El boyacense reconoce que perderá tiempo en la contrarreloj del viernes, pero sabe que la montaña será su gran aliada para sacar las diferencias que anhela sobre los hombres del Team Ineos.
Nairo Quintana terminó la primera semana del Tour dentro de los diez mejores de la clasificación general, y dejando grandes sensaciones incluso entre aquellos que lo jubilaron y descartaron al comienzo de esta edición de la ‘Grande Boucle’.
Sin embargo, Quintana aún es superado por siete hombres en la clasificación general individual, situación que tratará de revertir antes de entrar a la tercera semana de competencia.
El camino no será sencillo, pues además de contar con grandes rivales, Quintana es consciente de la gran dificultad que siempre le han implicado las pruebas contra el reloj.
La contrarreloj programada para el viernes en Pau no será la excepción, pues Quintana es consciente de que allí perderá tiempo. “En la crono estar a tope para perder lo menos que se pueda.
Aunque a diferencia de otras ocasiones, Quintana llega lleno de confianza. “Pienso que llego bien a la crono, con ganas. El cuerpo está bien, en condiciones”.
Pero al ser la prueba contrarreloj una debilidad para Quintana, la montaña tendrá que convertirse en su máxima aliada. La etapa 11, prevista para este miércoles genera buenas sensaciones en el boyacense, pues a pesar de que es para embaladores, la llegada en Toulouse solo es el preámbulo de lo que serán los Pirineos.
“Hay etapas de montaña que nos pueden venir muy bien. El trabajo del equipo todos estos días fue muy, muy bueno, ayer en especial estábamos todos delante hasta el infortunio de Mikel», señaló Quintana durante la jornada de descanso.
La primera etapa de montaña durante la segunda semana de competencia en el Tour será el jueves, día que se asciende al Col de Peyresourde y al Hourquette d’Ancizan.