Por | Edilberto Rodríguez Araújo- Profesor investigador, integrante del grupo OIKOS de la UPTC
La economía colombiana ha ralentizado su crecimiento desde el primer semestre de 2022-luego del colapso de 2020- hasta alcanzar niveles moderados que bordean el 1%, que parecían revertirse a comienzos de este año. Sin embargo, a pesar del bajo dinamismo económico, paradójicamente, el mercado laboral muestra síntomas muy alentadores. En efecto, según los resultados de julio de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) reportados por el DANE, el desempleo se situó por debajo del umbral de un dígito (9,6 por ciento), superando la contracción del periodo pandémico, lo que significó un sostenido descenso del desempleo y la recuperación de 1,1 millones de puestos de trabajo. Estos resultados son compatibles con el incremento en julio del Índice de Confianza Empresarial revelado por Fedesarrollo.
Al examinar este comportamiento en el trimestre mayo-julio, se observa una mejoría creciente en la creación de empleo en el país, en el que las cifras oficiales revelan que es de carácter formal -que aumentó en el segundo semestre de este año en 550.000 y representa el 57% del empleo total-, lo que desmiente las críticas de los gremios empresariales, así como de algunos analistas de los medios de comunicación de propiedad de los poderosos grupos empresariales, que se han empeñado en una cruzada para descalificar cualquier propuesta de reforma que tienda a formalizar el empleo y la protección social de trabajadores y empleados. En lo atinente al desempleo femenino este es superior al masculino y se resiste a romper la barrera de un dígito.
Gran parte de las actividades económicas contribuyeron con este repunte, exceptuando las actividades profesionales. De otro lado, las posiciones ocupacionales que más jalonaron el empleo fueron los empleados particulares y los trabajadores por cuenta propia, los dos segmentos dominantes, que representan el 85 por ciento del empleo existente. Lo anterior contrasta con los trabajadores y empleados públicos los que se comprimieron en lo corrido del año.
No obstante, las notorias mejorías del mercado laboral, la calidad del empleo sigue siendo una preocupación recurrente, puesto que el subempleo no ha cedido y ha aumentado ligeramente, lo que expresa cierto grado de insatisfacción de quienes han accedido a los nuevos puestos de trabajo.
En relación con Tunja, el comportamiento del mercado guarda ciertas similitudes con el desempeño global, apuntando a la recuperación del empleo en el periodo postpandémico y la creación de 5.000 nuevos puestos de trabajo, asociados, quizás, con la constitución de nuevas empresas en la jurisdicción de la Cámara de Comercio de Tunja, que durante el segundo semestre del periodo 2021-2022 pasó de 2.314 a 2.708 unidades productivas, en las que las personas naturales y establecimientos de comercio representaron 92 por ciento. Es sintomático de la sostenida reactivación productiva, que en el primer trimestre de 2023 se reporte la creación de 3.077 empresas en Tunja.
