1. Pedro Arnulfo Sánchez Suárez, ministro de Defensa Nacional

Nació en Boavita y permanentemente lo recuerda y lo divulga con orgullo. Durante 35 años fue oficial de la Fuerza Aeroespacial Colombiana, en donde realizó más de 6.700 horas de vuelo en helicópteros y aviones y ocupó cargos de alto nivel en operaciones estratégicas, seguridad y defensa.

El presidente Petro, quien como congresista muchas veces criticó el nombramiento de militares como Ministros de Defensa, lo llamó ocupar ese cargo, que Sánchez asumió el 3 de marzo de este año.
Es Administrador de Empresas de la Escuela de Administración de Negocios, cuenta con Maestría en Pensamiento Estratégico y Prospectiva de la Universidad Externado de Colombia, Maestría en Estudios Estratégicos de la Air University (Fuerza Aérea de los Estados Unidos) y Maestría en Seguridad y Defensa Nacionales de la Escuela Superior de Guerra.
El Ministro proviene de la provincia de Norte, a más de 150 kilómetros de Tunja, una región que durante cerca de dos décadas sufrió las consecuencias del conflicto armado interno en Colombia. Entre 1958 y 2018 —según cifras oficiales— Boyacá registró más de 4.000 víctimas directas del conflicto: asesinatos selectivos, desapariciones forzadas, secuestros, desplazamientos forzados, entre otros.
Le ha tocado ser el Ministro de Defensa en el gobierno que prometió la paz total pero que ha enfrentado cuestionamientos y dudas sobre su capacidad para reaccionar ante los actores armados.
A Sánchez le critican por lo que algunos han denominado debilitamiento de los organismos de inteligencia, lo que ha permitido que se generen brotes de violencia, con desplazamientos forzados, asesinatos y ataques de grupos armados. Al Ministro ‘ha puesto la cara’ por bombardeos de las Fuerzas Militares que causaron la muerte a varios menores de edad.
También le cuestionan que la estructura de mando dentro de las Fuerzas Militares podría afectar su operatividad, ya que con su nombramiento ‘se pasa por encima’ de generales con más antigüedad, lo que para algunos equivale a una ‘injerencia política’ en la jerarquía militar.
Sánchez tiene como subalternos hoy a por lo menos medio millón de efectivos, entre ellos 290.000 de las Fuerzas Militares y otros 180.000 de la Policía Nacional. Es ‘superpoderoso’.

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2. Laura Sofía Melo Barrera, nadadora

Tiene 23 años y desde hace 19 Laura Sofía Melo Barrera practica la natación, una pasión que le inculcaron sus padres, Abernardita Barrera, ama de casa; y Cesar Olimpo Melo, profesor del colegio La Nueva Familia de Duitama.
Ellos fueron los que comenzaron a llevarla desde los cuatro años a la piscina olímpica de Duitama en donde dio sus primeros braceos, apenas unos meses después de que dio sus primeros pasos.
Laura Sofía estudió en el Colegio Rafael Reyes; ahora adelanta su carrera en la Universidad Militar de Bogotá en donde aspira a graduarse como administradora de empresas y, como hobby, lee, pero todo lo ha hecho siempre de manera simultánea con la práctica de la natación.
Sus dos hermanos mayores, un hombre y una mujer, también practicaron la natación, pero con constancia y dedicación fue ella quien comenzó a cosechar triunfos.
Para lograr el nivel al que ha llegado, sus prácticas deben ser cada día, de todas las semanas, de todos los meses, de todos los años.

