Aprobada en tercer debate la Reforma Política con vigencia para 2019 en la Comisión Primera de la Cámara; de llegar al final y ser ley de la República como está, significará un vuelco en el manejo electoral a partir del año entrante. La Reforma pasa a su cuarto y último debate de la primera vuelta en la plenaria de esta corporación. La segunda vuelta se surtiría entre marzo y junio del año entrante y sus efectos empezarían verse en las elecciones regionales del año entrante.
La primera carga de profundidad es la eliminación del voto preferente, lo cual “traerá el cambio fundamental en la democracia, así como la unidad de los partidos políticos”, a decir de la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, al referirse al eje central de la Reforma Política. Claro, este que es el concepto de la ministra, no es compartido por muchos sectores y analistas que más bien consideran la figura como un retroceso, ya que eso significa que volverá el bolígrafo como la principal arma en manos de los jefes de los partidos para determinar quiénes entran y en qué orden a las listas.
Desde luego que los promotores que están en favor de la reforma en este punto aseguran que los partidos sabrán establecer los mecanismos para garantizar la democracia a la hora de atender satisfactoriamente las aspiraciones de muchos. De alguna manera eso ya se ha hecho con las consultas previas para establecer la formación de las listas o la escogencia de un solo nombre cuando el cargo así lo exige, pero la experiencia no es la mejor. Siempre en este tipo de consultas, lo más probable es que se aumenten las rivalidades y los resentimientos, y se ahonden las divisiones al interior de los partidos. Los partidarios del voto preferente tienen en contra la experiencia de que en la práctica esto lleva a que la figura que tenga más capacidad económica arrasa con el resto, lo cual produce otro efecto considerado muy perverso, que es el costo exorbitante de las campañas.
En principio la idea de las listas cerradas fue acogida por una amplia mayoría que aprobó listas cerradas, únicas y bloqueadas, paritarias e intercaladas entre hombre y mujer. Este último aspecto, el de las listas paritarias, intercaladas entre hombres y mujeres, también despierta interés y, a la vez, muchas preocupaciones en muchos escépticos de la idea. La ley de cuotas que hoy conocemos, que establece la obligación de que en las listas esté el 30% de mujeres, ha tenido resultados considerados modestos, pues al parecer no ha despertado el interés suficiente entre las mujeres por intervenir con más aspirantes en la acción proselitista. Aquí surgiría otra discusión, en las actuales épocas, por la sensibilidad en los temas de género, ¿la paridad se logra así de simple?
La Reforma prohíbe la doble militancia, habrá financiación estatal y se otorgará personería jurídica a los partidos y grupos significativos de ciudadanos, que obtengan el tres por ciento de los votos nacionales.
Los auxilios parlamentarios
Con otro nombre, que en este caso es “la Inversión de Iniciativa Congresional”, este Congreso mediante esta reforma lo que en realidad está proponiendo es la resurrección de los auxilios parlamentarios, que ahora sería la versión de la mermelada que tanto han criticado en las épocas recientes. Desde luego que le ponen arandelas para que esta medida no cause espanto. Según el proyecto en discusión, la nueva ley, la “Inversión de Iniciativa congresional”, debe ser solicitada por el Congreso, por iniciativa de sus integrantes y previa aprobación de las plenarias en proyectos específicos que hayan pasado por el Departamento Nacional de Planeación, DNP, o priorizados en planes de desarrollo, departamentales, municipales y distritales. Esto es lo de siempre, el mismo perro con distinto tramojo. Este sería el nombre de la mermelada en el actual gobierno. En otras épocas se llamaron cupos indicativos, por ejemplo.
Nadie podrá ser elegido para más de una corporación o cargo público ni para una corporación y cargo si sus periodos coinciden; ninguna novedad. Tampoco podrán elegirse por más de tres periodos en Senado, Cámara, Asamblea, Concejo o JAL. Pero si comienza por la Jal y termina en el senado, se puede ser elegido en total para 15 periodos, equivalentes a 60 años, 10 años más que los que ha sido elegido el Dr. Roberto Gerlein, el gran jefe conservador.
La otra novedad del avance en la aprobación de la nueva reforma políticas es que en el Senado habrá cien miembros elegidos en circunscripción nacional, pero que cada departamento tendrá garantizada la elección de un senador; y, habrá un número adicional de dos elegidos en circunscripción nacional especial por comunidades indígenas.
En realidad, hay muy pocas o ninguna novedad en la reforma que se tramita, así que los cambios tampoco serán tan abruptos.