“Los mineros de subsistencia, estamos en la práctica viviendo de la caridad pública”

Foto Archivo | Hisrael Garzonroa - EL DIARIO
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La afirmación la hacen los asociados a la Confederación Nacional de Mineros de Colombia-,Conalminercoly a la Confederación Nacional de Esmeralderos Confedesmeraldas en carta dirigida al presidente de la república, Iván Duque Márquez  y a María Fernanda Suárez, Ministra de Minas y Energía, para pedirles medidas especiales de protección.

Mauricio Gómez Peña y Germán Suárez Bernal, presidentes de Conalminercol y Confedesmeraldas, respectivamente, junto con Rubén Darío Gómez Cano y Luz Stella Ramírez Guevara, secretario de Conalminercol y directora ejecutiva de Confedesmeraldas, suscriptores de la carta afirman que en la actividad de la pequeña, mediana y la minería de subsistencia, que es la minería de los colombianos, trabajan más de dos millones de hombres y mujeres del campo, de artesanos y pequeños empresarios presentes desde épocas ancestrales, quienes están pasando las peores dificultades en esta etapa de pandemia.

Los dirigentes gremiales le expresan a los altos funcionarios que al ser “esta actividad el único medio de sustento para nuestras familias, sustento que hoy está afectado de manera directa y grave con la actual crisis generada por el COVID-19 y las necesarias medidas dictadas por su Gobierno de manera oportuna y necesaria”, también necesita de acciones puntuales de protección.

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Ingeniero Germán Suárez Bernal, Confedesmeraldas. Foto | Hisrael Garzonroa

El mapa de dificultades 

En la misiva los voceros gremiales describen la “grave dificultad por la que atraviesan que ha llevado a unos  a sacar los pocos ahorros existentes y que agudiza la crítica economía de los mineros que viven del día a día en cada uno de los tipos de minería existente en el país”.

Consideran que “sí bien las normas expedidas por el gobierno nos permiten realizar la labor, el mercado no se encuentra en las mismas condiciones para comercializar lo explotado por la relativa parálisis de sectores de la industria que son en últimas nuestros mayores demandantes”. 

En consecuencia, añaden, “los mineros de subsistencia, que somos la mayoría en el país, estamos en la práctica viviendo de la caridad pública; los pequeños empresarios están reventados y los empleos en grave riesgo; no clasificamos para los créditos en el sistema financiero (las puertas fueron cerradas por lo del SARLAF, tema en discusión con la Superfinaciera y la ANM), y por desgracia, pareciera que no clasificamos para ninguna ayuda por parte del gobierno”. 

Desde luego, dicen los voceros gremiales, “esta tragedia también afecta los pueblos indígenas y afros que viven de la minería, situación nefasta que pone en serio peligro su seguridad alimentaria y amenaza la integración regional de esas comunidades”. 

Señalan que “los diferentes Gobiernos le han dado la espalda a los procesos de formalización real y al desarrollo de la minería tradicional. Desde 1994 se han empezado procesos de formalización y hoy todavía no se han culminado, no es por la cantidad si no por la debilidad de la norma. Situación que nos tiene sin reconocimiento, en limbos jurídicos y para ajustar, por fuera de censos y en la total informalidad”.

Es la hora de respuestas serias  

A pesar de todas las dificultades arriba descritas, los gremios compromisarios de esta comunicación al Presidente y a la Ministra del ramo, recuerdan que, “los mineros somos cada vez más conscientes del manejo racional del recurso y del respeto al medio ambiente. Hemos recibido en algunos sectores apoyo técnico y científico para implementar tecnologías limpias y ambientalmente responsables, para que se pueda desarrollar minería sin afectarlo y con garantías de progreso para las regiones y comunidades que viven de esta labor en toda Colombia, en su cadena económica, social y en la estabilidad de los pueblos”. 

Dada la situación descrita, y tomando como base las realidades de los pequeños, medianos y mineros de subsistencia le solicitan al gobierno los siguiente: 

• Poner fin al exterminio de la minería nacional que condena a más de dos millones (2.000.000) de personas que viven del oficio a una mayor pobreza, a perder su trabajo y el sustento de sus familias. Recuérdese que la minería nacional ayudó al país a salir de la crisis en los ochentas y también lo podemos hacer. 

• Incluir a los mineros en las ayudas que se plantean para el resto de los productores nacionales; como moratorias al pago de obligaciones, alivios a sus deudas, acceso a créditos blandos y oportunos, con plazos posteriores para el pago de sus cuotas y sin mayores obstáculos, entre otras. 

• A los mineros de subsistencia que son los más vulnerables de la cadena que puedan contar con ayudas alimentarias, de salud, el pago de sus servicios públicos, arrendamientos y demás. 

• Que se escuche los reclamos y respete los acuerdos firmados con las organizaciones de los mineros que, de una manera constructiva y respetuosa, han generado espacios de diálogo y propuestas de salidas democráticas y claras al conflicto existente por el grado de informalidad reinante en el territorio nacional. 

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