Los médicos también se enferman y reclaman condiciones dignas para trabajar

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En horas de la mañana de este jueves estará el superintendente de Salud en la ciudad de Sogamoso. Médicos, enfermeras y auxiliares, entre otros, un gran número de profesionales del sector, esperan que los escuchen y que se vislumbre alguna solución. Ya no aguantan más.

Un grupo de aproximadamente 40 personas se han visto afectadas con el cierre de la Corporación Mi IPS, sede Sogamoso, que prestaba servicios a la EPS Medimás que actualmente está en liquidación. Por ello, se han presentado varios plantones sin que hasta el momento tengan el eco suficiente para encontrar alivio a sus peticiones.

Este jueves 5 de mayo, se espera que el superintendente nacional de Salud, Fabio Aristizábal, en una reunión convocada por la secretaría de Salud del municipio, escuche a usuarios, veedores y líderes de control social, con el objetivo de garantizar los derechos que les han sido vulnerados a buen número de ellos. La cita es en la Cámara de Comercio de Sogamoso, en la Carrera 11 # 21-112, donde según información oficial, sin previa inscripción y hasta completar aforo, será desde las 8:00 de la mañana hasta las 12 del mediodía.

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“La situación de nosotros es difícil, diría yo que indigna, durante toda la pandemia estuvimos trabajando incansablemente, primero que todo por nuestros pacientes, de acuerdo con nuestro juramento; pero resulta que durante ese período estuvimos desafiliados, no tuvimos acceso por parte de la IPS Mi Salud a los servicios de salud ni tampoco recibimos los aportes, que ya fueron descontados con anterioridad por nómina, a la pensión. Y así es el tema, los médicos, las enfermeras, los odontólogos, no tenemos salud”, manifestó el doctor Óscar Mauricio Baquero, uno de los afectados con la situación que dejó esta IPS en la ‘Ciudad del Sol’.

En Boyacá existen 13 sedes, en las que cerca de 400 a 450 personas dependían directamente de dicha corporación. Y ahí viene otro asunto y es que la contratación en Colombia todavía se da por prestación de servicios e incluso para estos “héroes”, como fueron llamados en el confinamiento los profesionales de la salud, por cooperativas donde no se perciben salarios justos ni acorde con la realidad y la carga laboral que deben soportar.

“No puedo hablar por mis demás compañeros, puedo hablar por mí, lo último que devengaba en octubre del año pasado eran $2’500.000; creo que, no lo puedo afirmar, poco más de un salario mínimo ganaba un auxiliar y no ajustaba los dos millones de pesos una enfermera jefe, los odontólogos también estaban contratados por salarios muy bajos”, comentó Baquero.

Muchos de los que se vieron “tocados” con esta sorpresiva e intempestiva desaparición de la IPS Mi Salud se han visto en dificultades, “ha sido difícil volver a retomar las labores para muchos de los colaboradores de la corporación, primero, porque digamos que las condiciones en las que terminaron no han sido buenas, con lo que se refiere a la economía, sabemos que hay cosas que son prioritarias, la vivienda, la alimentación, el transporte, entonces, pues si se come no se viste y así sucesivamente, no es fácil contratar con otras entidades, algunas llevaban muchos años y habían adquirido enfermedades laborales y pues eso les imposibilita conseguir un trabajo con facilidad”, añadió el médico.

Hasta la fecha no hay razón de las directivas de dicha corporación, se han hecho esfuerzos por lograr comunicación y ha sido en vano, incluso se pidió el acompañamiento del Ministerio de Trabajo, con una respuesta que no fue alentadora, donde se dijo que a la IPS le adeudaban mucho dinero, que no recibía pagos, que había la voluntad de solucionar, pero que no tenían cómo hacerlo.

“Nunca se hizo el pago, yo tuve que renunciar personalmente en octubre del año pasado, pues la situación era insostenible”, puntualizó este profesional de la salud.

El doctor Baquero Pedreros se graduó como médico general de la Universidad Nacional de Colombia en 2005, cuenta con una trayectoria de más de 7 años en el manejo de pacientes crónicos como a quienes atendía para Medimás, una EPS resultado del paso de Saludcoop, después llamada Cafésalud, donde en medio de ese trance laboró más o menos unos 15 años, “soy un colombiano más, intentando salir adelante, aportando al país todos los días, desde que me levanto hasta que me acuesto”, asintió. También trabajó para Colombiana de Salud por más de 7 años, donde tampoco hubo buen trato.

Gracias a su experiencia labora actualmente en una clínica de Duitama, hace parte de labor social con el ancianato y es el médico de la seccional de Bienestar Universitario de la Uptc seccional Sogamoso. En pocas palabras, le toca “rebuscarse” como a la mayoría de universitarios (con especializaciones, maestrías y hasta doctorados) del departamento y a lo largo y ancho de la geografía colombiana.

Desde derechos de petición y tutelas (virtuales y radicadas en físico) hasta una serie de demandas ya cursan en contra de la IPS Mi Salud que al parecer no tiene dolientes ni les duele lo que está pasando.

Aparte de los incumplimientos en los pagos por parte de Mi Salud (más de dos años sin salud ni pensión, aproximadamente 4 años sin pago a las cesantías, no se recibieron las últimas vacaciones), se sabe de las pésimas condiciones que afrontan quienes alguna vez fueron considerados ‘la primera línea de la salud’ en cuanto al ambiente laboral, donde de manera indirecta se trataría de persuadir al personal para que “gasten menos” cuando de atender vidas humanas se trata.

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