La dinámica del clima nos dictamina el comportamiento de los ecosistemas de alta montaña. En la actualidad conocemos la problemática de los focos de incendios que se han presentado en los ecosistemas Bosque Alto Andino, Subpáramo y Páramo.
Lo anterior nos lleva a pensar como humanidad, la importancia biológica que cumplen estos ecosistemas. Estos nos proporcionan servicios ecosistémicos al ser receptores del agua dulce proveniente de los ríos.
Ante esta situación queremos buscar una solución de inmediatez, como la siembra de especies nativas en épocas de sequía y Fenómeno del Niño. Cuando los focos en el suelo están latentes y, ante un aire fuerte, se puede iniciar nuevamente un incendio.
¿Es momento para realizar siembras o intervenciones en los ecosistemas de alta montaña afectados? No es necesario ser experto en temas de conservación para mirar al cielo y deducir que no es momento de intervenir. El clima y las dinámicas del agua y suelo, no son aptos para iniciar con la restauración. En la región Andina cada año, a inicios de enero hasta principios de marzo, las olas de sol y heladas son notables, impidiendo que se realicen este tipo de actividades.
En la actualidad, el cambio climático nos impide descifrar con aproximación las épocas de lluvia, la única herramienta que nos queda es la observación en el ambiente que nos rodea.
La humanidad y esta generación tienen a la mano el tiempo y momento para iniciar con acciones que permitan educar, recuperar y conservar este tipo de ecosistemas.
No perdamos la esperanza y fuerza de ejecutar y participar en jornadas de reforestación estratégica nativas, solo que en estas épocas no es conveniente, tengamos prudencia y sigamos aprendiendo de la sabia madre tierra.