Sostenibilidad minero-energética en Boyacá: La perspectiva de Compañía Eléctrica Sochagota

Foto | Hisrael Garzonroa
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Estas son dos apreciaciones de fondo de Andrés Wolf, el gerente general, desde el comienzo, de Eléctrica Sochagota S.A. la empresa propietaria de la IV Unidad de generación térmica de Paipa, en diálogo con Pedro Esaú Mendieta, director de EL DIARIO, a propósito de la situación de crisis que vive el sector energético colombiano, dadas las escasas lluvias del último semestre, que tienen los embalses en niveles mínimos históricos; que no dispone del gas natural necesario para soportar mayores niveles de generación; donde la tendencia mundial a la descarbonización hace que las centrales térmicas con este combustible se hayan vuelto inviables, mientras en la calle la ciudadanía ha manifestado su descontento por los recientes incrementos, considerados desmedidos en las tarifas del servicio, en medio del desastre económico que con seguridad va a seguir a la pandemia del COVID-19.

Andres Wolf, Gerente general, desde el comienzo, de Eléctrica Sochagota S.A. Foto | Hisrael Garzonroa

En cuanto a las relaciones de esa empresa con los mineros del carbón térmico en Boyacá, Wolf estima que, en lo que tiene que ver con su empresa, en este momento son óptimas, y que en el futuro mejorarán dado el nuevo modelo de relación que la compañía ha implementado con ellos en un trabajo que, dice, ya lleva más de tres años donde se han establecido nuevos criterios de manejo en todos los niveles.   

EL DIARIO. Para poner en contexto a los lectores, recordemos un poco de la historia de la compañía en Boyacá 

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Andrés Wolf. Lo primero que debo manifestar es que esta compañía llegó a Colombia en el año 94 a suplir una necesidad básica que tenía el sector eléctrico colombiano y era que pudiera volver a ser sostenible y eficiente después de semejante apagón en el año 92, lo cual resultó muy exitoso. La compañía entró en operación en el año 99 con la puesta en marcha de la Unidad IV, para cumplir los 20 años de contrato, cuya operación se coordinó, al comienzo, con la Empresa de Energía de Boyacá y luego con Gensa. Todo este tiempo nos dejó muchas enseñanzas y el conocimiento del mercado eléctrico colombiano; nos permitió conocer el mercado minero de Boyacá el cual es un dinamizador fundamental de la economía del departamento. Los 20 años del contrato (que terminaron en enero del año 2019) fueron perfectamente exitosos, no solamente para la compañía sino también para el país, que recibió no solamente lo que pidió o lo que exigió en el momento en que invitó a los privados a hacer parte de la generación, sino que creo que por encima de ello esta compañía fue capaz de cambiar muchas de las maneras de hacer las cosas en el departamento durante estos 20 años. Compañía Eléctrica Sochagota es una compañía que ha venido haciendo una transformación social, industrial, y una transformación en la gente que, de alguna manera, ha tenido que ver con el proyecto, hasta las personas a las cuales les vendemos la energía hoy en día. Esto tiene temas como la formalización de los mineros en términos de cómo hacer minería, con la calidad de la energía y la calidad del servicio que estamos entregándole al país. Pero al mismo tiempo tiene mucho que ver con la responsabilidad que hemos tenido con la sociedad boyacense, siempre generando oportunidades, siempre generándole a las persona región algún tipo de actividad que les pueda llegar a mejorar sus estándares de vida; así que ha podido contribuir mucho al desarrollo del departamento y del país en temas de minería artesanal pero una minería responsable y sostenible en el mediano y largo plazo.

E. D: Sin embargo, la paradoja que muchos identificaron en este tiempo, es que se remuneró mal al minero del socavón mientras que a los inversionistas les fue muy bien

A. W: Creo que aquí estamos tocando temas complicados. Complicados porque nuestra visión y perspectiva del mercado del carbón en Boyacá o del sector de minería del carbón en Boyacá es un poco diferente; venimos trabajando en un mercado que tiene 50, 60, 70 años, con unas prácticas de manejo y de generación de minería que a lo mejor hoy en día se ven complejas en términos de que tenemos una minería artesanal, donde lastimosamente el minero o la persona que está bajo tierra, picando y sacando el carbón, es el eslabón más delgado de esta cadena, producto de muchas cosas; una de ellas es la cultura de que en el mercado del carbón siempre había cuatro, cinco o seis cabezas que eran las que acopiaban el carbón de todas estas minas pequeñas; les compraban el carbón a unos precios que no representaban el costo que tenían estas personas para extraer el carbón y ellos a su vez, como intermediarios, se quedaban con las utilidades y las ganancias. Por eso creo que la Compañía Eléctrica Sochagota ha sido mucho más responsables que muchas otras compañías, al decidir hace dos o tres años cuando sabía que tenía que ir a enfrentar el mercado y tener que competir en el mismo, a buscar realmente comprarle la mayor cantidad de carbón al productor primario o sea al minero y romper estos eslabones de intermediación entendiendo que estos lo único que hacían era simplemente quitarle al productor primario parte de los recursos para que no pudieran invertirlos en la mina porque esa era la ganancia de ellos en el negocio.

