Por | Edilberto Rodríguez Araújo- Profesor investigador, integrante del grupo OIKOS de la UPTC
El comportamiento del mercado laboral sigue las fluctuaciones del ciclo económico, expandiéndose o comprimiéndose. Pese a la existencia de algunos síntomas de recuperación económica, aún esta no es sostenida, pues se considera que este episódico repunte obedece al rebote registrado en el primer semestre de este año, después del desplome de la economía en 2020 (-6,8 por ciento).
Según el último reporte del Dane sobre el mercado de trabajo en Colombia, entre el trimestre julio-septiembre de 2020 y 2021 aumentaron 2,1 millones puestos de trabajo, pero no se restableció el nivel de prepandemia -coyuntura en el que la trayectoria era de un moderado, aunque inestable incremento-, comoquiera que la pandemia destruyó casi 2,9 millones de empleos. Es decir, 800.000 plazas se desvanecieron.
De otra parte, entre 2019 y 2020 el desempleo se disparó hasta lanzar a la calle a 1,5 millones de colombianos, lo que contrasta con el poco más de 900.000 de desempleados que se produjo en el periodo julio-septiembre de 2021, afectando más a la población femenina que a la masculina.
Como se recordará, el máximo pico de deterioro del mercado laboral fue julio del año pasado, reanimándose parcialmente un mes después, pero interrumpiéndose esta mejoría en enero de este año. Entre febrero y junio los indicadores tendieron a recuperarse levemente, sin embargo, abril y mayo fueron dos meses que mostraron la volatilidad de la creación de empleo basada en las actividades terciarias, de donde proviene más del 60 por ciento de los 22 millones de empleos generados en el último trimestre, particularmente del comercio, hoteles y restaurantes.
La dinámica laboral en Tunja no se apartó de las tendencias que se observan en el contexto nacional, aún más, la pérdida de empleos fue más drástica: seis puntos porcentuales por debajo de la media nacional, lo que significa que, durante el año de mayor severidad de la peste viral, el tamaño del empleo se contrajo en 17.000 plazas con relación a 2019. En 2021 se restableció el nivel de cinco años atrás. Como un efecto concomitante, el desempleo, -que se duplicó el año pasado (uno de cada diez tunjanos estuvo desempleado)-, persiste.
En el periodo más reciente 16.000 tunjanos carecen de un empleo y 18.000 manifiestan estar inconformes con su ocupación actual, es decir, son clasificados como subempleados subjetivos, fuente principal de la informalidad urbana. El peso relativo del sector de servicios en el empleo tunjano supera el promedio nacional: 85 por ciento. Esta situación refleja la estrecha especialización de la economía local, en la que los establecimientos de comercio, alojamiento y comida, junto con la administración pública, copan más del 65 por ciento del empleo.
COLOFÓN: Así las cosas, y pese a la reapertura de la economía local, mientras no haya una deliberada estrategia de reactivación, las oportunidades de empleo estarán sujetas a la inercia de los empleadores particulares.
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