Por: Daniel Triviño
Se veía venir. Desde que Patriotas anunció sus refuerzos a comienzo de año se sabía del nuevo fracaso que iba a conseguir al finalizar la liga. Los más optimistas conservaron la esperanza hasta la última fecha, a la cual Patriotas llegó con vida por la gran fortaleza que encontró en casa, siendo uno de los mejores locales en la fase del todos contra todos; fortaleza por demás conseguida por el estratega Diego Corredor, que a pesar de contar con planteles muy pobres, ha hecho que visitar a Patriotas sea un tormento para cualquier equipo del fútbol profesional colombiano.
Pero la altura de Tunja y la gran capacidad de Diego Corredor no han sido suficientes para que Patriotas logre una campaña aceptable desde el ya lejano primer semestre de 2018.
Las directivas aseguran se avecinan cambios, pero la afición ya conoce ese discurso, ya sabe que dichos cambios son para estar igual o peor. Es ahí cuando empiezan a llegar hombres como César Hinestroza, Norbey Salazar o Brayan Fernández, que si bien no han tenido rendimientos paupérrimos, no despiertan esperanzas entre la afición que anhela ver a su equipo campeón.
Al mirar la tabla, los clasificados a los cuadrangulares, se evidencia como un equipo chico, proveniente de la categoría de ascenso, está haciendo mejor las cosas que unos habituales de primera, que siguen cayendo en el error de rellenar plantillas con Fergonzis, Arianos o cualquier otro argentino que tenga dificultades para conseguir club en el ascenso de ese país.
Es el caso del Unión Magdalena, que supo fichar experiencia con hombres como Abel Aguilar, Luis Carlos Arias y David Ferreira; y juventud y talento en hombres como Uvaldo Luna Unos pocos refuerzos le bastaron para huirle al descenso y para meterse en la disputa del título.
Y si bien es complejo que el Unión Magdalena conquiste el título de la Liga Águila 2019-I, sí ha dejado una lección a una directiva de Patriotas que cuando se le pidió experiencia, trajo a un exjugador de fútbol, que cuando se le pidió jerarquía trajo jugadores del Mitre, equipo que milita en el ascenso de Argentina; una directiva cuyo único acierto es el hecho de mantener a Diego Corredor en el banquillo de Patriotas.
Los resultados de tal austeridad, de parte de la directiva del equipo, se ven reflejados en las tribunas cada ocho días, pues la afición boyacense no pagará una boleta para ver a un equipo cuyo único objetivo es huirle al descenso.