Nosotros hemos venido trabajando hace tres años con unos programas de mejoramiento de la minería, buscando siempre una minería sostenible en el mediano y en largo plazo, venimos trabajando en temas de medio ambiente, en la parte técnica, en responsabilidad social a través de nuestro proyecto insignia que se llama Pa’ti; este proyecto lo implementamos hace dos años donde lo que queremos hacer es coger al productor primario, o sea al minero raso, enseñarle, desarrollarlo, decirle cómo puede hacer las cosas sin sobre inversión, sin volver esto una ciencia donde tengan que tener universidad para poder manejar o elaborar su negocio, sino simplemente siendo conscientes de su responsabilidad, entendiendo que las prácticas y los procesos se pueden mejorar con esfuerzos, pero que pueden llegar a generar muchísima más seguridad y cumplimiento de las leyes colombianas con estos pequeños cambios. Comprándoles directamente a ellos, sin el intermediario, obviamente se pueden mejorar sus ingresos para que puedan invertir y desarrollar su negocio en el largo plazo, cambiando ese concepto de que el minero, durante tantos años ha sido despojado de sus ingresos o mal pagado por su trabajo. Este no es problema hoy en día del que compra, sino de la estructura que en un momento dado el mismo departamento propició buscando siempre un intermediario en la cadena. ¿Por qué? Porque no querían tener pequeños proveedores de 200 o 300 toneladas mes que son los que nosotros hoy en día recibimos. Hemos llegado directamente al productor, estamos ayudándolo a desarrollar su negocio a volverlo estable en el largo plazo, a que entienda que la minería de carbón no es una minería de ciertos meses al año, sino que es una minería que se puede llevar a cabo durante los doce meses del año, estable, siempre y cuando haya una voluntad del minero de entender que este es un sector que requiere de una planeación de largo plazo y no solamente de los dos o cuatro meses del año en los cuales puede haber un mejor nivel de precio y con esos meses compensar lo que dejan de recibir en los restantes. Estamos trabajando en un proceso de educación, mostrándoles a estos señores mineros que es más barato trabajar doce meses al año que solamente tres, y que en esos doce de las obligaciones fiscales meses del año ellos tienen trabajo estable y una mayor utilidad y pueden desarrollar sus actividad cumpliendo con todos los requisitos que la ley les exige en temas ambientales, legales, sociales y cumplimiento.

E. D: Hablemos del mercado de este año ¿Cómo va el negocio, cuántas toneladas compradas, el precio…?

A. W: Datos a hoy; ¡qué le puedo contar! creo que a 30 de abril, estábamos hablando más o menos de 145 mil toneladas compradas, adquiridas a un precio base que tenemos nosotros establecido en la planta después de haber hecho un estudio minucioso de los costos de producción que se puedan dar en el departamento. Una tarifa que pusimos a disposición de los proveedores, de los mineros y ellos entendieron que si las cosas son de largo plazo, la tarifa es suficientemente buena, no solamente para cubrir sus costos de producción durante el año, sino para dejarles una rentabilidad que les permite crecer en el futuro y cubrir sus costos de capital, lo cual muchos de ellos han visto con muy buenos ojos. Hoy en día la mayoría de proveedores han manifestado que la política de la compañía, en términos de compras de carbón, ha sido muy sólida en términos de que les ha permitido a ellos proyectarse en el tiempo, lo cual era uno de nuestros objetivos. Adicional a eso estamos logrando incrementar las eficiencias y las condiciones de explotación en términos de salud, de desarrollo y seguridad industrial en las minas, evitando que se generen problemas que en el pasado fueron muy grandes y funestos. Estamos haciendo un trabajo mancomunado con los dueños de las minas para lograr un posicionamiento de la minería en Boyacá que nos permita ser modelo para el resto de las regiones del país.

