los primeros grupos paramilitares, será entregada a 62 familias campesinas en el Magdalena Medio. Son más de 4.000 hectáreas que beneficiarán a un total de 310 familias y se suman a la Reforma Agraria en el Magdalena Medio.
Se trata de 17 predios que pasarán a 310 familias, quienes esperaron más de 40 años para ser reparadas de las más crueles acciones del paramilitarismo en el municipio de Puerto Boyacá, corazón del Magdalena Medio, que fuera cuna y epicentro del paramilitarismo en Colombia. El Gobierno de Gustavo Petro, a través de la Agencia Nacional de Tierras —ANT—, comenzó a escribir una nueva historia para estas familias campesinas.
Durante los años 90 del Siglo XX y primera década del Siglo XXI, desde Puerto Boyacá se irradió al Magdalena Medio y a todo el país el modelo paramilitar, una alianza entre narcotraficantes, terratenientes, políticos, miembros de las Fuerzas Militares y civiles.
Los predios, que alguna vez fueron escenario del conflicto armado, donde se creó una alianza entre Pablo Escobar del cartel de Medellín y Gonzalo Rodríguez Gacha, ‘El Mexicano’, para asesinar y desplazar a miles de campesinos y robar sus tierras, y donde el mercenario israelí Yair Klein entrenó a los primeros paramilitares, ahora regresan a manos campesinas como un acto de reparación, justicia histórica y transformación territorial, impulsado por la Reforma Agraria.
Juan Felipe Harman, director de la Agencia Nacional de Tierras, confirmó que “estamos recuperando más de 4.000 hectáreas de tierra que ya fueron comprometidas y adquiridas por la Agencia Nacional de Tierras, y van a pasar a manos de campesinas y campesinos”.
De las más de 4.000 hectáreas, más 3.900 fueron recuperadas mediante aprehensión material de predios administrados por la Sociedad de Activos Especiales (SAE), y más de 200 hectáreas a través del convenio con el Fondo para la Reparación de las Víctimas. El Gobierno ahora es garante de derechos, devolviendo la tierra a quienes históricamente la han trabajado y defendido.
Mirta López, representante legal de la Asociación Regional de Cacaocultores del Magdalena, organización que será favorecida con la entrega de tierras, calificó estas recuperaciones como una victoria para el campesinado. “En Puerto Boyacá, el 70 % de la economía rural depende de tierras baldías del Estado, que en su momento estuvieron en manos de narcotraficantes y terratenientes que nos despojaron por la fuerza. Pero por fin, vamos a recibir los títulos y podremos trabajar con dedicación en nuestras propias tierras. Este es el Gobierno del campo, y estamos viendo que es una realidad”, expresó.
Este acto representa mucho más que la entrega de tierras: es una reparación en una región que alguna vez fue conocida como “la capital antisubversiva de Colombia”. Hoy, con el trabajo institucional y el empuje campesino, Puerto Boyacá (Boyacá) se encamina a ser reconocida como la capital de la Reforma Agraria.
“Recuperamos a Cimitarra, Puerto Berrío, y ahora estamos en Puerto Boyacá porque el Magdalena Medio es una región priorizada para la Reforma Agraria, nunca más territorio paramilitar”, expresó Harman.
Un caso emblemático: Hacienda La Fe
De los 17 predios recuperados se destaca la Hacienda La Fe, en la que 346 hectáreas pasarán a manos de 62 familias campesinas organizadas en tres asociaciones. Este lugar tiene un valor histórico y simbólico profundo, pues allí el israelí Yair Klein entrenó a los hermanos Castaño y a los primeros grupos paramilitares, financiados por Rodríguez Gacha. Hoy, esas tierras cambian de rumbo: dejan de ser escenario de guerra para convertirse en espacio de paz, vida, producción y esperanza.
Otras fincas que eran de exparas y exnarcos
Adicionalmente, la Agencia Nacional de Tierras recuperó predios como Alto Bonito, Parte de Ojo de Agua y La Herradura, que pertenecieron a Daniel Rendón, alias ‘Don Mario’, exjefe de las AUC.
La máxima autoridad de tierras también aprehendió la Hacienda Bombay de 640 hectáreas, la cual perteneció a Pedro German Ariza Quintero, implicado en lavado de dinero y rebelión (vinculado con el Frente 47 de las FARC).
El caso de la Hacienda Apulia, es la muestra de que los bienes entregados alguna vez por los narcotraficantes seguían años después en manos de sus familiares, puesto que 101 hectáreas estaban ocupadas por Walter Ochoa Guisao, hijo adoptivo del exjefe paramilitar Ramón Isaza.
Cabe destacar que muchas fincas, que fueron empleadas para almacenar droga y como rutas de salida hacia otras zonas del país y al exterior, hoy se convierten en territorios de paz. Antes en manos de poderosos y narcotraficantes, hoy en manos de quienes la trabajan. La Reforma Agraria es un triunfo para la igualdad y la justicia social.