Lea pa’ que hablemos, Institución Educativa Jaime Garzón Quebec

Foto | Archivo particular
Publicidad

Getting your Trinity Audio player ready...

Lea pa’ que hablemos
O de cómo unos estudiantes a través de un pacto espiritual, terminaron bautizando a su colegio como Institución Educativa Jaime Garzón Quebec

Por | Miyer Pineda

 

Publicidad

Dedico este artículo a mis estudiantes del Santoto,
sobre todo, a Horacio, a los amigos y a las promociones del 2014 y del 2015.
A mis estudiantes de la UPTC que se sumaron al Museo del proyecto Mnemosine
A mis estudiantes del Jaime Garzón Quebec

A José Luis Bohórquez
Elegido también por una juventud que, a diferencia de los magistrados, logra comprender que, en un país como Colombia, la interpretación leguleya de la ley no es la justicia

1

De los libros que he leído en los últimos años, al menos tres de ellos han sido demoledores, y fueron escritos por autores colombianos. El segundo en la lista, si me propusiera hacer el listado de libros demoledores, es El olvido que seremos de Héctor Abad Faciolince; en ese entonces uno de nuestros columnistas de cabecera. Se trata de un libro testimonial sobre el asesinato de su padre, el médico Héctor Abad Gómez, quien además era un gran profesor y un destacado activista por la defensa de los Derechos Humanos. Cito de memoria el epígrafe del libro; dice algo así como “Y por amor a la memoria llevo sobre mi rostro el rostro de mi padre”; es un verso del poeta Yehuda Amijai, un poeta judío que me encanta y que tiene otro verso que dice “Por cada día de nuestra vida juntos al Eclesiastés se le borra una línea”.

El olvido que seremos es un libro tan brutal, tan tremendo que uno termina sintiendo eso que algunos llaman dolor de patria. ¿Cómo putas, puede ser posible que los mejores hombres de este país estén siendo aniquilados y que nadie se dé cuenta, o que nadie diga nada, o que a nadie le importe? ¿Cómo este país se levanta cada mañana mientras matan a sus hijos, a sus padres y maestros? Porque ojo, este señor sí que se merecía el título de maestro y de padre. Lean o relean el libro para que me entiendan. Este médico y profesor estaba aterrado denunciando el asesinato, tortura y desaparición de docentes, estudiantes y demás personas de la sociedad civil. Fue asesinado en agosto de 1987. Dicen sus alumnos y su hijo que el profe médico era el tipo más generoso del mundo. La generosidad, ese don tan devaluado en estos días, en los que pasar por encima del prójimo a cualquier precio es el mandato, y luego vamos a misa y damos la paz.

Foto | Archivo particular

El tercer libro es, y pilas el título, Garzón. El Duelo imposible. Publicado en el 2023 por la editorial Rotundo Vagabundo; escrito y dibujado por Verónica Ochoa y por Alfredo Garzón. El epígrafe del libro es el siguiente: “Los muertos convierten a los que quedan en fabricantes de relatos. Todo se pone en movimiento, signo de que algo, allí, insufla vida”. Eso es de Vinciane Despret, teórica de la ciencia y filósofa dedicada a reflexionar la relación entre humanos y animales. El libro de Garzón se puede explicar si jugamos a ser Rulfo, porque se trata del intento de abordar un dolor vivo, recuerden que, en Pedro Páramo, Rulfo utiliza la expresión “un rencor vivo”; pues así es el dolor en este libro, es un dolor vivo; está ahí, respira, duele, incomoda, no resana, no se va, te arrastra; a lo mejor respira contigo y morirá contigo. A lo mejor. Hay una expresión de otro poeta que explica el título; es un verso de Jaime Sabines; él describe la cuestión como “un dolor sin sitio”.

Sin embargo, quizás lo más cercano a una explicación sobre lo que implica un duelo que no cesa, lo dan dos películas. Una se llama Pig (2021), y es la historia de un hombre al que se le muere la esposa; la ama con toda la fuerza de su existencia, y en el desamparo del dolor, termina refugiándose en una mascota, una cerdita que lo sigue a todas partes, y que debido a sus habilidades buscando trufas, termina siendo secuestrada. Ver el derrumbe de este hombre es desolador. Todo el tiempo es golpeado, nunca se defiende, incluso les sirve a sus verdugos, intentando convencerlos a través del arte, de que le regresen a la cerdita, ese símbolo del amor que le queda en esta vida; el criminal podría redimirse a través de un acto de bondad. Es exasperante esta historia porque uno espera a un John Wick cobrando venganza para poder calmar su furia; pero no, no hay venganza, porque el duelo es una cuestión contra la que a veces no se puede luchar y que te derrota.

