Las autoridades piden por extremar prevenciones y por cumplir estrictamente con el aislamiento, pues la única forma de disminuir la velocidad de contagio.
Boyacá atraviesa las horas más difíciles desde que comenzó la pandemia. Ese temor al virus que se esfumó con el pasó de los días y los meses, hoy vuelve a apoderarse de los boyacenses a causa de todos aquellos que hicieron caso omiso de las recomendaciones para diciembre y que hoy tienen un amargo inicio de año
La sensación de vulnerabilidad no es para menos, la ocupación de unidades de cuidado intensivo al cierre de este 10 de enero ha llegado al 70%. Casos como los de Chiquinquirá, Tunja y Duitama son los más delicados, pues en la ‘ciudad mariana’, la ocupación de UCI llega al 129%, mientras que en la capital boyacense ese indicador se sitúa en el 83%, y en Duitama en el 74%.
De las 217 camas de cuidado intensivo con las que cuenta el departamento, hay 152 ocupadas, cifra nunca antes vista y que tiene en completa alerta a las autoridades, pues de mantenerse el actual comportamiento de contagio, llegará un momento en que las 217 UCI resulten insuficientes.
De los 152 pacientes en UCI, 108 son positivos para COVID-19, otros 7 son sospechosos de tenerlo, mientras que los restantes 37 están por otras patologías.
Tampoco es alentador el porcentaje de ocupación de las unidades de cuidado intermedio, pues de las 56 que existen en el departamento, 31 están ocupadas con 14 positivos para COVID-19 y otros 9 sospechosos de tenerlo. Esos 31 pacientes equivalen a una ocupación del 55,3%.
En hospitalización general la situación también es muy complicada, pues hoy hay ocupadas 686 camas de las 864 dispuestas, lo que representa un 78% de ocupación, cifra difícilmente vista en cualquier otra época.