Pacto por la cultura

Foto | Hisrael Garzonroa
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Por | Guillermo Velásquez Forero / El púlpito del Diablo

Guillermo Velázquez

La cultura, como expresión bella, esencial y reveladora del alma de los pueblos, es una luz que brota de la tierra vivida, soñada y reconstruida con la imaginación y el pensamiento creador de las comunidades. Actúa como una fuerza espiritual integradora de vivencias, anhelos, sueños y esperanzas que proviene del inconsciente colectivo y, a través de los frutos de la sensibilidad y la creatividad, refleja el espíritu de una sociedad y los rasgos de su identidad.

La cultura es un lazo de amor que nos une con la tierra, el río, el mar, el cielo, la historia y el porvenir que llevamos con orgullo y alegría en el corazón. Constituye un punto de partida y un horizonte donde inventamos cada día la vida individual y colectiva, y nos distingue y exalta como hacedores de mundos; por esa razón, es un signo de grandeza humana y una señal del camino que debemos abrir para transitar hacia una verdadera civilización.

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La producción y el disfrute de la cultura humaniza, fomenta la convivencia pacífica y constructiva, es fuente de paz y fraternidad, potencia el aprecio y el amor por lo propio, y la protección y proyección social de nuestro patrimonio natural, material y humano.

En nuestro país, la cultura es plural y diversa, es un conjunto de culturas. A partir de ese reconocimiento de la pluralidad y diversidad cultural, el Pacto Histórico de las culturas es un punto de encuentro y confluencia de sangres, saberes, inteligencias, subjetividades, visiones de mundo, voces, historias, sueños, caminos, horizontes y esperanzas. El Pacto Histórico es un espacio político vital donde todos: campesinos, indígenas, negros, mujeres, jóvenes, trabajadores, artistas, empresarios y demás seres humanos tendremos presencia, identidad y reconocimiento, y seremos actores de nuestro propio destino.

La cultura es un derecho, y una necesidad de proyectarnos en el tiempo y en el mundo para transformar la realidad inhumana, excluyente y criminal que hemos sufrido durante siglos bajo el poder de gobiernos ladrones y asesinos; y el Pacto Histórico nos brinda una oportunidad de construir un mundo donde sea posible compartir la cultura de la vida, la paz, la justicia social y el bienestar de todos, para habitar poéticamente la tierra, porque merecemos vivir como seres humanos dignos de trascender iluminados por la luz de nuestros sueños.

Es urgente vincularnos al Pacto Histórico de las culturas colombianas, como propuesta política de gobierno del candidato Gustavo Petro, porque ser una pluralidad nos hace más grandes, unir las diferencias nos hace fuertes, juntar las voluntades diversas nos vuelve invencibles y capaces de hallar soluciones e inventar caminos para marchar unidos hacia la conquista de la felicidad. Para el arte, las culturas, los gestores culturales, los artistas y el pueblo colombiano es indispensable que Gustavo Petro sea el nuevo presidente de Colombia.

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