Compramos de manera directa a los productores a un precio preestablecido, basado en un estudio que se hizo durante el año pasado, que permite reconocer los costos, el capital invertido en las minas y generar utilidades adicionales y hacer la inversión que se requiere para cumplir con los requerimientos de ley. No quiero hablar del precio, cualquiera que sea; lo que dejo claro es que el precio ha sido acordado, concertado con los productores, que cubre todos sus costos.

E. D: Parece que estamos en el escenario de la crisis perfecta: los problemas de Hidroituango no se acaban de solucionar, los embalses están en mínimos históricos, no hay gas natural, la generación térmica a carbón es limitada, las energías alternativas son incipientes, ya estamos en el precio de escasez, la protesta de los usuarios por tanto es enorme. Para completar, ¿vamos para el apagón?

A. W: Es una buena pregunta. ¿La respuesta? Primero, no soy el indicado para contestarla; creo que la situación la debe valorar y mirar el gobierno nacional desde las perspectivas que considere adecuadas. Entendemos que estamos en una época seca, con un nivel de precipitaciones menor al que se estaba esperando y al que tradicionalmente se da por estos meses. Tenemos unas reservas de agua que compradas con las de los años pasados son muy inferiores. Aquí el tema es que somos dependientes de la hidrología, es decir del sistema climático, por lo que se demandan políticas del gobierno nacional de una matriz de generación estable. ¿Me pregunta si va a haber apagón? Creo que no. Hay unas señales de alerta, sí; también creo que lo que el gobierno nacional ha expresado, de que tenemos que ser cuidadosos y que tenemos que comenzar a monitorear el tema, es válido. Debió haber comenzado a llover hace un par de semanas y no lo ha hecho, pero en esta última semana hemos visto recuperaciones interesantes de algunos embalses del país que nos permiten, por lo menos, no desembalsar más; pero al mismo tiempo también creo que tenemos que pensar en el futuro, que como lo han dicho muchas veces nuestros dirigentes de turno, la matriz de generación tiene que balancearse. Somos el quinto o sexto país más verde y con mayor potencial de energía renovable, que requiere de confiabilidad y sostenibilidad de generación para este tipo de situaciones, donde el clima juega un papel muy grande, pero al mismo tiempo hemos demostrado al país que la necesidad de manejar una estructura de generación de respaldo como la térmica ha sido viable. Entonces creo que ahí vamos en una situación tensa, pero si somos cuidadosos con el manejo del agua en estos meses no creo que vayamos a tener un problema muy serio para pasar el verano que se avecina para el final del año.

E. D: Una matriz balanceada sería aprovechando todo lo que tenemos: el agua, el carbón, el gas y las alternativas  

A. W: Yo creo que aquí tenemos que ser un poco responsables con los temas que en este momento hay sobre la mesa; tengo claro que hay que buscar un balance entre la generación térmica a carbón, la generación hidráulica, con lo que eso conlleva en temas climáticos, la generación a gas, con la necesidad de importar este combustible, porque Colombia no lo tiene y, obviamente, al final de la cadena tenemos que ver como beneficiamos a nuestros consumidores finales que somos todos nosotros. En Colombia contamos con reservas de carbón que son bastante importantes. Podríamos estar hablando de 100 o 150 años de reservas sin ningún problema, para generación eléctrica; pero al mismo tiempo también tengo claro que el mundo hoy en día se está descarbonizando, lo que implica que para el mundo hoy en día el tema ambiental es muy importante y eso para nosotros, los carboneros debe ser un lineamiento claro, debemos ver que tenemos que ser muy limpios y muy amigables con el medio ambiente si queremos persistir.

¿Qué va a pasar en el mediano y el largo plazo? Creo que Colombia, dentro de sus decisiones de gobierno debe buscar una matriz de generación balanceada que le permita dejar de depender del clima, debe entender que depender de que llueva o no llueva, no le genera un beneficio al sistema ni nos da la confiabilidad; al mismo tiempo, nosotros los generadores térmicos debemos entender que nuestras reservas son de carbón, pero el carbón genera una contaminación. Sin embargo, la tecnología permite hoy manejar una limpieza que estaría dentro de los estándares mundiales para generar, pero al mismo tiempo creo que es importantes que Colombia, dentro de sus acuerdos de política de largo plazo, debe fortalecer la entrada de tecnologías para generación con renovables, para que le den al sistema hidráulico un apoyo adicional. Vuelve y juega, creo que son necesarias todas las tecnologías, aunque creo que Colombia es un país netamente hidráulico en temas de generación, pero tiene que crear las condiciones para que podamos convivir térmicas a gas, con carbón con líquidos, pero al mismo tiempo que haya espacio para las renovables y obviamente para que sigan las hidráulicas.