El primer gran logró para Laura Sofía llegó en los Juegos Nacionales de 2015, en los que conquistó medalla de bronce; enseguida fue campeona suramericana y centroamericana.
También fue récord nacional de piscina larga (50 metros) y de piscina corta (25 metros); múltiple medallista y campeona nacional.
Su último y enorme logro fue conquistar tres medallas de oro para Colombia en los Juegos Bolivarianos, realizados en Ayacucho, Perú. Las medallas fueron en las modalidades de 200 metros combinado, 50 metros espalda y 400 metros combinado.
“No tenía esas expectativas; me había preparado bien, sabía que podía ganar pero me sentí muy fuerte y en efecto gané”, indica. Reconoce que venía trabajando muy fuerte, durante muchos años por lo que esos tenían que ser los frutos de tanto esfuerzo.
Y agrega que, según lo que le dicen sus entrenadores y por sus capacidades, se está preparando para ser medallista centroamericana y panamericana y para representar a Colombia en los Juegos Olímpicos del 2028.
Dos veces ha sido exaltada entre los mejores deportistas de Boyacá, por la Asociación Colombiana de Redactores Deportivos, ACORD.
La mala noticia para Duitama y Boyacá es que Laura Sofía se prepara y compite en representación de la Liga de Natación de Bogotá. “En Boyacá es muy difícil ser deportista de alto rendimiento, por lo menos en natación”.
Anota que en el 2019 ganó dos medallas de oro para Boyacá en Juegos Nacionales y que no logró ningún apoyo del departamento para las concentraciones y para las competencias. Por eso compite con la Liga de Bogotá que la llamó, le ofreció ayuda y le brinda apoyo.

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3. Éditson Julián Ropero Borda, director de la Banda Sinfónica de Samacá

Nació el 18 de mayo de 1989 en Bogotá; hijo de María Antonia Borda, ama de casa, y Víctor Julio Ropero Baquero, uno de los más grandes directores que ha tenido el departamento de Boyacá.
Fue su padre quien inició la labor de formación con la banda de músicos de Samacá, un semillero de cientos de jóvenes, muchos de los cuales hoy adelantan estudios superiores en instituciones como la Universidad Pedagógica y Tecnológica, UPTC o la Universidad Nacional.
Hoy, la Banda de Músicos de Samacá tiene más de 50 jóvenes y por lo menos otros 1.500 en procesos de formación. 1.300 de ellos, estudiantes de todas las instituciones educativas, intentaron imponer hace poco el Récord Guiness en un concierto de flauta dulce con música de Navidad.

En el proceso de formación de músicos de Samacá, los integrantes de la Banda Sinfónica le transmiten sus conocimientos a las nuevas generaciones de músicos.
Con la Banda Sinfónica, integrada por jóvenes de esa localidad, Ropero fue el ganador del Concurso Internacional de Bandas en Valencia, España en el año 2024, en la categoría Sección Tercera.
También ganador dos veces del Concurso Nacional de Bandas en Paipa (el evento a nivel bandístico más representativo de Colombia).
Ganador de siete mejores instrumentistas en los diferentes concursos del país; ganador en las categorías infantil y básica de los concursos departamentales de Boyacá desde el año 2021 al 2025; invitado de honor al Festival de Música en Caracas, Venezuela, bajo la dirección del Maestro Gustavo Dudamel y José Antonio Abreu (q.e.p.d).
Integrante de la Escola Cantorum, de Girardot, en el año 2016, catequista de la parroquia Nuestra Señora del Rosario de Samacá en los años 2023 y 2024; invitado al taller de formador de formadores en Ibagué en el año 2011
De manera individual también fue el ganador del concurso internacional de Trompeta en el Festival Internacional de Música de Cancún, galardonado como mejor director en diez ocasiones en los concursos nacionales de bandas en Colombia; ganador del Concurso Interuniversitario de Trompeta en el año 2009, semifinalista del Concurso Latinoamericano de Trompeta Erick Ubier, invitado como solista al concierto de gala de la banda sinfónica de Chía en el auditorio de la Universidad UIS de Bucaramanga e invitado como solista al Concurso Internacional de Bandas en Altea, España, en el 2009, por la banda sinfónica de Tocancipá.
Actualmente dirige la Escuela de Música del municipio de Samacá y a su vez dirige las bandas sinfónicas del municipio que son Pre Banda sinfónica, banda sinfónica infantil y banda sinfónica especial, con la cual se está realizando el proceso de grabación de un homenaje al gran cantante Joe Arroyo y con una posible nominación a los Grammys Latinos
Su próximo reto y el de las autoridades de Samacá es llevar la Banda Sinfónica Juvenil al Mundial de Bandas Sinfónicas, en Holanda, evento que se realizará a mediados del 2026. Se trata quizás del evento de su género más exigente del mundo, pero no solo se requieren interminables ensayos y demostrar gran virtuosidad musical sino que será necesario un esfuerzo económico extraordinario.

