Por | Edilberto Rodríguez Araújo- Profesor investigador, integrante del grupo OIKOS de la UPTC
En la columna anterior se planteaba la hipótesis, que en Boyacá, a pesar de una moderada mejoría en el mercado laboral en 2021; sin embargo, la percepción de pobreza, basada en la Encuesta Nacional de Calidad de Vida, había aumentado. Recientemente el DANE reveló las cifras de pobreza monetaria, mostrando que los colombianos pobres que habitan los centros urbanos se redujeron en 4,6 puntos porcentuales, mientras que los pobladores rurales aumentaron en 1,7 por ciento. Frente a esta revelación, Fedesarrollo intentó desvirtuar el hallazgo de la agencia estadística, reportando errores metodológicos, declarando que, como efecto de los subsidios a los servicios públicos, si había descendido la pobreza rural y mermado la brecha urbana-rural.
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La información divulgada por el DANE indica que, teniendo en cuenta un umbral de la pobreza monetaria de $354.031 (casi una tercera parte de un salario mínimo) para ser catalogado como tales, 1,4 millones de colombianos abandonaron su condición de pobres, nivel que aún no compensa los 3,5 millones que cayeron en la trampa de la pobreza en 2020, el año más crítico de la pandemia. La reducción se le atribuye a las transferencias monetarias gubernamentales condicionadas, aunque la desbocada inflación de alimentos y la aceleración de la devaluación están haciendo mella en la canasta de bienes y servicios de los colombianos.
Los departamentos con mayores niveles de pobreza, que rebasan el 60 por ciento, son La Guajira y Chocó, en tanto que Boyacá ocupa el 14º. lugar, registrando una disminución de 1,4 puntos porcentuales, similar a la observada en el país.
Evolución de la pobreza en Boyacá
No obstante que la pobreza ha tendido a contraerse, particularmente en Boyacá, -coincidente con el comportamiento del mercado laboral, pero contrario a la percepción de los hogares-, el descenso en 18.000 pobres menos y 24.000 pobres extremos no han revertido las tendencias declinantes que la aparición de la pandemia interrumpió. La mayor vulnerabilidad recayó sobre las mujeres boyacenses. Restablecer los registros anteriores a 2020, es decir, compensar los 55.000 boyacenses empobrecidos, no es tarea fácil, aún más cuando la inflación acumulada ha anulado los reajustes salariales.
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