E. D. sin embargo, en la diversificación de las fuentes de combustible para generar es evidente que si no se puede intensificar el uso del carbón y no  tenemos gas, las tarifas se dispararían, de hecho ya estamos en lo que llaman el precio de escasez. Generar con agua es lo más barato, le sigue el carbón. Un MBTU (un millón de unidades térmicas inglesas, por sus siglas en inglés) por menos de dos dólares con carbón; con gas natural producido en Colombia, esta misma medida está por encima de los 5 dólares; y si se tiene que importar el gas, el precio sería superior a 11 dólares. Así que sería agua y carbón

A.W. Creo que en su pregunta ya está parte de la respuesta. Yo creo que debe haber una matriz balanceada de generación que permita, en un momento dado, que los precios al consumidor final sean los más adecuados. No voy a hablar de óptimos, porque óptimo es algo que no existe en un mercado de estos; pero sí se pude hablar de precios justos. Hoy en día, ¿por qué estamos a esos niveles de precio?, pues porque el sistema como tal y su estructuración, están para que eso se dé. Cuando usted tiene que ofertar energía y tiene dentro de la composición del precio variables que están fijas y variables que no, y están sujetas a posibles costos de oportunidad de los combustibles, pues obviamente usted tiene una variación permanente sobre las tarifas. ¿Qué pasa aquí? Que hay temas importantes que en un momento dado habrá que revisar cómo funcionan. ¿Por qué lo pongo en esos términos? Porque usted habló de algo que ahora es perfectamente claro y es que el sistema colombiano tiene un límite superior para el tema de precio tarifario y ese límite superior está dado por el precio de escasez. Cuando el precio de escasez entra a funcionar lo que usted está diciendo es que los generadores, tanto hidráulicos como térmicos, tienen que operar y recibir esa remuneración a ese precio máximo, porque por ello les pagó el sistema una plata. Cuando llegamos a estos precios estamos alcanzando un tope donde la variación de precios va a ser mínima. El problema que se genera es que estoy dependiendo, cuando se puede comprar combustible interno, como usted dijo que puede ser dos dólares por millón de BTU en temas de carbón, pero usted tiene dentro de su matriz de generación térmicas a gas que dependen de un precio internacional de gas, porque en Colombia las reservas y la cantidad de gas no nos dan para cubrir la demanda, pues obviamente va a haber una variación que haga que lleguemos más rápido a ese precio de escasez que lo que podía suceder si tuviéramos más térmicas a carbón. Pero estamos hablando de un mercado dinámico que está a nivel mundial llevándonos a descarbonizar y a proteger el medio ambiente y este tipo de temas de tarifa deberían regularse también con la entrada y la posibilidad de que otras tecnologías entren a participar en esta matriz como son las renovables que en un momento dado pudieran tener un costo de operación un poco menor en la medida de que el combustible tampoco tiene costo. Entonces, decir algo adicional al tema es muy difícil; las tarifas están dadas por la estructura de precios del mercado.

E. D: A propósito, ¿cómo evalúa la situación actual de energías  limpias en Colombia? El gobierno espera que para 2022 se puedan estar generando unos 2.500 megavatios con estas fuentes.

A. W: Creo que Colombia tiene que ajustarse a las tendencias que hay y al concepto de descarbonización en el futuro; es un tema de alta presión a nivel gobierno, donde tenemos que entender que aquí hay que avanzar y desarrollar estas nuevas tecnologías que permitan cubrir la demanda de energía en el país; sin embargo no estoy muy seguro de que logremos dos mil o tres mil megavatios hacia el 2022, pues estamos atravesando una fase bastante difícil a nivel mundial que pueden no permitir cumplir con estas metas. Debemos entender que el mayor productor de paneles solares está en China y este país duró cuatro o cinco meses cerrado en su producción, por lo que no va a ser fácil que cumplan para que lleguen los paneles a los diferentes países que los compraron para seguir desarrollando sus proyectos. Y Colombia no está ajena a eso. Colombia tiene ese problema; pero adicionalmente yo sí creo que hay espacio para que las diferentes tecnologías puedan convivir y puedan llegar a generar una bolsa óptima al país donde podamos ofrecer mejores precios a nuestros clientes. Creo que el carbón y el gas van a seguir siendo una fuente importante para darle la confiabilidad al sistema como lo estamos viendo hoy, pero al mismo tiempo creo que es importante que el tema de las renovables también vaya entrando poco a poco y vaya dándole el balance al sistema que se requiere. No creo que vayan a entrar los megavatios que usted dice en el año 22, pero creo que hay espacio para las renovables con beneficio efectivos para los consumidores.

