Mientras la mayoría aplaude y elogia a Nairo Quintana por sus hazañas en el ciclismo mundial, en la tierra donde nació, la crítica cizañera contra él se ha vuelto pan de cada día. Le sacan a relucir la amistad con políticos a quienes les exigen menos que al pedalista.
En este texto caben dos clichés: «Nadie es profeta en su tierra», y, «No hay cuña que más apriete que la del mismo palo». Son los boyacenses quienes más duro critican al ciclista en su mal inicio de temporada. Lejos, muy lejos, quedó el hashtag #FuerzaNairo.
Para este 2023, el futuro profesional de Quintana está en veremos, después de su salida del Arkéa Samsic por uso de tramadol, un medicamento que está prohibido, pero que algunos «críticos» insisten en llamar doping; sin embargo, aclaramos que, a partir del 2024 será considerado como tal, según la Agencia Mundial Antidopaje (WADA) «el tramadol será añadido a la lista de sustancias prohibidas para todos los atletas a partir de 2024«.
“El abuso de tramadol, con sus riesgos dependientes de la dosis de dependencia física, adicción a los opiáceos y sobredosis en la población general, es motivo de preocupación y ha llevado a que sea una droga controlada en muchos países”, comunicó la Agencia Mundial Antidopaje.
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Desde la salida del pedalista han pasado casi cuatro meses, en los que Nairo ha entrenado junto con sus más allegados en tierras colombianas, renunció a participar en el Team Medellín por insistir en fichar en algún equipo europeo, pero también se mostró en un video acompañando al exgobernador de Boyacá, Carlos Amaya; y, aunque de su boca no salió una sola palabra, por solo mostrar su rostro, los contradictores del Partido Verde (quienes parece que no le han perdonado a Amaya el respaldo que dio al oponente de Petro para la Presidencia, Rodolfo Hernández) echaron a la hoguera a quien tantas alegrías les hizo palpitar cada que cruzaba una meta en Europa.
Quienes lo critican parece no importarles que Nairo Quintana en apenas 13 años (de los cuales 10 fue fichado por equipos europeos), sea uno de los pedalistas más grandes de Boyacá, Colombia y Latinoamérica, que sea campeón de Volta a Cataluña (2013), Giro de Italia (2014), la Vuelta a España (2016), Tour de Romandía (2016), tres veces podio en el Tour de Francia, (2013, 2015 y 2017), entre otras.
En redes sociales lo han expuesto a cualquier clase de amenazas, patanerías y vulgaridades, se ríen de Quintana por los rechazos continuos de equipos europeos, en los cuales no ha logrado ser fichado luego que «miembros del Movimiento por un Ciclismo Creible (MPCC) acordaran no fichar al colombiano«, como lo asegura el medio Marca.
Le exigen más al deportista que al político
Pues como dice otro cliché «al caído caerle», con el reciente rumor de la renuncia de Nairo al ciclismo, no han desaprovechado algunos para sacarle los trapos al sol, desde fotos con Uribe, con Duque (cuando el expresidente visitó Aquitania), respaldo a Amaya y a Rodolfo Hernández, su trabajo con el equipo semillero Boyacá Raza de Campeones, incluso le ‘dieron palo’ en redes cuando en 2022 anunció
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Lo llaman soberbio, igual que como hicieron con Egan Bernal y otros deportistas (y artistas) en Colombia que no están a favor de tal o cual político.
Más que si apoya o no a uno u otro ente político, se debiera mostrar y rescatar al deportista que Nairo Quintana ha sido, las victorias que ha dejado para la historia de este deporte en Colombia.
Nairo perdió el horizonte deportivo y la ambición de triunfo, a partir de la influencia del Sr Carlos Amaya, quien con el propósito de acercarlo a sus campañas , no midió el daño que a este gran deportista le podría causar acorralarlo con el pretexto de hacer creer que apoyaba el deporte, cuando los efectos fueron contrarios. Pero desde luego, lo consiguió. Anularlo, disminuirlo en su motivación, esfuerzo y coherencia, alentándolo hacia la vida política donde no va a conseguir las preseas obtenidas en la vida ciclística.
Se pierde un gran hombre del deporte, pero seguramente con el patrocinio de los verdes y el Sr Amaya, se gana un siervo más para las huestes de quien la verdad, al parecer le ha hecho más daño que bien a la sociedad Boyacense, así, trate de demostrar lo contrario.