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4. Julián Pinilla, ‘El Chico de la Ruana’

Un joven de 25 años es hoy el boyacense con más seguidores en redes sociales.
El creador de contenidos ha utilizado ese poder para destacar a su tierra, las costumbres del campo y para realizar campañas de carácter social.
En el país y el mundo conocen a Julián Pinilla como ‘El Joven de la Ruana, un personaje que apareció en épocas de la pandemia del COVID-19 y que ha alcanzado cifras impresionantes de seguidores, especialmente en Facebook, TikToK e Instagram.

En cinco años Pinilla se consolidó como una de las voces juveniles más visibles de Boyacá. Su imagen, marcada por la ruana, el sombrero y un discurso que reivindica el orgullo campesino, lo convirtió en un referente cultural y en un símbolo de la nueva generación boyacense que busca mezclar tradición y modernidad.
Su aparición pública tenía como objetivo inicial mostrar las costumbres del campo pero la influencia que le dieron esas redes sociales lo posicionaron también en campañas en defensa de los animales y de causas sociales.
A partir del reconocimiento que le dieron las redes empezó a ser invitado a eventos culturales, debates comunitarios, festivales y espacios institucionales. Ha participado en encuentros juveniles, actividades rurales y campañas de impacto comunitario en varios municipios. Allí, su papel ha sido más de vocero del orgullo boyacense que de figura política, aunque su presencia en escenarios cívicos lo ha acercado inevitablemente a temas de interés público.
El mensaje central de Pinilla ha sido la defensa del campesino boyacense: su trabajo, su territorio y su cultura. Ha hablado sobre la importancia de la agricultura familiar, las dificultades para los jóvenes rurales y la necesidad de proteger la identidad cultural en un territorio que suele ver a sus nuevos liderazgos emigrar hacia las ciudades.
Es común que sus intervenciones mezclen humor costumbrista con críticas sociales. Esa combinación le ha permitido crecer entre públicos que normalmente no siguen debates rurales.
Además de realizar contenidos con un estilo auténtico y directo, Julián practica deportes, como el ciclismo y el fútbol.
‘El Chico de la Ruana’ tiene 5.3 millones de seguidores en TiKTok y más de 133.3 millones de ‘me gusta’; 3.2 millones de seguidores en Facebook y 2.1 millones de seguidores en Instagram.
En abril de este año Pinilla fue reconocido con el Premio India Catalina al Mejor Creador de Contenido Digital Social y, hace unas pocas semanas, el Concejo de Bogotá le entregó una condecoración, exaltando su sobresaliente labor social, liderazgo comunitario y aporte a la preservación y difusión de la cultura boyacense y las raíces campesinas.
“A través de sus redes sociales y acciones solidarias, Julián Pinilla ha logrado promover la identidad boyacense, impulsar el reconocimiento del trabajo campesino y movilizar a millones de personas en iniciativas sociales que han beneficiado a comunidades vulnerables en distintas regiones del país. Su autenticidad y compromiso lo convirtieron en un referente nacional, reconocimiento que se consolidó con el Premio India Catalina 2025 en la Categoría Mejor Creador de Contenido Digital Social”, indicó el cabildo.
El Chico de la Ruana entró recientemente al Top Creators 2025 de Forbes Colombia. “Entramos al Top Creator 2025 de @forbescolombia Sumercé. Me recuerda que lo único que está de moda es ser auténtico. Cuando haces las cosas con el corazón y sin enredo, lo bonito llega solito”, escribió el influencer, sobre este logro.
“A futuro espero ser una figura internacional fuerte en el tema de contenido positivo y que ojalá la gente empiece a consumir contenidos que aporten; que esa balanza la pongamos un poquito inclinada hacia el lado social”, concluye.

