Los desafíos de Villa de Leyva en materia de servicios públicos

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El alcalde de esa población, Víctor Alfonso Gamboa Chaparro, participó en uno de los paneles dentro del Foro de Servicios Públicos, organizado por la Revista Semana y la Auditoría General de la República. Desde su perspectiva como alcalde, Gamboa analizó el panorama, los riesgos y las estrategias en el sector de servicios públicos domiciliarios del país. Aquí algunos de sus planteamientos.

Villa de Leyva, el hermoso, histórico y turístico municipio de Boyacá, que este año cumple 453 años de fundación, tiene apenas 24 mil habitantes, pero durante los fines de semana, puentes festivos o en sus famosos festivales puede llegar a albergar a una población de 100 mil habitantes, con lo que eso significa en materia de prestación de servicios públicos.
“Es un reto muy grande”, dijo su alcalde, Víctor Alfonso Gamboa Chaparro, durante el panel ‘Desafíos en la prestación de los servicios públicos en Colombia’, que hizo parte del Foro que sobre el tema realizaron este jueves 27 de marzo la revista Semana y la Auditoría General de la República.

El panel en el participó Gamboa también contó con la presencia de Germán Castro, contralor delegado de Minas y Energía; y Alaín Niño, asesor en servicios públicos y TIC de Andesco.

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“En los municipios tenemos enormes desafíos no solo frente a la cobertura sino a la modernización de los servicios públicos y ese reto es aún más grande para quienes hacemos parte de la Red de Pueblos Patrimonio, 22 municipios de Colombia, que tenemos que tomar medidas y salir adelante con servicios de alumbrado público, saneamiento básico; y calidad y cobertura del agua en zonas urbanas y rurales, siempre teniendo en cuenta un contexto histórico”, dijo Gamboa.

Aseguró que en la actual coyuntura y con lo señalado en el Plan Nacional de Desarrollo del Turismo, esas tareas son más exigentes, precisamente porque lo que plantea el Gobierno nacional es que el turismo sea el motor del desarrollo económico y de la generación de empleo.

“Los desafíos son enormes no solo con temas como el alumbrado público y el agua potable sino que tenemos otras tareas como la necesidad de llevar internet a amplias zonas urbanas y rurales, cuando entre semana la población es poca, pero que se multiplica en las épocas de festividades, puentes festivos y festivales, como ocurre en Villa de Leyva”.

Señaló que prueba de ello es lo que ocurre durante los tradicionales festivales de Villa de Leyva, cuando llegan a esa población 80 o 100 mil visitantes y no es posible ofrecer buenos servicios de telecomunicaciones.

En su disertación, el Alcalde de Villa de Leyva se quejó de lo que denominó el sistema perverso que están viviendo muchos mandatarios locales:

“Hay una situación estructural que hay que reformar rápidamente que es la manera como se establecen por ley las categorías de los municipios. “La mayoría de los 1.123 municipios en Colombia son de sexta categoría y esa clasificación se hace teniendo en cuenta dos criterios: la población y el presupuesto, pero sin tener en cuenta que hay municipios en donde los alcaldes tenemos una posibilidad distinta de gestionar mucho mejor el tributo, mediante un Estatuto de Rentas o modificaciones tributarias, pero nos dejan en una sin salida, cuando podríamos tomar medidas para fortalecer la ausencia de subsidios”, dijo.

Por eso Gamboa no solo planteó la descentralización y la desconcentración, a propósito de nueva Ley, sino la posibilidad de que algunos municipios puedan autogestionar sus recursos y realizar una recategorización de los municipios para que, por ejemplo, se puedan regular antiguos sistemas de acueductos veredales, que hoy tienen inconvenientes porque no reciben subsidios pues ni siquiera tienen documentos y a los que tampoco es posible hacerles control por parte de las autoridades competentes.

Indicó Gamboa Chaparro que con los actuales criterios para establecer la categoría de los municipios no se les puede mirar sobre una mesa plana como si todos fueran iguales, porque todos los municipios tienes contextos y realidades distintas y son absolutamente diferentes en las gestión de sus servicios públicos.

