También se presentó un ostensible aumento de las deudas de los boyacenses durante el ingratamente inolvidable 2020.
Los estragos de la pandemia todavía son objeto de estudio y análisis, pero el momento más complejo ya culminó. La vacunación facilitó el final de las medidas restrictivas, y con ello acabaron los aislamientos, que tanto daño causaron al aparato económico de la sociedad.
Basta con echar un vistazo sobre el impacto que tuvo el COVID-19 en la sociedad boyacense, en materia económica, pues de acuerdo al informe Boyacá: Contexto Social, Económico, Laboral e Impactos COVID-19, más de la mitad de los boyacenses perdieron sus ahorros durante el primer año de la pandemia. Concretamente el 51,8%.
Pero el impacto no termina ahí. El SarsCov2 llevó a la toma de una serie de medidas que impactaron notablemente el bolsillo de los ciudadanos. De acuerdo a ese mismo informe, el 42,2% de los boyacenses aumentó sus deudas.
Muchas empresas dejaron de percibir ingresos, y algunas incluso tuvieron que cerrar. Eso se vio traducido en que el 13% de los boyacenses perdió su trabajo durante 2020.
Y con el aparato productivo tambaleante, el desempleo por las nubes, y la imposibilidad de salir a las calles para buscar el sustento diario, se potenció la imposibilidad de algunos para cubrir gastos de alimentación. Según el informe, el 10,9% de los boyacenses tuvo dicha problemática.
Otras situaciones derivadas de la crisis económica detonada por la pandemia fueron la imposibilidad de pago de créditos (4,9%) y el riesgo de bancarrota (2,9%).