El Gobierno Departamental se tomará una semana para decidir qué hacer en el caso de la construcción de la nueva terminal de transporte terrestre de pasajeros de Tunja, que se supone tenía que ser entregada este jueves.
Ya no sorprende a nadie. La tardanza en la entrega de obras se ha convertido en pan de cada día para los tunjanos. La nueva terminal de transporte terrestre de pasajeros no fue la excepción, pues se trata de una obra que arrancó en 2015 y hoy, cuatro años después sigue sin entregarse.
El porcentaje por ejecutar es mínimo, tan solo hace falta un 5% de ejecución de la obra, pero eso es lo que le ha complicado las cosas al Gobierno Departamental a la hora de tomar una decisión
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Un mes atrás el gobernador Carlos Amaya afirmaba que de no entregarse la obra el 28 de febrero, optaría por declarar la caducidad del contrato, lo que al contratista podría implicarle el no poder contratar con el Estado durante los siguientes cinco años.
Pero esa medida también implicaba realizar un paro indefinido en la ejecución de l obra, alargando entonces la promesa de entregar funcionando la nueva terminal de transporte de Tunja.
El plazo se venció y fue entonces cuando el Gobierno Departamental quedó entre la espada y la pared. Sin embargo, y para no polemizar con la delicada situación de esta obra, el Gobierno Departamental optó por suspenderla durante ocho días mientras toma una decisión de fondo.
El contratista, la Unión Temporal Consorcio Nueva Terminal, pidió una prórroga hasta el próximo 30 de abril, día en el que entregaría la obra completamente terminada.
Pero para el Gobierno Departamental resulta difícil aceptar esa prórroga, pues no es la primera que le concederían a una constructora que se acostumbró jugar con la buena fe de los boyacenses.