La otra película es Manchester by the see (2016). Es la historia de un hombre, que, por descuido, termina provocando la muerte de sus dos hijas pequeñas. Cuando se entera de lo que ha hecho intenta suicidarse, pero la policía se lo impide. Comprende que eso evitaría un castigo que él cree que merece, y comienza a deambular por la película como fantasma. Al final, aunque intenta superar todo, la película enseña que hay cosas que son insuperables; debes aprender a vivir con eso; debes andar por el mundo con esa cicatriz que atraviesa el alma, los pulmones, el diafragma, saliendo hasta los ojos y el semblante. Entonces, esa carga es una liberación también; como Sísifo, debes llevar tu pena hasta el día siguiente, y hasta el día siguiente, y esto será el sentido o la definición de tu vida.

¿Cómo superar lo insuperable? Si estuviéramos en clase, estableceríamos una relación con Batman, pero de eso hablaremos otro día. Lo cierto es que, para poder explicar el impacto del libro de Verónica Ochoa y Alfredo Garzón, sobre el asesinato de su hermano Jaime, tenemos que recurrir al constante diálogo con otros símbolos poderosos; sólo así podemos dimensionar la profundidad de sus implicaciones en ese malestar -o muladar- cultural del que hacemos parte como colombianos. Esperamos con ansias la película animada sobre esta novela gráfica que sirve de radiografía para demostrar lo que somos como sociedad.

Del primer libro no les hablaré hoy porque es demasiado doloroso; es aún más doloroso que los dos anteriores juntos, se trata del libro de Nancy Prada, Expropiar el cuerpo, publicado en el 2018. Algún día, cuando termine de recuperarme de su lectura, quizás tenga el valor de compartir mis conclusiones; tan sólo diré una cosa: este país machista y miserable, en el que los ignorantes, quizás sin saberlo, le ponen en bandeja de plata los recursos a tanto corrupto, le tienen que pedir perdón de rodillas a las mujeres víctimas de la guerra, porque sus cuerpos fueron utilizados como campos de batalla.

2

Jaime Garzón fue asesinado a sus 39 años, también en agosto. En esos días, a unas cuantas horas de camino de la universidad, yo había encontrado un libro en una venta de libros de segunda; se trataba de Odiseas Elitis, el poeta griego, premio nobel de1979. Allí encontré un verso que ha sido como un mantra, y que me hizo pensar en que era muy probable que a Garzón le gustara la poesía; es la primera vez que lo comparto porque creo que la ocasión lo amerita; el poeta dice “la poesía comienza allí donde la última palabra no la tiene la muerte”.

Foto | Archivo particular

Y matan a Garzón, y en la universidad hay conmoción, hay asambleas, hay rabia. Acababan de matar al Guasón, acababan de matar la risa. Y no esa risa ordinaria tipo don Jediondo, o similares; no, silenciaron la estrategia que permite la desacralización del poder, su desenmascaramiento. Era matar la crítica, demostrar que el poder no se tiene, sino que se ejerce. Era aniquilar la juventud; porque todo su discurso encarnaba una visión platónica de la paideia para transformar a la sociedad, y entonces tenía fe en las generaciones futuras. Eso era Jaime Garzón; eso es lo que nos dejó su nombre en la memoria.

Pero la vida siguió como siguen las cosas que no tienen mucho sentido, como dice Sabina en una canción… Y me gradué y conseguí trabajo, y me propuse cambiar el mundo o parte de él, desde la educación; ya soy más realista y soy pesimista frente a ese propósito, y terminé convertido en el peor profesor del colegio, al decir de la mejor estudiante de la promoción 2024 en el Jaime Garzón Quebec. Sólo algunos entendieron su ironía; si este profe es el peor, los mejores deben ser impresionantes; se trató de la palabra señalando una serie de vacíos y eso era Garzón.