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5. Wílmer Castellanos, Representante a la Cámara por Boyacá

El exalcalde de Sutamarchán y representante a la Cámara Wílmer Yair Castellanos Hernández no es una figura de grandes discursos nacionales ni de una alta exposición mediática.
Tampoco acostumbra a polemizar ni a chocar públicamente con sus colegas o con actores de la política nacional, como habitualmente hacen sus colegas del Congreso.
Castellanos es, fundamentalmente, un político boyacense forjado en el pulso de la administración local y en la lectura cotidiana del territorio.
Su trayectoria política la ha desarrollado principalmente en el ámbito departamental, donde logró consolidarse como una figura con peso electoral y capacidad de articulación política en Boyacá.

Es conocido por un perfil más político que mediático, con trabajo de base en municipios y relaciones fuertes con liderazgos locales. Su llegada al Congreso respondió a una lectura del territorio, a su cercanía con muchos líderes políticos locales y regionales, a su trabajo incansable, pero también, hay que señalarlo, a estructuras políticas y a maquinaria.
Llegó al Congreso como representante a la Cámara por Boyacá y de manera un poco callada demostró ser eficiente y eficaz.
Es Castellanos el primer boyacense que ocupa la presidencia de la Comisión Tercera, de Hacienda y Crédito Público, y desde esa posición no solo logró la aprobación de numerosos proyectos, varios de ellos convertidos hoy en leyes de la República, sino que gestionó recursos para su departamento de origen.
Asegura Castellanos que en esta vigencia se lograron recursos por $173.000 millones para Boyacá, gestionados de manera directa en proyectos y 470.000 millones gestionados en equipo, es decir más de $640 mil millones.
El Representante a la Cámara por Boyacá logró la aprobación de siete leyes, entre ellas: Ley 2456 – Inclusión Más, fondos de protección y apoyo a las personas con discapacidad y los cuidadores; Ley 2378, Política Nacional de Mercadeo Agropecuario, que establece ordenamiento de la producción, logística y la comercialización agropecuaria; Ley 2427, Ley ‘salvavidas’, sobre gestión del riesgo y cambio climático que promueve la educación para niños y jóvenes y la capacitación a gobernadores y alcaldes en materia de gestión del riesgo de desastres, cambio climático y sostenibilidad ambiental; Ley 2514, AgroAlivios, beneficia a más de 46.000 pequeños y medianos productores agropecuarios que tengan créditos con Finagro, con condonación de intereses corrientes y de mora; Ley 2538, que aumenta la cobertura y la calidad del servicio de agua potable y saneamiento básico, garantizando más inversión en más de 200 municipios del país; Ley 2516, Ley Colboy, que exalta y moderniza en su infraestructura al primer colegio público de Colombia Colegio de Boyacá; y Ley 2519, Simona Amaya, que exalta a las mujeres líderes del país, a través de un galardón que conmemora la valentía y coraje de las mujeres boyacenses.
Y considera como un ‘hijito adoptivo’ la Ley 2468/25 que garantiza la modernización del Fonpet, de la cual fue autor y coordinador ponente. Con esta ley los alcaldes y gobernadores podrán tener mayor autonomía en el manejo de los recursos de sus pasivos pensiónales, así como lograr desahorrar por encima del 100% del cubrimiento del pasivo en los sectores de educación, salud y propósito general, con un plus adicional y es haber logrado que el gobierno devolverá 6 billones que debían al Fonpet y que incrementará el cubrimiento del pasivo pensional en todos los municipios y departamentos del país.
Esa es la gestión de Castellanos quien, casi que insólitamente, no será de nuevo candidato al Congreso. Asegura que ya cumplió esa etapa, que Dios iluminará el camino para buscar otras metas y que prefiere dejarle el espacio a las nuevas generaciones de políticos regionales.