Mencionó que, de acuerdo a una calificación que hace la Secretaría de Salud de Boyacá, el acueducto de Villa de Leyva es uno de los mejores de Boyacá en cuanto a la calidad del agua que suministra pero que, al mismo tiempo, es uno de los peores del departamento en cuento a cobertura. “Esto merece una restructuración del régimen municipal, que su vez permita restructurar el sistema de los servicios públicos”.

También mencionó Gamboa lo que ocurre con los vertimientos de aguas negras de los municipios a los caudales hídricos. “La gran mayoría de municipios no tienen plantas de tratamiento de aguas residuales porque si no reciben subsidios les resulta imposible resolver el problema de contaminación que generan y entonces les toca pagar tasas más altas a las corporaciones autónomas regionales; y no son autosuficientes porque no tienen ingresos. La gran mayoría de municipios tenían empresas de servicios públicos que terminaron siendo insolventes y les tocó someterse a la ley de quiebra”.

En otro de los apartes, el Alcalde de Villa de Leyva se refirió a lo que ocurre con los alumbrados públicos: “Cada vez vemos más privatizaciones de esos servicios por la asfixia de los propios sistemas, pero no tenemos herramientas para autogestionar y poder sacar adelante las empresas de servicios públicos”.

Igualmente dijo que es necesario cambiar la cultura de los ciudadanos frente a la costumbre de incurrir en fraude con los servicios públicos. A las autoridades nos corresponde tener cero tolerancia frente al fraude, que no es solamente de los estratos bajos sino de estratos altos e incluso de grandes superficies, y los ciudadanos tiene que saber que no pueden defraudar y mantener conexiones para robarse el agua durante años.

Sin embargo también señaló que la mayoría de los municipios, con el tema del agua y las conexiones fraudulentas, no tiene la capacidad instalada en materia de macromedidores, bocatomas y bombas de succión para detectar cuánta agua se pierde y quién se la está robando.

Recordó que cuando llegó como alcalde de Villa de Leyva le dijeron que el porcentaje de defraudación del acueducto municipal estaba en aproximadamente un 25 por ciento, pero que cuando realizaron la evaluación e inspección encontraron que en el acueducto del sector urbano, que es el más grande de su pueblo, había más de 700 micromedidores que hacía cinco o seis años no funcionaban.

“Se requiere recursos y tecnología para modernizar los sistemas de acueducto y alcantarillado pero los ciudadanos también deben ser conscientes de las consecuencias que los fraudes causan en la prestación de los servicios y de las dificultades económicas que les generan a los municipios. Los servicios públicos tienen un costo, no solo para prestarlos sino para que se pueda garantizar el funcionamiento de las empresas”, dijo.

Recordó el Alcalde que a los municipios les toca también hacer reconversión tecnológica en temas de alumbrado público, pasar de sodio a led, lo que aparentemente es fácil, pero en el caso de los pueblos que son monumento nacional el tema se vuelve complicado porque están vigilados por el Ministerio de Cultura que les reclama que no pueden colocar cualquier luminaria sino una que tenga determinadas características, dependiendo de la tipología arquitectónica.

“Queremos efectuar esa transición para colocar una iluminación más inteligente o para ahorrar, pero no nos han dicho como hacerlo y los que somos monumento nacional quedamos entre la espada y la pared, como pasa con Mompox, Cartagena, Popayán o Villa de Leyva, entre otras.

Adicionalmente el alcalde de Villa de Leyva se refirió a la necesidad de vincular a los ciudadanos, incluyendo a los campesinos, no solo haciendo pedagogía y explicándoles cómo funcionan los modelos de servicios públicos y porqué deben pagar y que hay detrás de ese pago.

“También se requiere esa ayuda de los ciudadanos para hacer separación de basuras en la fuente, pues en la medida en que se aprovechen principalmente los residuos orgánicos, no será necesario transportar tanta basura hasta los centro de acopio como el de Pirgua, en Tunja y entonces eso se puede ver reflejado en reducción de las tarifas”, concluyó Gamboa Chaparro.

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