
Fals afirmó sobre Boyacá “Soy un viejo estudioso y admirador de esta maravillosa sección de Colombia, con la que me he identificado vivencialmente a pesar de ser oriundo de la Costa Atlántica”. Tuvo una relación permanente con la @esapoficial y la @uptcoficial.
A propósito del centenario del natalicio del sociólogo Orlando Fals Borda, resaltar su estrecha relación con el departamento de Boyacá, una historia nacida en su viaje por el alma campesina que describe en el libro “El Hombre y la Tierra en Boyacá”, publicado en 1.957.
El joven Orlando, con treinta y dos años, describe la Boyacá de la década de los años cincuenta del siglo anterior, que se debatía entre la tecnología del alto horno de la empresa Acerías paz del Río y el azadón, el buey y el arado.
A partir de este momento surge una relación académica y de afecto indestructible en el tiempo, que lo llevó a un permanente contacto con las comunidades universitarias y las gentes boyacenses.
Su vida transcurrió entre el compromiso social y la investigación, que lo llevaron en sus primeros años a describir, desde la sociología rural, el modo de vida del campesino cundiboyacense.
Sobre este espacio geográfico mediante un minucioso estudio demográfico y etnográfico, escribe sus tempranas obras Campesino de los Andes (1955), y, posteriormente, en 1957, El hombre y la tierra en Boyacá, -su primera obra en español-.
En el libro, El hombre y la tierra en Boyacá, mediante un minucioso trabajo de campo hace una radiografía de la sociedad rural boyacense, que convierte la obra en fuente inagotable de reflexión para comprender el presente del departamento.
Afirmaba “Ahora al borde de una revolución industrial, Boyacá está experimentando mutaciones en la base social, quizás por primera vez durante los últimos cuatrocientos años”. El ideal industrializador, que obnubiló a los decisores de buena parte del siglo XX, terminó siendo, como Acerías paz del Río, un sueño fundido en ese camino civilizatorio, pero también relegando al campesino al polo del atraso. Mundos disyuntivos que fueron imponiéndose, dejando profundas huellas sobre el imaginario colectivo donde se traduce en la bipolaridad: barbarie o civilización, progreso o atraso. La elección de uno negaba el otro y desde allí un creciente menosprecio por el campesino o el indígena o por ambos; supuesto alimentado por élites económicas y por la intelectualidad misma. Este es uno de los debates más interesantes que plantea Fals Borda, sobre este territorio boyacense y con tanta vigencia en el análisis actual.
Abordó la relación afectiva entre el campesino y la tierra, la migración, la violencia y la situación de pobreza que se vivía en los campos boyacenses.
En la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia fue profesor invitado a sus diferentes programas e igualmente conferencista en varias oportunidades.
Con la ESAP, Territorial Boyacá–Casanare participó en eventos, donde expresó su sentir y pensar sobre el departamento.
Su último acto académico en Boyacá, noviembre de 2007, se realizó en la Universidad Santo Tomás donde disertó sobre el papel del Estado en la economía, a propósito del debate en torno a la venta de la Empresa de Energía de Boyacá. Caminante asiduo por estas tierras, conocedor de las angustias, frustraciones pero también de las esperanzas del pueblo boyacense, FALS BORDA expresó en un Foro Regional convocado por la ESAP, el 17 de agosto de 2000, en la ciudad de Tunja: “Soy un viejo estudioso y admirador de esta maravillosa sección de Colombia, con la que me he identificado vivencialmente a pesar de ser oriundo de la Costa Atlántica”.
Son múltiples las referencias a Boyacá en su obra, tanto en los conceptos de Territorio como de ordenamiento territorial; la reorganización territorial parte de la configuración regional, basada en las diversas características socioeconómicas y culturales de Colombia.
Ejemplificó su visión de región sobre el campesino cundiboyacense, a quienes definía: “Por supuesto, éstos son aquellos que conocen y gustan de la mazamorra chiquita y de los cubios, la ruana y el turmequé, del caminar lento porque se va de prisa. Son los cundiboyacenses a quienes les late el corazón por las romerías, las coplas del Valle de Tenza y el torbellino. Son los hijos del minifundio individualista y cooperativo, el del convite y la mano vuelta”. No comprendía dos departamentos para estos habitantes.
Fals Borda es una historia de compromiso social, de un sentipensante que caminó por estas tierras dejando un gran legado, desde el cual se comprende el presente. Su labor en Boyacá es el ejemplo de investigar para transformar, y ese debe ser el sendero.