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6. Jorge Enrique Ibáñez Najar, presidente de la Corte Constitucional

El actual presidente de la Corte Constitucional Jorge Augusto Ibáñez Najar comenzó su trayectoria en el sector público en Tunja, en 1977, cuando fue elegido concejal suplente de Guillermo Torres Barrera para el periodo 1978-1980. En su paso fugaz por la política de la capital boyacense militó en las juventudes conservadoras. Algunos copartidarios suyos lo recuerdan por la diligencia en las tareas que le encomendaban en la Casa Conservadora, ubicada en el centro de Tunja, a media cuadra de la Plaza de Bolívar.
Ibáñez es abogado de la Pontificia Universidad Javeriana, con especialización en derecho constitucional y administrativo; fue asesor en la Asamblea Nacional Constituyente de 1991 y en procesos constitucionales en Ecuador en 1997.

Ingresó a la Corte Constitucional en 2020, elegido magistrado por el Senado de la República con una votación amplia. Su periodo como magistrado abarca de 2020 hasta 2028, y ha sido vicepresidente y luego presidente de la Corte, cargo que ostenta actualmente.
Ser presidente de la Corte Constitucional en Colombia tiene un enorme significado porque ese tribunal cumple un papel transcendental como guardián final de la Constitución.
La Presidencia concentra uno de los mayores poderes jurídicos, políticos y simbólicos del Estado, incluso por encima de muchas autoridades electas. En términos sencillos: la Corte decide en dónde empiezan los derechos y hasta dónde llega el poder.
Y ese papel es mucho más trascendental y, se quiere, polémico, porque el del presidente, Gustavo Petro, es un gobierno de ruptura, que está intentando cambiar reglas, equilibrios y sentidos históricos del poder en Colombia. En ese contexto, la Corte actúa como bisagra institucional.
El gobierno Petro no administra el statu quo: lo desafía; para bien o para mal; quiere transformar, que es lo que ha ocurrido con el modelo de salud, el sistema pensional, la política energética y extractiva; la relación Estado–mercado, el enfoque de seguridad, etc
En ese contexto, Ibáñez se ha constituido en ‘una piedra en el zapato. Desde que asumió la presidencia de la Corte Constitucional, su nombre dejó de circular solo en expedientes y salas de audiencias para instalarse en el debate público, en los trinos presidenciales, en los titulares que hablan de choques entre poderes.
Pero esa confrontación no es necesariamente por el Presidente Petro. Cuando Ibáñez llegó a la Corte Constitucional, en 2020, Colombia ya estaba polarizada. Pero la presidencia del tribunal —que asumió después— lo puso en el centro del huracán. No solo por representar institucionalmente a la Corte, sino por ser ponente o actor clave en decisiones que tocan nervios políticos sensibles.
Tal vez el asunto que más ha generado polémica es el de la Reforma Pensional, que es considerada el punto de quiebre en la relación con el ejecutivo. El magistrado de origen tunjano se ha opuesto a la iniciativa argumentando la defensa estricta del trámite constitucional; mientras que los defensores del ejecutivo señalan que existe la intención de frenar una de las banderas del Gobierno.
Desde la Casa de Nariño comenzaron las críticas, primero veladas, luego directas. El Presidente lo señaló públicamente. El debate dejó de ser jurídico y se volvió simbólico: ¿hasta dónde puede llegar un juez constitucional cuando revisa el corazón del programa de gobierno?
Ibáñez respondió como suele hacerlo: con argumentos técnicos, lenguaje frío y una insistencia casi obsesiva en las formas. Para sus críticos, eso es dilación. Para sus defensores, es exactamente el papel de la Corte.
Jorge Enrique Ibáñez es noticia y continuará siéndolo porque la Corte Constitucional que él preside emite fallos que afectan la vida cotidiana de millones, porque marca el rumbo de los derechos por décadas, porque las posiciones de ese tribunal son legítimas y porque esa corte en derecho es “el último árbitro”.

