Plan de desarrollo de Tunja: ¿realidad o ficción?

Foto | Hisrael Garzonroa
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Por | Edilberto Rodríguez Araújo- Profesor investigador, integrante del grupo OIKOS de la UPTC

Edilberto Rodríguez | Contrapunto económico

El ABC del plan y su financiación

El 31 de mayo pasado el Concejo Municipal de Tunja aprobó el plan de desarrollo “Tunja, la capital que nos une 2020-2023”, denso documento de 230 páginas, que resume la llamada hoja de ruta de la alcaldía, y que incluye siete pilares, trece líneas temáticas, 28 programas y 83 estrategias. De proyectos específicos de inversión no hay ningún párrafo.

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La metodología utilizada para la elaboración del plan se basa en el modelo de Balance de las tensiones e interacciones entre la población, la base ambiental y la dinámica socioeconómica (BIT-PASE), que articula, en palabras del gobierno municipal, problemas, necesidades, capacidades y recursos.

Los autores del plan identificaron cuatro pilares transversales (movilidad, empleo, salud y gobernanza) y tres estratégicos (ambiente, emprendimiento y sociedad justa). El sustento metodológico de esta clasificación no es explicito, pues pareciera que fuese en contravía de las dimensiones que conforman el método escogido. La inversión cuatrienal prevista para la ejecución del plan es de $1,2 billones. Esta cifra es equivalente al presupuesto acumulado en el pasado cuatrienio ($1,1 billones).  Es decir, un poco más del 80 por ciento de la inversión ejecutada, que fue financiada, en gran parte, con recursos propios y del Sistema General de Participaciones (SGP). Los aportes del Sistema General de Regalías (SGR), han sido intermitentes, y no superan el cinco por ciento. Es paradójico, que a dos de los pilares identificados como transversales, movilidad y empleo, sólo se les asigne el cinco y menos del uno por ciento de la inversión proyectada, respectivamente.

Financiación de los pilares del plan de desarrollo

Fuente: Alcaldía de Tunja *cifras dadas en miles de millones

Ahora, bien, según los cálculos de la administración municipal, las principales fuentes de financiación del nuevo plan de desarrollo serán los recursos propios (26,3 por ciento) y el SGP (36,4 por ciento). La inclusión de recursos de funcionamiento en el plan de inversión sobredimensiona y distorsiona la magnitud del gasto en la formación de capital.

 Fuentes de financiación del plan de desarrollo

Fuente: Alcaldía de Tunja 2020

La realidad del plan

Según el mantra del actual alcalde de “gobernar con el corazón”, el gobierno municipal le apuesta a un desarrollo humano definido “como un proceso integral y sustentable, de cambio y transformación de una sociedad, de la base ambiental que la soporta y de su organización económica y social”, por lo que todo esfuerzo de “transformación y cambio social”, es plausible.

El esquema metodológico de enlazar pilares, líneas temáticas, caracterización, programas y objetivos sectoriales, es una variante de los planes de desarrollo.

La articulación del plan de desarrollo con los 16 Objetivos del Desarrollo Sostenible (2015-2030) es otra apuesta. A su vez, ligarlo al plan de ordenamiento territorial es un intento de acompasarlo con una visión de ciudad de largo plazo.

Las ficciones del plan

Las proyecciones de población del censo de 2005 se desfasaron, por lo tanto, no se pueden utilizar, a rajatabla, pues la población tunjana se estimaba en 206.827 personas y el censo de 2018 la corrigió en 179.263 personas.

Tal como se observa en el plan departamental de desarrollo, el plan de Tunja fija líneas base de soporte de los indicadores de producto y de resultado, en las que no se especifica ni la fuente ni el año de referencia, por lo que no resulta fácil validar la confiabilidad de la información. Es sorprendente que, en algunas estrategias, por ejemplo, de los programas de las líneas temáticas de medio ambiente y movilidad, la meta del cuatrienio sea inferior a la línea base.

Las variables que explican el desempeño de la economía son relevantes, por eso, resulta inexplicable, que se utilicen cifras de un solo año (2018) del comportamiento del Producto Interno Bruto departamental (PIB), y de la composición y peso relativo del valor agregado municipal (2017), sin rastrear su trayectoria.

Como si fuera poco, dos dimensiones claves (pilares, en la terminología del plan) para reactivar la economía municipal, como son   crecimiento económico y empleo, no es comprensible que, sin determinar la dinámica económica local, se establezca una meta de generación de empleo (4.000 empleos), sin especificar el tamaño, composición y tendencias del mercado laboral.

De otra parte, uno de los problemas más agudos en la actual coyuntura social del país como es la pobreza urbana y rural, los autores circunscriban su respuesta a los asistencialistas programas gubernamentales (Pilar estratégico “Sociedad justa”), planteando una hipotética y voluntarista reducción de la incidencia de la pobreza por arte de birlibirloque.

Por último, como si el plan estuviera en una aislada burbuja, pese a que fue aprobado este este año, sus autores se abstraen de la omnipresente emergencia sanitaria, y no hacen ningún análisis de la pandemia ni sus nefastas repercusiones. Sólo aluden, escuetamente, a una estrategia de salud pública y a una ruta integral de atención. Eso es todo.

E-mail: contrapuntoeconomico@gmail.com

Twitter: @zaperongo

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2 COMENTARIOS

  1. La formulación del plan de desarrollo municipal debe partir de la articulacion que tendría con los planes de desarrollo departamental y nacional, en especial, con los tres pactos por la legalidad, el emprendimiento y la equidad en el nivel que le hubiera correspondido, puesto que, se trata de una coalición política afín al gobierno de turno, fuera de la obligación que por ley le compete.

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