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A esta hora la Alcaldía de ese municipio o los ciudadanos todavía no han recogido los desechos de todo tipo que estaban en el río y que salieron a flote con las intensas lluvias registradas en la región. La comunidad se queja de las inundaciones pero ella misma es la que ha originado parte del problema.
Botellas, canecas, bolsas de plástico y, en general, desechos de construcción, de hogares, de agricultura, etc, son parte del problema de las inundaciones ocurridas hace menos de una semana en Oicatá.
Cientos de habitantes, especialmente del sector rural, resultaron afectados por la acción del agua que anegó potreros, fincas y residencias, pero lo que no entienden es que son ellos mismos quienes han generado el problema.
En la tarde y noche del jueves se conocieron videos en los que los campesinos clamaban ayuda, pues fincas y casas de campo estaban inundadas y muchos animales estaban aislados y no tenían qué comer.
Después de las fuertes lluvias que se presentaron desde comienzo de semana hasta el viernes y sábado, los ciudadanos reportaron la situación y reclamaron la acción del gobierno departamental y de la Unidad Nacional de Gestión de Riesgos y Desastres, pero hasta ahora ni siquiera ha recogido toda la basura que el río les devolvió.
“Están asustados por las inundaciones, pero la misma gente que se queja, que sufre esas inundaciones, es la que llena el río de canecas, botellas, plástico, que el río bota cuando rebosa, y ni siquiera son capaces de recogerlas”, dijo un visitante del lugar.
“Ya que arman el desorden y la misma naturaleza, como una madre, les llama la atención y les dice: ‘recojan su desorden’, al menos deberían aprovechar la oportunidad y recoger esa basura que el río sacó”, dijo la misma fuente y agregó que es el colmo que ni siquiera en esa tarea se note el cumplimiento de su función por parte de la Alcaldía local.
Concluyó que lo que ocurre en Oicatá es lo mismo que está pasando en el país y el planeta con la acción de los seres humanos.