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7. Paula Andrea Cepeda Rodríguez, gerente General del ICA

Estudió su bachillerato en el Colegio El Rosario de Paipa y luego cursó estudios de Ingeniería Industrial en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, seccional Sogamoso. Tiene especializaciones en Gestión de Proyectos, en la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD) y en Economía para Ingenieros, de la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito.
Adicionalmente tiene una maestría en Gestión Pública de la Universidad de los Andes.

Fue secretaria General y Secretaria de Gobierno de la Alcaldía de Paipa, durante el gobierno de Fabio Medrano; asesora de la Gobernación de Boyacá en varias oportunidades; gerente del Instituto de Fomento y Desarrollo de Boyacá y subgerente administrativa y financiera del Instituto Colombiano Agropecuario, ICA.
A finales del 2024 fue encargada de la gerencia general de ese Instituto y ratificada en el cargo en febrero de 2025.
Su nombramiento fue destacado como parte de un liderazgo institucional con enfoque en fortalecimiento del agro colombiano y presencia femenina en altos cargos públicos.
La gestión de Paula Andrea ha estado enfocada en fortalecer la sanidad agropecuaria y la competitividad del campo colombiano, impulsar la seguridad alimentaria y la soberanía alimentaria de Colombia, hacer presencia institucional en regiones para apoyar a productores campesinos y en los procesos de reforma agraria y representar al ICA en escenarios técnicos y políticos, por ejemplo, en debates de control político en la Cámara de Representantes y en eventos internacionales.
Sus posiciones sobre las medidas adoptadas por el ICA para apoyar los productos agropecuarios han sido respaldadas permanentemente por la ministra de Agricultura, Martha Carvajalino, y por el propio Presidente de los colombianos, Gustavo Petro.
Durante su gestión como gerente general del ICA se han hecho anuncios sobre la apertura de mercados para productos agrícolas colombianos, como piña, hacia el Brazil; pollo para el Japón, café para Arabia Saudita y pollo y huevo para Namibia, Bahamas y Emiratos Árabes, lo que ha permitido diversificar la canasta exportadora.
La apuesta por una Colombia potencia agroalimentaria que fortalezca la agricultura campesina involucra necesariamente al ICA, entidad que es la autoridad sanitaria del campo colombiano: “cuida lo que se siembra, lo que se cría y lo que se exporta”, porque de eso depende tanto la seguridad alimentaria como la economía rural del país.
“El crecimiento económico de Colombia tiene un nuevo protagonista: el agro. En septiembre, las exportaciones del país alcanzaron 4.621 millones de dólares, un aumento del 11,1% frente al año anterior, según datos del DANE. El mayor impulso provino del sector agropecuario, alimentos y bebidas, con un crecimiento del 29,6% consolidándose como el motor que hoy impulsa las exportaciones del país. Esto es el reflejo de una apuesta técnica y sostenida por la sanidad, la inocuidad y la certificación, pilares que hoy permiten que nuestros productos lleguen con confianza a los mercados internacionales gracias a la articulación del ICA Colombia, el Ministerio de Agricultura, el Ministerio de Comercio Exterior, la DIAN y el Invima. El agro está moviendo la economía, generando empleo, divisas y desarrollo regional. ¡Si Colombia quiere crecer de forma sostenible, debe seguir apostándole al campo!”, indica Paula Andrea para resumir el papel que el Instituto Colombiano Agropecuario tiene en esa tarea que se le ha encomendado.

