El Tour de Francia está a punto de comenzar, del 1 al 23 de julio se disputará la edición 104 de la ronda francesa. Como se ha hecho costumbre, las expectativas puestas sobre Nairo Quintana son muy altas. Sin embargo, al pedalista del Movistar le será imposible triunfar en todas las etapas, por eso deberá prestar atención a días específicos que pueden marcar su camino en la conquista del ‘sueño amarillo’.
La carrera por etapas más prestigiosa del circuito ciclístico está a menos de cinco días de comenzar. Los grandes aspirantes al título ultiman detalles en su preparación para encarar la prestigiosa competencia.
Pero a pesar de la exigente preparación, los aspirantes al título deberán prestar atención a ciertas etapas que marcarán la diferencia en la ronda gala.
El primer gran reto de este tour aparecerá finalizando la primera semana de competencia. La novena etapa, con partida en Nantua y finalización en Chambéry, será de vital importancia ya que comenzará a marcar tendencias en la clasificación general. A esa altura de la competencia resulta imposible hablar de un ganador, pero lo que sí quedará claro es quienes han resignado sus opciones en la primera semana de competencia. Esta etapa de 181,5 kilómetros está marcada por la ascensión a tres puertos de montaña fuera de categoría. El primero de ellos será el Col de la Biche, una subida inédita en el Tour de Francia, de 10,5 kilómetros de longitud al 9% de desnivel promedio. Una vez terminado el descenso de este puerto inédito, los pedalistas encararán el ascenso al mítico puerto del Grand Colombier por su vertiente más empinada, 8,5 kilómetros de longitud al 9,9% de desnivel promedio. Al descender del Grand Colombier, los pedalistas afrontarán unos pocos kilómetros en llano y luego subirán el Mont du Chat, un puerto de 8,7 kilómetros de longitud al 10,3% de desnivel promedio. Este recorrido por el Macizo del Jura, previo a la primera jornada de descanso, empezará a marcar tendencias de quienes verdaderamente lucharán por el título en las siguientes dos semanas.
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La etapa 12, será la segunda en este tour con llegada en alto. Son 214,5 kilómetros entre Pau y Peyragudes. Por su extensión, por los múltiples puertos de montaña, incluido uno fuera de categoría, y por el final en ascenso; esta etapa es considerada la etapa reina de los Pirineos. La etapa, que comienza con un recorrido favorable a los sprinters, impone un gran reto en el final del trazado; primero con el ascenso al Port de Balés, puerto de montaña fuera de categoría con una extensión de 11,7 kilómetros al 7,7% de desnivel promedio, seguido por el Col de Peyresourde, y luego con el ascenso al Peyragudes, el cual alcanza a tener en sus tramos finales rampas con un 16% de desnivel.
El siguiente día también será decisivo para los aspirantes al título. La etapa comprendida entre Saint Girons-Foix será corta pero vertiginosa. En total serán 101 kilómetros de recorrido entre los cuales se encuentran tres puertos de montaña de primera categoría; el Col de Latrape, el Col d’Agnes y el Mur de Péguère, siendo este último el más complejo de los tres.
La etapa 17, en la última semana de competencia será decisiva. Son 183 kilómetros entre La Mure y Serre-Chevalier, que marcan el inicio de las etapas alpinas. La etapa cuenta un puerto de segunda categoría, uno de primera y dos fuera de categoría, que en total suman 58 kilómetros en ascenso.
La penúltima etapa será donde se decida el título. Se trata de una contrarreloj individual de apenas 22 kilómetros, la cual cuenta con un exigente tramo en ascenso, 1,2 kilómetros al 9,5% de desnivel promedio.