E. D: Entonces, ¿imposible la ampliación de las termos a carbón de Paipa y menos la construcción de nuevas?

A. W: Pensaría que en este momento no hay una perspectiva favorable al tema; creería que las unidades que están van a estar ahí durante un tiempo prudencial; en el largo plazo la generación a carbón va a desaparecer; hay que buscar más bien que ese combustible sea utilizado en otro tipo de cosas, por ejemplo la regasificación del carbón o nuevos usos en otros procesos y ese tipo de cosas, pero como tal que entren nuevas generadoras a carbón en la región en este momento, por muchos factores, no lo veo viable.

E. D: volviendo a la IV Unidad, esta siempre ha sido un lujo, pero ¿está asegurado el suministro de carbón para que no tenga problemas la generación este año?

A. W: Quiero llevar esto a un nivel distinto. El departamento de Boyacá está en un momento en que basa su economía y su presupuesto para inversión en temas de infraestructura y en temas de crecimiento con base en uno de los recursos que tiene que es el carbón y la minería como tal. Yo sí creo que hemos venido haciendo un trabajo sólido en este contexto para que Boyacá cuente con una minería sostenible de largo plazo que le permita asegurar el suministro de estos bienes a los diferentes usuarios, que le permita hacer una explotación responsable, formal, segura; que lleve al operario de estos negocios una remuneración que le permita recuperar su inversión y además crecer. La respuesta al tema es si logramos una Boyacá sostenible en esos términos. Estamos trabajando en ese sentido y hemos visto muy buenos resultados; yo diría que sí tenemos asegurado el producto y si tenemos asegurado el crecimiento del departamento, siempre y cuando el miso departamento entienda que la minería es una de las fuentes de financiación para lograr a través de estos bienes recoger los dineros que requiere para hacer las inversiones en crecimiento e infraestructura que se necesitan. Esto qué implica, que los planes de gobierno de los mandatarios de turno, tienen que entender que el 65 % del dinero de inversión del departamento viene de las regalías de la minería, lo que es indispensable para poder generar inversión y mejores condiciones a sus habitantes. Entonces, si eso se da de la mano de la empresa privada y el gobierno y logramos niveles importantes en la sostenibilidad de la producción minera vamos a salir adelante y vamos a tener los recursos que necesitamos.

E. D: ¿A partir de esta semana el sector minero estará a plena marcha?

A.W: Yo creo que hicimos un trabajo, tanto la oferta como la demanda de la minería, muy importante durante esta crisis. Hemos podido apoyar a los mineros de la mejor manera posible, hemos podido apoyar las zonas mineras también muy bien, hemos podido llevar no solo ayudadas materiales sino también campañas de educación que les permiten a ellos operar de una manera segura y que nos permite continuar con la operación segura. Para mí ahora es continuar en la vida normal que venimos llevando en el sector minero, que ha seguido operando y trabajando. Han habido temas de manejo, donde la sociedad por alguna razón, ha estado muy preocupada por la posibilidad de que el virus se transmitiera por el dinamismo que esto generaba pero, pudimos enseñarles que con buenas medidas de auto cuidado, con buenas medidas de bioseguridad y limpieza, tanto para la gente como para los elementos que se usan, uno puede generar una explotación minera segura, y eso es lo que se está viendo. Yo no creo que esto vaya a cambiar a partir de esta semana, yo creo que esto viene desde el primer día de la declaratoria de la emergencia, esto viene desde el momento, cero, en que el gobierno dijo, miren nos toca tener mayores cuidados y nos toca quedarnos encerrados pero, sectores como la minería, deben seguir funcionando, lo que nos llevó a incrementar medidas sin el tiempo que tiene los otros sectores, porque a nosotros nos tocó, de hoy para mañana, generar muchísimos procedimientos y protocolos para generar esa bioseguridad. La experiencia que tenemos nos ha llevado a ver que este es un sector que no ha parado, sigue generando y sigue produciendo y ha tenido un rol muy importante en el mantenimiento de los municipios y de los departamentos donde está ubicado, porque ahí no paró la economía, ahí siguen generándose los aportes que se requieren para invertirlos en los otros sector.