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8. Walter Rodríguez, ‘Wally’

Nunca pegó afiches y tampoco pagó para que alguien lo hiciera por él, no echó discursos en una plaza pública, su fotografía no ha aparecido en vallas publicitarias, no tuvo que sacar plata para pagar camisetas o transporte de votantes, pero Walter Rodríguez, ‘Wally’ será senador de la República.
Los políticos tradicionales de Colombia lo miran con envidia porque él no hizo el curso que a todos les tocó hacer; no tuvo que comenzar su trabajo en una junta de acción comunal o como líder estudiantil, ser concejal, alcalde, luego diputado, representante a la Cámara ni hacer proselitismo durante 20 o 30 años para llegar a las grandes ligas de la política colombiana.
¿Y cómo lo logró? De una manera totalmente diferente a como los políticos profesionales lo han hecho en Colombia: Wally se valió de las redes sociales para cuestionar a los que habían gobernado a Colombia, para criticar a los periodistas que siempre habían opinado sobre los asuntos del país, para atacar a los que piensan distinto a él, incluso insultándolos, y para defender al gobierno ‘alternativo y progresista’ del presidente, Gustavo Petro.

Los periodistas de la gran prensa colombiana critican a Wally porque dicen que es grosero, pero tal vez su éxito consiste justamente en eso, en ser espontáneo y directo, en utilizar en redes sociales palabras que usualmente no se emplean para responderle a los detractores.
Durante muchos años, en una habitación de la residencias de sus padres, en un barrio popular de su natal Sogamoso, Wally realizó videos y cuestionó casi todas las decisiones de los poderosos de Colombia. Lo hacía solo, colocando su celular sobre una pila de libros, bajando videos de Youtube y de los noticieros de televisión. El mismo editaba y hacía los libretos.
Sus seguidores en Youtube comenzaron a crecer y en redes sociales como Twitter (ahora X) y Facebook cada día conquistó a más cibernautas, pero pocos apostaban a que los likes se pudieran convertir en votos.
Después del gobierno de Iván Duque, cuando Wally con sus críticas logró su mayor popularidad, llegó ‘el gobierno del cambio’ y su discurso ahora se volvió oficialista, pero en contra de quienes ahora cuestionan al Gobierno.
Lo incluyeron en la lista para la consulta del Pacto Histórico, pero tampoco había credibilidad en él. Sin embargo, contra muchos pronósticos, logró 145 mil votos, la tercera mayor votación y se ganó el derecho a hacer parte de la lista oficial de la izquierda al Senado. Ahora tendrá el número 6 de la lista cerrada.
Wally es abogado de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, UPTC; será senador y ahora tendrá que demostrar que es totalmente diferente a lo que siempre criticó. Si el gobierno que sigue después de Gustavo Petro también es de izquierda, Walter Rodríguez será de la bancada oficialista; pero si es de centro de derecha, tendrá que hacer oposición que seguramente será distinta a la que ha hecho durante casi una década.
La vida le sonríe a Walter Rodríguez (28 años); ahora tendrá los privilegios reservados a quienes llegan a la cúspide de la poder, carro oficial, escoltas, unidades de trabajo legislativo, oficina en el Congreso y un gran salario. La pregunta es si en cuatro años saldrá aplaudido y reelegido o si ahora los nuevos influencer enfilarán sus baterías hacia él.

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9. César Pachón Achury, presidente de la Agencia de Desarrollo Rural (ADR)

Han pasado 12 años desde el Paro Agrario del 2013, que paralizó a parte del país, principalmente a Boyacá y Cundinamarca por demandas de justicia agraria, mejores condiciones para el campo y oposición a los Tratados de Libre Comercio.
Quien lideró esas jornadas fue César Pachón Achury, nacido en Carmen de Carupa (Cundinamarca) pero ‘nacionalizado’ en Boyacá, quien hoy, por decisión del presidente, Gustavo Petro, ocupa el cargo de presidente de la Agencia de Desarrollo Rural, ADR, el más importante del sector agrario, después del ministro o la ministra del ramo.