Pero la vida siguió y un día llegué a Quebec (Quebrada de Becerras). Y lo que encontré fue un desastre. Sólo voy a decir que la relación profesores- estudiantes era malsana. El número de estudiantes afectados y que manifestaban su frustración era notorio. Entonces comenzamos a ver videos de Garzón y a leer a Zuleta y a pensar la educación desde distintas orillas. El aprendizaje para ellos y para mí fue impactante. Luego de casi una década; tengo que agradecer mi llegada a ese colegio rural.

Garzón era un tipo que criticaba la Escuela y sus formas premodernas de estorbar; y vimos que era posible y necesario criticar al profesor mediocre, al acosador, a la que no lee, a la que se mete en tu vida; incluso pusimos de moda una frase: “profe, menos chisme y más lectura”, que vendría a ser el equivalente de lo que decía Garzón “Lea pa´que hablemos”. Yo sólo propuse alternativas de análisis desde Estanislao Zuleta, cine, lecturas y Garzón. Esto me permitió pasar páginas en mi vida profesional y resignificar el sentido de mi vocación.  Algunos de los estudiantes, ya sin nada que perder porque iban a perder el año o se irían de la Escuela, comenzaron a cuestionar de manera directa, ciertas prácticas vergonzosas. Al final, estas profes y este profe terminaron saliendo. Incluso el año anterior, el consejo estudiantil consiguió que un profesor que no cumplía con su labor se marchara a estorbar a otra parte.

3

El profe de sociales lidera el proyecto de Democracia y DDHH. Siempre se elige al personero estudiantil. Ahora en Boyacá toca elegir Contralor. Pero nosotros dinamizamos el poder popular, y a través del voto elegimos la chaqueta del colegio, hicimos el plebiscito por la paz, la consulta anticorrupción, y cuando propusimos como ejercicio didáctico -nada más-, bautizar a nuestro colegio siguiendo la propuesta de la estudiante María Pérez, de manera insólita se nos negó la oportunidad.

Foto | Archivo particular

Hubo una consulta previa, una campaña; por ahí están las fotos de las estudiantes proponiendo la necesidad de tener un nombre que nos diera identidad. Debe precisarse que se conoció durante décadas a la Escuela de la vereda Quebrada de Becerras (QueBec), por el nombre de la vereda, es decir, por su ubicación geográfica; nunca se la bautizó, y ese vacío identitario se nota en múltiples facetas y procesos. Al detectar esto hace ocho años, se suscitaron debates y se hizo del diálogo una forma de abordar lo que hemos sido, somos y podríamos ser. Al final, la propuesta de María se impuso por una amplia mayoría de votos, y nos dispusimos como en años anteriores, preguntar a la comunidad estudiantil si estaba de acuerdo, a través de un tarjetón, que nuestra escuela se llamara Jaime Garzón Quebec.  Pero, adivinen; contra todo pronóstico no permitieron hacer la votación; dentro de las razones estaba algo más aterrador aún, las profesoras y el profesor que impidieron hacer la consulta repetían el discurso del asesino. Decían que Garzón era guerrillero.

¿Cómo discutir o debatir con semejante nivel? Cuando un docente repite el discurso de los asesinos, -quienes enlodan primero para justificar sus crímenes-, se evidencia que se dejó de lado el sentido del aula como ágora, como espacio en el que se tiene que cuestionar y criticar toda forma de poder que lesione lo humano.

Dejamos así, creamos la Cátedra Jaime Garzón y desde el 2017 comenzamos lo que hemos denominado un Pacto Espiritual. Muchos egresados cuando se les pregunta de dónde salieron, responden del Jaime Garzón, y yo cada vez que participo en algún evento digo, “trabajo en el Jaime Garzón”. No podía hacerlo en voz alta porque no tenía permiso de la familia Garzón, pero ahora que ya tenemos el permiso del maestro Alfredo Garzón, digo con todo orgullo que trabajo en el Jaime Garzón Quebec, y que el proyecto Mnemosine es del Jaime Garzón Quebec.  Lo cierto es que el colegio existe desde hace ocho años, y como ya tenemos permiso, pues lo diremos en adelante. Nos graduamos del Jaime Garzón Quebec. Recibimos clases de sociales, de filosofía, de literatura en el auditorio y ahora biblioteca del Jaime Garzón Quebec. Y nos encanta decirlo; aunque la verdad es que no hay ni auditorio ni biblioteca; se trata de un salón que es infinito en su interior, y en el que nos proponemos acercarnos a la magia y al asombro. Allá invitados cuando quieran conversar sobre la vida, sus misterios y milagros.

