Mujeres y jóvenes en el centro del huracán llamado COVID-19

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La pandemia que se lleva la vida también empuja a jóvenes y mujeres a la desesperanza. Quizás donde más se dibuja la cara amarga del panorama es en el desempleo, fenómeno que va de la mano de la pobreza y la desigualdad.

Por: Jacinto Pineda Jiménez, coordinador académico territorial, ESAP Boyacá Casanare

Jacinto Pineda | Dir. ESAP

En el informe del mes de julio de 2021, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), sostiene que la paradoja de la recuperación en América Latina y el Caribe es el crecimiento con persistentes problemas estructurales: desigualdad, pobreza, poca inversión y baja productividad. La juventud y las mujeres, los más afectados por los efectos de la pandemia, no encuentran un camino esperanzador, por el contrario, algunos indicadores empeoran. Quizás donde más se dibuja la cara amarga del panorama es en el desempleo y por ello abordo el fenómeno.

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Brechas entre hombres y mujeres

De acuerdo a la CEPAL, en América Latina y del Caribe entre 2019 y 2020, el número de ocupados se redujo en 24.827.000 personas, de las cuales casi 13.000.000 eran mujeres. Esto se tradujo en una tasa de desempleo femenino del 11,9%. La tasa de participación femenina disminuyó del 51,4% en 2019 al 46,9% en 2020, mientras que la tasa de participación de los hombres pasó del 74,7% al 69,6%. La reducción en la tasa de participación femenina la ubica en niveles similares a los de 2002. En Colombia la situación no es distinta, según el DANE, si comparamos el trimestre de mayor impacto de la pandemia abril – junio de 2020, con el mismo de 2019, las mujeres ocupadas pasaron de 9,2 millones en el 2019 a 6,7 en el mismo trimestre de 2020; es decir, más de 2,5 millones de mujeres perdieron su trabajo. En términos porcentuales, la ocupación de las mujeres disminuyó en un 27%, mientras que la de los hombres se redujo en 18%.

Gráfico 1

Fuente Dane, elaboración propia

El gráfico uno, muestra las tasas de desocupación de los trimestres 2019, 2020 y primer trimestre de 2021. Busco evidenciar fundamentalmente el comportamiento de la brecha entre las tasas de desempleo de hombres y mujeres, donde la tendencia es la profundización, siendo preocupante que en el proceso de reactivación económica las brechas de genero se han incrementado. Aquí está la verdadera dimensión de los efectos de la pandemia, pero a la vez el mayor desafío sino queremos seguir construyendo una Colombia cada vez más inequitativa.

Son justamente también las actividades que más emplean mujeres en Colombia las más golpeadas, es decir comercio, turismo y el sector cuidado, especialmente el doméstico. La proporción de mujeres ocupadas como trabajadoras domésticas remuneradas se redujo en un 26,4% entre el año 2019 y el 2020. En el trimestre abril-junio de 2019 había 630 mil mujeres como empleadas domésticas, un año después, en similar trimestre, efecto de la pandemia solo estaban ocupadas 336 mujeres en esta actividad. Es claro que las mujeres que perdieron el empleo, entraron a la población inactiva en oficios de hogar.  Hay un desafío, la inserción de las mujeres en los mercados laborales en igual condición que los hombres, pues ellas cuando logran incorporarse son segregadas a ciertas ocupaciones y sectores económicos. Además, reciben un pago menor por su trabajo y los ascensos en las jerarquías organizacionales no son frecuentes

Los jóvenes y el desempleo

El grupo etario más afectado por la reducción del empleo durante la pandemia fue el de las personas jóvenes, tanto en América Latina como en Colombia. De los 12.440.000 jóvenes de 14 a 28 años del país, 3.340.000 no estudian ni trabajan, es decir el 26,8% del total, de ellos 2.199.000 son mujeres (El 59% de ellas, realizan oficios de hogar), según cifras del DANE para el trimestre marzo-mayo de 2021. En el trimestre abril– junio, de 2020, el desempleo en los jóvenes de las 23 capitales, evaluadas, alcanzó la histórica cifra del 35 %. Para este trimestre el desempleo en el país llegó al 20,4%.  Para el trimestre marzo-mayo de 2021, hay 1.569 mil jóvenes desempleados, 734 mil son hombres y 835 mujeres. 5.213 mil están ocupados, 3.200 mil son hombres y 2.013 mil son mujeres, evidenciando las brechas de género. Para el caso el departamento de Boyacá y en especial en Tunja, los indicadores de desempleo son superiores al promedio nacional, situación que afecta a mujeres y jóvenes. Lo complejo del escenario es que el tema del desempleo está fuertemente unido a la pobreza, desigualdad, inequidad y en general a la posibilidad de desarrollar sus capacidades y libertades. Complejo pues los indicadores señalan que continuamos construyendo una Colombia más pobre y que la pandemia profundiza la injusticia.

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