Tunja registra una inflación anual del 14% una de la más altas del país, según el DANE. Las mipymes han afrontado en los últimos meses un factor determinante para su futuro: se trata de elevados costos de financiamiento por cuenta de la continua alza de tasas para controlar la inflación.
Al tiempo que millones de hogares en Colombia tratan de buscar alternativas a diario para hacerle frente al costo de vida más alto de los últimos 24 años, las mipymes -que conforman casi el 99% del tejido empresarial, generan cerca del 80% del empleo y aportan un 40% del PIB nacional- trabajan para encontrar fórmulas que les permitan sobrevivir a factores como altos costos de materias primas, aumento en gastos de contratación laboral, elevados precios del transporte, entre otros.
Particularmente, en el departamento de Boyacá, un dato preocupante es que su capital, Tunja, registra una inflación anual del 14% una de la más altas del país.
Es claro que, tanto a nivel regional como nacional, los empresarios se han visto obligados a subir los precios de sus bienes y servicios por cuenta de los reiterados aumentos en su estructura de costos para así lograr tener alguna ganancia. Sin embargo, algunas mipymes todavía no encuentran la salida, pierden terreno en el mercado y sus números en rojo siguen creciendo.
Según la Asociación Colombiana las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Acopi), en el cuarto trimestre del 2022 el 37% de las mipymes manifestaron tener problemas de abastecimiento de sus materias primas. Dentro de este porcentaje, el 92% de las causas apuntó a altos costos y escasez de insumos para producir, demora de importaciones y poca oferta de contenedores para el transporte de estos bienes.
Las consecuencias de esta mezcla de factores se traducen en que 4 de cada 10 empresarios tuvieron disminuciones en su rentabilidad con respecto al tercer trimestre del año anterior, y que igual número reportó menores volúmenes de ventas.
Pese a que las mipymes han tratado de reacomodarse a la coyuntura actual de precios y al nuevo escenario de capacidad adquisitiva de los colombianos, las decisiones de los consumidores han sido claras ya que han dejado en evidencia un viraje que se resume en una contracción de la demanda de bienes y servicios que no son de primera necesidad.
Además de la disminución en la demanda de estos bienes y servicios, las mipymes han afrontado en los últimos meses un factor determinante para su futuro: se trata de elevados costos de financiamiento por cuenta de la continua alza de tasas para controlar la inflación.
Para buscar salida a la crisis inflacionaria que afecta a 5,4 millones de mipymes que existen en Colombia (según cálculos del Dane), la respuesta radica en tener un mayor control de costos y una eficiencia más alta en las operaciones de las empresas, de modo que los incrementos se trasladen -lo menos posible- a los precios finales que pagarán los consumidores.
Estas salidas ayudarían a mantener el volumen de demanda de los bienes y servicios, aunque los ingresos sean menores. Adicionalmente, las mipymes no deben temer al financiamiento a mayores plazos ya que pueden obtener recursos que fortalezcan la innovación y digitalización de procesos que, en el largo plazo, generan valor agregado y focalización en sectores que les resultan estratégicos.
La oferta del sistema financiero, pese a la actual coyuntura de tasas, es de gran importancia para que las mipymes puedan obtener capital de trabajo y ejecutar planes de modernización. Por otro lado, la mejora de los conocimientos de los empresarios, a través de capacitación y acompañamiento en educación financiera, les permite tener una adecuada gestión de los recursos para enfrentar esta coyuntura.
Y es aquí donde Bancóldex, como banco que promueve el desarrollo empresarial, brinda herramientas financieras para que las mipymes de todos los sectores de la economía logren obtener un financiamiento competitivo –incluso con líneas especiales de crédito con beneficios en sus condiciones financieras- que les facilitan su permanencia en el mercado.
El reto que afronta el tejido empresarial no es poco, pues las mipymes no solo necesitarán de financiación favorable, sino también la adopción de instrumentos tecnológicos y de conocimientos que les permitan encontrar caminos de crecimiento y productividad de cara a los próximos años.
*Análisis realizado por Bancóldex