
Esa comunidad rechaza la renovación de títulos mineros a la empresa Cemex y el ingreso al territorio de Cementos Tequendama. Se fortalecerá la red regional de colectivos ambientales, promoviendo una integración territorial entre Vélez, Ricaurte y otras provincias hermanas.
En conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente, el municipio de Moniquirá fue escenario de un importante Foro Ambiental convocado por el movimiento ambiental del municipio Cabildo Verde y que reunió a organizaciones comunitarias, colectivos ambientales, académicos, autoridades y ciudadanía en general.
Bajo el lema “Lo que queda de bosque es sagrado”, se consolidó un llamado urgente a la acción frente a las crecientes amenazas ambientales que enfrenta la región, principalmente por intereses extractivistas, falta de gobierno ambiental y el debilitamiento institucional.
Las cifras y testimonios compartidos durante el foro fueron contundentes. Más del 40% del territorio de Moniquirá está cubierto por solicitudes de títulos mineros, muchas de ellas promovidas por empresas como Cementos Tequendama y Cemex, lo que pone en riesgo ecosistemas estratégicos, nacimientos de agua, y zonas con alto valor ambiental como la Serranía del Peligro.
Pese a que el municipio ha adquirido 23 predios en las últimas dos décadas con fines de conservación, estos no han sido protegidos ni articulados bajo una política clara de preservación. Se evidenció la necesidad urgente de crear un Sistema Municipal de Áreas Protegidas, que no solo salvaguarde los recursos naturales, sino que sirva como herramienta de participación, gestión comunitaria y defensa del territorio.
Una riqueza natural que resiste
Desde la vecina provincia de Vélez (Santander), líderes ambientales y comunitarios compartieron experiencias de resistencia y conservación. Se resaltó la existencia de más de 250 especies de aves, nuevas especies de orquídeas, y el avistamiento del oso de anteojos, símbolo de una biodiversidad amenazada por la minería de cobre y carbón. Se reiteró el impacto de estas actividades sobre la salud humana, la seguridad hídrica y la soberanía alimentaria de la región.
Las reflexiones desde la academia, como las presentadas por docentes de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC), señalaron la urgencia de repensar el modelo de desarrollo. Se cuestionó el ‘ambientalismo neoliberal’ que supedita la vida y los ecosistemas al crecimiento económico. Se llamó a construir una ciencia al servicio de la vida, a partir de un diálogo de saberes entre comunidades, academia y autoridades, y a formar profesionales con conciencia ambiental, ética y arraigo territorial.
El foro también fue un espacio de denuncia. Se criticó la negligencia de anteriores administraciones de Corpoboyacá en la emisión de conceptos técnicos, así como la opacidad de información sobre impactos ambientales en los procesos mineros. La ausencia del alcalde municipal quien solo asistió unos minutos al inicio del evento fue leída como un mensaje preocupante de indiferencia institucional, mientras que la no presencia del Concejo Municipal fue vista como una falta de compromiso, ya que son ellos las autoridades que definen los ordenamientos del territorio y los desarrollos sostenibles del municipio de Moniquirá.
Funcionaria de la Agencia Nacional Minera (ANM) reitero el compromiso con el colectivo ambiental Cabildo verde de Moniquirá, para resolver la existencia de conflictos socioambientales, y se acordó instalar mesas de trabajo conjuntas con Corpoboyacá, autoridades y comunidad. Sin embargo, se reiteró que la participación ciudadana debe ser masiva, informada y permanente para contrarrestar los intereses de las grandes empresas extractivas.
Conclusiones y compromisos
El foro concluyó con una hoja de ruta clara:
Constituir el Sistema Municipal de Áreas Protegidas de Moniquirá, en articulación con la comunidad, el Cabildo Verde y organizaciones ambientales.
Rechazar la renovación de títulos mineros en manos de Cemex y el ingreso del territorio de Cementos Tequendama.
Fortalecer la red regional de colectivos ambientales, promoviendo una integración territorial entre Vélez, Ricaurte y otras provincias hermanas.
Exigir al gobierno nacional el cumplimiento de los compromisos adquiridos en la COP16, con acciones reales y medibles en los territorios.
Impulsar procesos pedagógicos desde las escuelas y universidades, que aborden el cuidado del agua, el reciclaje, la soberanía alimentaria y la protección de los ecosistemas como ejes formativos.
Moniquirá se levanta, así como un ejemplo de organización ciudadana, de defensa del derecho al agua, al aire puro y a un territorio vivo. Frente al avance extractivista, la respuesta no puede ser otra que la unidad, la conciencia y la acción colectiva. Porque no se trata solo de salvar un bosque, sino de defender la posibilidad misma de un futuro digno.