Entonces, para mi es simplemente continuar con una labor que ya venimos realizando desde hace dos o tres meses, donde seguiremos apoyando a los mineros, seguiremos dándoles la capacitación y los insumos que requieren para seguir haciendo un trabajo responsable y serio. ¿Qué nos falta? Formalizarnos. ¿Qué nos falta? que los mineros también entiendan que no se trata de seguir produciendo como sea sino producir de manera organizada, donde hayan menos accidentes, mayores recursos y los resultados, al final, es que vamos a entrar en unas economías mucho más estables, mucho más sólidas, para desarrollar esto en el largo plazo.

E.D: ¿Qué más se requiere de los alcaldes y del gobierno regional?  

A.W: Quisiera decir que hemos contado con el apoyo de los gobernantes de turno para poder solventar, en gran parte, esta situación tan difícil que estamos pasando; creo que cada día que trajo la emergencia, cada día que trajo un nuevo requerimiento, cada uno de ellos, en su mejor saber y entender, nos ayudó y nos llevó a que hoy en día el sector de la minería, por lo menos la del carbón, en la zona del oriente de Boyacá, haya podido sobrevivir y aportar un poco en la no degradación de la economía del departamento y de la gente. Lo único que puedo decir es gracias por la ayuda y gracias por haber entendido que este es un sector esencial que debe seguir su proceso; es un sector que habrá que apoyar con mayor vehemencia para que llegue a unos niveles que sean sostenibles en el tiempo, en temas ambientales, en temas sociales, en temas de seguridad y, esto, lo único que va a traer son beneficios para el futuro de cada uno de los departamentos y de las regiones productoras.

E. D: ¿En qué va lo del cierre de las minas de carbón térmico en Paipa?

A.W: nosotros, como le dije al principio, hemos venido trabajando en el programa Pa’ti. En ese programa estamos proveyéndole soporte a estas minas y a estos mineros para poder solventar y solucionar sus problemas que llevan a estos cierres y suspensiones de las minas; este es un tema de largo alcance, no es un tema puntual, no es un tema de que ´bueno venga, pinte este poste de amarillo y se acabó el problema’, sino que este es un tema de cumplimiento y de cambio de una cultura de cómo opero mi negocio, por eso, Pa’ti, es un proyecto de apoyo de cambio cultural, de hacerle entender a la gente que cumplir las normas no es porque el gobierno quiera entorpecer sus operaciones, sino porque en el fondo lo que estamos haciendo es mejorando las condiciones de operación de estas minas. Hemos venido trabajando con la Agencia Nacional Minera, con la gente de Corpoboyacá, con los municipios y en compañía de ellos y entendiendo que el responsable es el minero y no la compañía, hemos logrado avanzar en muchos temas y que la mayoría de los mineros cumplan con los estándares que se requieren para operar. Obviamente hay mucho trabajo por hacer; hay que entender que llevamos cincuenta, sesenta años, operando en unas condiciones que al día de hoy no son las mejores ni las más satisfactorias para poder continuar con los procesos, pero sí estamos generando el cambio y estamos acercando a estos mineros a los estándares que requieren para seguir operando su negocio.

E. D: terminemos con una visión de futuro…

A. W: Lo único que creo que es importante para todos los que hacemos parte del sector, ya sea oferta o demanda de minería en Boyacá, es que nos sentemos y comencemos a pensar en cómo logramos un Boyacá 2040 más sostenible; cómo logramos que un departamento con una riqueza importante en términos de minería, pero al mismo tiempo con unas posibilidades enormes en agroforestería y en turismo, podamos alcanzar una convivencia sana que nos permita decir que tenemos un futuro de mediano y largo plazo que se puede dar en este tipo de actividades. Pienso que generar hoy la discusión de cómo podemos lograr que la minería, con la agroforestería y con el turismo, pueden generar oportunidades para que el departamento se desarrolle y pueda ofrecer productos y servicios que produzcan riqueza y puedan generar oportunidades a los habitantes de la región. Es muy importante que el gobierno de turno, junto los industriales, con los comerciantes y demás gremios e instituciones públicas y la misma comunidad, los proveedores de servicios turísticos, nos sentemos y le demos una pensada, si realmente el departamento como va, tiene la sostenibilidad que queremos darle a esto en este periodo o si realmente es importante que busquemos alternativas nuevas que le permitan logar objetivos. No queremos decir que esto es mejor, o que es peor, sino que busquemos fuentes de ingresos    

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