La semilla de esta fábula fue plantada por una María que ahora es empresaria y que padeció la mediocridad de alguna de sus docentes. Y al margen de esto, la semilla comenzó su proceso y fue regada por los estudiantes que han liderado los proyectos que echamos a andar año tras año; el fruto viene a ser recogido por la promoción 2024, en cabeza de Johana Becerra y Sofía Sosa. Y junto a ellas, la profesora Gloria Judith Díaz, rectora del colegio, con quien en el 2023 se realizó la consulta a los estamentos que conforman la comunidad estudiantil, padres, estudiantes, egresados, comunidad y docentes, representados en Germán Bello, Bibiana Amaya y Martha Rojas, profesoras representantes al Consejo Directivo. Por mayoría abrumadora, se acordó que en adelante nos llamaríamos Jaime Garzón Quebec. Se trata del poder femenino liderando la edificación de un símbolo para dejarlo como obsequio a la ciudad.

Sabemos que es difícil que esa masa amorfa que transita por las redes como en una cloaca, comprenda la importancia de los símbolos que dignifican a tanta víctima; la verdad es que, si la muerte de tanto colombiano no les dice nada, es poco probable que el logro de unos estudiantes del área rural, puedan decirles algo. Sin embargo, estamos orgullosos de lo que hemos conseguido, y de hacer parte del crecimiento de lo que somos como colegio, y estamos convencidos de que en este nombre se cifra la memoria para las generaciones futuras, quienes, a lo mejor, sean más lúcidas y dignas.

Quedará para la historia que esta fábula en la que estudiantes bautizan su colegio con un nombre que simboliza la lucidez, la juventud, los derechos humanos, la paz, el nombre de casi 900 estudiantes asesinados, y el de casi 1250 docentes asesinados, fue escudada y entregada como un amuleto de la memoria por la Administración del Doctor José Luis Bohórquez junto a la Doctora Marinella Camargo, secretaria de educación municipal. Y no podría ser menos; en un momento en el que la democracia en nuestra polis es pisoteada con leguleyadas, la juventud renace y resignifica sus símbolos. Esto tiene que poner a reflexionar a esa ciudadanía cansada de la corrupción y de la politiquería barata. Esto tiene que poner a pensar a los jóvenes, porque ya Garzón lo decía, si los jóvenes no toman las riendas de su propio país, nadie va a venir a salvárselo, nadie. En este sentido apreciado José Luis, estoy completamente seguro de que Jaime Garzón se quitaría el sombrero ante lo que ha logrado con tan poco, y que esto sea una luz en el camino que le espera, porque ya lo sabemos compañero, como todos los caminos que valen la pena, esto tendrá que hacerse guerreando, resistiendo.

Hay que agradecerle a la señora rectora Gloria Judith Díaz porque decidió apoyar esta idea. Hay que reconocerle su grandeza al apoyar este proyecto. Al final ya conversábamos sobre una modalidad de Humanidades. Vamos a ver si retorna pronto a su colegio. La comunidad lo solicita.

El año pasado se graduó la Promoción Jaime Garzón, y este año se gradúan las mujeres que lo hicieron posible, en un momento de la historia de la ciudad en la que la democracia está a merced de los intereses de unos cuantos.

Al menos desde Platón ya se sabía que los impulsos del egoísmo y la injusticia destruyen los valores democráticos. Hay que ver ahora la demagogia de los candidatos que salen como carroñeros y se erigen como salvadores de Duitama. Aprovecharán la incultura de la mayoría para hacer que se olviden de la ciudad y de sus verdaderos problemas, como esta cuestión en la que se desconoce la democracia mientras son pocos los indignados capaces de expresarse, frente a esa comedia patética que volverá a enaltecer la corrupción, encubriéndola con populismo del barato. En este contexto, en hora buena por la ciudad; recibe un colegio llamado Jaime Garzón, el fruto de un proceso que es probable que tenga más de cien años. Luego la seguimos, y para quienes quieran saber parte de la historia de nuestra escuela, aquí les compartimos un borrador; ahí nos vemos

https://quebecmnemosine.blogspot.com/2021/06/boceto-para-la-historia-de-la-ie-quebec.html

 

Publicidad

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.