El desmedido volumen de importaciones de leche en polvo tiene al borde de la quiebra a más de 80 mil productores de leche en Boyacá.
Como si no fueran suficientes los devastadores efectos que está generando la pandemia del COVID-19, con el aumento del desempleo y la reducción del consumo de los hogares, los productores de leche en Boyacá tienen una preocupación adicional, el incesante ingreso de leche en polvo.
Son cerca de 82 mil productores los que hoy ven con desesperanza los meses venideros, pues los altos volúmenes de importaciones de leche en polvo son la condena de muerte a un sector productivo que ya venía gravemente herido.
Se calcula que en Boyacá se producen cerca de 2,2 millones de litros de leche al día, que en los últimos tiempos se ha quedado en las cantinas o ha tenido que se regalada o botada por la falta de espacios de comercialización, así como la insana competencia contra un producto de importación que ofrece precios mucho más bajos.
Las cifras no son del todo concretas, pero se especula que ni siquiera el 50% de la producción nacional llega a las estanterías para la venta a los hogares colombianos. Para los primeros días de 2021 Fedegán dio a conocer que se importaron casi 9.500 toneladas de leche en polvo desde los Estados Unidos.
Tan alarmante es la situación que se estima que en los primeros cinco días de vigencia a las importaciones de leche en polvo sin ningún tipo de arancel, proveniente de los Estados Unidos, alcanzaron a copar el 73% de la cuota permitida. De mantenerse el ritmo de importación demostrado en estos primeros días del año, el 11 de enero se habría agotado el cupo de importaciones sin arancel, lo que equivale a cerca de 13 mil toneladas de leche en polvo, con las nefastas consecuencias que eso tendrá para los productores locales.
