Muchos todavía se preguntan por qué si la diferencia de Rodrigo Rojas contra Carlos Amaya fue tan grande en las ciudades del corredor industrial, el candidato de la Alianza Verde terminó ganando de manera tan contundente en todo el departamento en las elecciones del 29 de octubre. Guacamayas, un pequeño municipio de la provincia de Gutiérrez, en el norte de Boyacá, ayuda a explicar la respuesta.
Como una hormiguita, pero no desde la última campaña electoral sino incluso desde cuando fue elegido gobernador hace ocho años, Carlos Andrés Amaya Rodríguez fue consolidando un gran poder en pequeños municipios de Boyacá, en donde se ganó el cariño de sus habitantes.
Esos pequeños pueblos fueron los que le dieron a Amaya la victoria en las elecciones para la Gobernación de Boyacá y lo convirtieron en el primer gobernador en la historia del departamento en ser reelegido para el cargo.
Amaya era consciente del respaldo que alcanzaría en esos municipios, mientras que Rodrigo Rojas estaba optimista porque las encuestas de las últimas semanas, en su mayoría realizadas en las grandes ciudades, lo daban como ganador.
“Si las ciudades me responden seré el ganador”, dijo Rodrigo Rojas muy confiado, pero nunca imaginó que los pequeños municipios de Boyacá votarían de manera tan determinante en favor de Amaya.
Y es que para un político con alguna experiencia en campañas en Boyacá hay municipios que casi no cuentan. Por eso, en aspiraciones al Senado, a la Cámara, a la Gobernación o a la Asamblea muchos se enfocan en las grandes ciudades, que es en donde está el grueso de los votos: Tunja, Duitama y Sogamoso tienen potencial electoral de más de 100 mil votos cada una y todos quieren conquistar una parte de esa tajada.
Mientras tanto hay provincias en donde la población se ha estado reduciendo en las últimas décadas y en donde resulta costoso y extenuante ir a buscar votos. Eso ocurre con las provincias de Norte, Gutiérrez y Valderrama, por ejemplo.
Hace 20 años San Mateo tenía 8.000 habitantes y hoy apenas registra unos 4.500. El potencial electoral es de 3.500 votos. Para ir desde Tunja hasta San Mateo en carro se demora cinco horas. En San Mateo Amaya logró 1.506 contra 898 de Rodrigo Rojas.
El ganador de la Alcaldía de San Mateo, Édgar Gerardo Díaz Angarita, del Partido de la U-Cambio Radical y Alianza Verde, estaba con Amaya y la segunda votación, Carol Yiceth Centeno Correa, de Unidos por el Progreso de San Mateo, también estaba con Amaya.
El tercero en votación, Ramón de Jesús Sepúlveda Osorio, del Partido Liberal, sí estaba con Rodrigo Rojas, pero apenas sacó 10 votos.
En Guacamayas, que es el municipio en donde proporcionalmente fue más grande la diferencia entre Carlos Amaya contra su inmediato rival Rodrigo Rojas, el primero sacó 1.028 contra 112 del segundo; es decir, casi mil votos de diferencia.
En ese municipio la ganadora el 29 de octubre fue Gloria Edy Gómez López, que hace ocho años fue elegida en representación del Centro Democrático. En esta oportunidad era candidata de la Coalición Gobierno en Equipo para Seguir Progresando, y estaba con Amaya.
De los cuatro candidatos a la Alcaldía, todos apoyaron y le ayudaron al ahora gobernador electo.
Hace casi diez años, más del 80 por ciento de la votación de Guacamayas apoyó la lista cerrada del centro Democrático que encabezaba Álvaro Uribe Vélez para el Senado de la República y en ese municipio el sector político del senador Ciro Ramírez Pinzón (ya fallecido) y de su hijo, Ciro Alejandro Ramírez, siempre consiguió el mayor respaldo.
Pero entonces, cómo pasó este pequeño municipio, ubicado al norte del departamento de Boyacá, de la Provincia de Gutiérrez, de ser del Centro Democrático a volverse incondicional de la Alianza Verde?
Pues que el Centro Democrático muy poco hizo en tantos años por la localidad y el gobierno de Carlos Amaya, en cuatro años remodeló el parque municipal; le dio un tractor al pueblo y le asignó una buseta para el transporte escolar.
Por supuesto que en esta ocasión Amaya hizo lobby y llegó a acuerdos con los líderes políticos locales, pero fueron sus ejecuciones las que generaron tanto cariño y afecto con el exgobernador y ahora gobernador electo.
Por esa razón, Amaya se posesionará en Guacamayas y le retribuirá así el respaldo mayoritario que los habitantes de ese pequeño municipio le dieron en las urnas.
Seguramente en los próximos cuatro años Amasya se volverá a acordar de Guacamayas.
Lo que sucede es que Amaya es un POLITIQUERO, Y ENBAUCADOR…QUR NO A HECHO ABSOLUTAMENTE NADA POR BOYACÁ…TENIA QUE SER AMIGO DEL NEFASTO PRESIDENTE GUSTAVO PETRO…QUE ASCO.