A pesar de la anunciada suspensión del reconocimiento deportivo, el equipo boyacense aún tiene tiempo para hacer uso del recurso de reposición, que busca contrastar el informe de Coldeportes, y el cual le permitiría jugar el partido correspondiente a la primera fecha de la Liga Águila.
La incertidumbre acerca de si Patriotas Boyacá podría debutar este viernes ante Deportivo Independiente Medellín o no, luego de la decisión de Coldeportes de suspender el reconocimiento deportivo del club, no duró mucho, pues pocos minutos después se dio a conocer que, bajo el debido proceso, Patriotas Boyacá aún puede hacer uso de un recurso de reposición, medida que busca dejar sin efecto la sanción de Coldeportes, y que de momento le permitiría jugar sin problema alguno su partido debut en la Liga Águila.
“Patriotas se ha caracterizado por incumplir la ley”: Carlos González Puche
Carlos González Puche, presidente de la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales (Asocolfutpro) señaló a Patriotas de incumplir en todas las formas posibles con toda la normativa establecida en la Ley 1445 de 2011. De acuerdo a González Puche, Patriotas se hizo acreedor de este llamado de atención pues desde el año pasado se le advirtió sobre su incumplimiento en el pago de salarios, obligaciones fiscales, y por incurrir en una modalidad de fraude al fisco con la elaboración de contratos dobles para los jugadores del equipo, buscando reportar una cifra inferior al sueldo real del jugador con el ánimo de reducir las cargas tributarias.
Versiones encontradas
A pesar de que desde Asocolfutpro señalan a Patriotas de incumplir con varias de sus obligaciones, desde el club aseguran que esta sanción es producto de una demanda que les impuso y que luego ganó el jugador Harold Rodríguez, con quien se acordaron cinco pagos por 30 millones de pesos. El último de dichos pagos no se habría cumplido, por lo que procedió la suspensión del reconocimiento deportivo.
Y otra es la versión del director de Coldeportes, Ernesto Lucena, quien concedió una entrevista a CM& en la que afirmó que efectivamente Patriotas había incumplido en el pago de sus acreencias laborales, pero que según le han contado, el equipo boyacense ya se puso al día, por lo que la suspensión del reconocimiento deportivo quedaría sin efecto. “La Ley 1445 de 2011 es muy clara, que los clubes deben hacer pago efectivo de las acreencias laborales. Desafortunadamente en este caso Patriotas no cumplió y por lo tanto lo que tiene que hacer Coldeportes es suspender el reconocimiento deportivo (…) de lo que sé por otros lados es que ellos ya hicieron los pagos, si ya lo hicieron por supuesto la suspensión se le quita al Club Patriotas”.
Mucho ruido, pocas nueces
Tanto Asocolfutpro, como Coldeportes como la Superintendencia de sociedades aseguran que la Ley 1445 de 2011 han cambiado el panorama y han puesto en cintura a los clubes deportivos, especialmente en el fútbol, donde históricamente se han dado abusos por parte de los clubes en contra de los trabajadores, que en su mayoría son futbolistas.
Pero nada más alejado de la realidad. Bastaría ver el ejemplo del Deportivo Pereira, que en 2013 llegó a tener un capital de deudas de 9.295 millones, que sumados intereses y multas se convirtieron en 13.318 millones de pesos. Para ese entonces el club ‘matecaña’ hizo un acuerdo de pago con sus acreedores para poder cancelar las deudas con un plazo máximo de 20 años, entendiéndose el 2014 como el año de partida. Es decir, en 2034 terminarían de pagarse dichas deudas. Entre sus acreedores estaban otros clubes, futbolistas, cuerpo técnico, proveedores, socios del club, entre otros. Óscar Héctor Quintabani, quien dirigió al Pereira entre 2009 y 2010, y a quien el club llegó a adeudar más de 600 millones de pesos, calificó dicho acuerdo de pago como una aberración.
Directivos de segunda categoría
A pesar de que esta suspensión del reconocimiento deportivo parece no pasará a mayores, la situación ha dejado en evidencia un pésimo manejo directivo por parte de Patriotas Boyacá.
Hace seis meses en rueda de prensa de presentación de refuerzos y objetivos del equipo para el segundo semestre de 2018 se le consultó al máximo accionista del club, César Guzmán, por la advertencia que en ese entonces había hecho Asocolfutpro sobre la suspensión de reconocimiento deportivo. El directivo respondió en dicha ocasión que era una situación resuelta.
Seis meses después quedó evidenciado que no ha sido así. Y a este pésimo manejo administrativo hay que sumarle las nefastas contrataciones que hace el equipo torneo tras torneo que hoy lo tienen peleando por no irse a segunda categoría.