Pachón fue senador en representación del Pacto Histórico, lo tumbaron con el argumento de haber incurrido en doble militancia durante la campaña y cuando ‘estaba en la mala’ Petro lo rescató y le dio una gran responsabilidad dentro del manejo de las políticas agrarias del Estado.
Pachón no tenía ninguna experiencia en el manejo de los asuntos del Estado, pero ha demostrado capacidad de liderazgo, gestión y actitud para resolver problemas. El único reparo a su gestión es que sigue siendo beligerante y contestatario, como si continuara en la oposición y no fuera parte del gobierno.
Pero como el Gobierno del Presidente Petro funciona así; con ministros y altos funcionarios del Estado que ‘responden con dos piedras en la mano’ contra quienes critican, preguntan o consultan, Pachón está en su salsa y ha sido felicitado por el Primer Mandatario, quien le impuso la condecoración ‘Honor Campesino’. Por ese respaldo es que Pachón ha estado sonando desde hace varios meses para ser ministro de Agricultura.
La labor de Pachón en la ADR es buena y muchos lo reconocen como un funcionario eficiente, lo que no tan habitual en este gobierno. Tiene facilidad para entender los engranajes del Estado, presionar decisiones y traducir demandas sectoriales en acciones administrativas o legislativas.
No es un político contemplativo ni dado a los silencios estratégicos. Cuando detecta un problema —especialmente en temas agrarios, precios, intermediación o importaciones— actúa, llama, expone y presiona.
Esa capacidad le ha permitido posicionarse como interlocutor directo de campesinos y pequeños productores, que lo ven como alguien que ‘sí responde’.
En sus redes sociales y en los diferentes debates públicos Pachón controvierte, cuestiona y ataca y por eso es calificado como intolerante, soberbio y arrogante.
Detrás del tono confrontacional hay una convicción clara: Pachón cree que el poder solo se mueve bajo presión. Su beligerancia no es improvisada; es parte de una estrategia política que asume el conflicto como motor del cambio.
En un país acostumbrado a discursos tibios y ambigüedades calculadas, César Pachón eligió otro camino: ser eficaz, confrontar sin pedir permiso y asumir el costo político de hacerlo. Ese estilo le ha garantizado protagonismo, pero también enemigos.
Los resultados más importantes de la tarea de Pachón al frente de la ADR se dieron este año durante los viajes en los que él acompañó al presidente Petro, a Emiratos Árabes, Japón y China (con su Feria de Shanghái).
“El agro colombiano conquista a Japón con café, cacao, frutas exóticas y hortalizas abriendo caminos de progreso para campesinado de Colombia; cuando el campo florece, Colombia crece”, reportó el Gobierno.
La delegación colombiana dijo sobre los tres destinos visitados que se lograron negociaciones para exportar café, cacao, banano y otros productos agrícolas en miles de toneladas, lo que se hará sin intermediarios, directamente con los campesinos y sus cooperativas. Esos acuerdos favorecen principalmente a campesinos de zonas de sustitución de cultivos.
“Así se hace la sustitución voluntaria de cultivos de hoja de Coca en Nariño. Exportaremos 12.000 toneladas de Cacao a China por el puerto de Tumaco”, fue uno de los anuncios de Petro.
Mientras tanto Pachón anuncia, pero también ataca y cuestiona: “el mejor café del mundo es Colombiano. (Aunque algunos se encargaron de mal venderlo por décadas) 2. CHINA está enamorada de nuestros productos y de nuestras historias, por eso vinimos con el campesinado porque es su historia la que importa”.
Y sostiene: “El colapso de la Flota Mercante Grancolombiana entre 1984 y 2000 no fue un accidente empresarial ni resultado inevitable de fuerzas del mercado, sino la consecuencia directa y documentada de decisiones políticas deliberadas, corrupción institucionalizada, intereses privados y políticas neoliberales que desmantelaron sistemáticamente la institucionalidad agrícola colombiana”.
“Que la cuenten como quieran. Hicimos enojar a los dueños del país que se lucraron con el trabajo de los campesinos. Lo que nos da alegría a nosotros, les genera odios a otros. Algunos, incluso que dicen apoyar este gobierno, trabajan en las sombras en contra de esto. Triste lugar les dejará la historia a los miserables”.

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¿Cómo se seleccionó a los destacados?

La selección fue realizada por el equipo editorial de EL DIARIO con criterios de verificación, impacto, logros registrados durante 2025, influencia regional y aporte al desarrollo de Boyacá.