En Boyacá se han hecho múltiples denuncias sobre lo contaminación de ese embalse natural, que está generando riesgo para la salud de miles de seres humanos, pero ahora es la Defensoría la que hace la advertencia y un medio Nacional, el noticiero CM&, en que se refiere a la situación.
“Llamada de socorro, SOS angustioso por el lago de Tota”
Así tituló ayer el noticiero CM& la noticia sobre la situación de ese embalse ubicado en la provincia de Sugamuxi, que suministra agua para más de seis municipios de la región.
“La Defensoría del Pueblo ha denunciado ante la Corte Constitucional el peligro en el que se encuentra el lago de Tota”, dijo CM&.
“El embalse de agua dulce más grande de Colombia, que abastece de agua para consumo humano a siete municipios boyacenses, corre grave riesgo. Pide el organismo que la Corte se pronuncie con urgencia sobre los niveles de toxicidad y contaminación con plomo en la laguna”.
Según datos de la Fiscalía, a finales de 2020, la concentración de plomo en el lago superaba 95 veces los límites de tolerancia establecidos por la Corporación Autónoma Regional de Boyacá. “Está en peligro inminente el ecosistema de la laguna, que es el 13,55 por ciento de la reserva de agua a nivel nacional”, advierte el SOS lanzado por la Defensoría.
Según la Organización Mundial de la Salud, toda exposición al plomo tiene efectos nocivos para adultos y niños. También se denuncia que «están en peligro inminente los derechos de las comunidades asentadas en los municipios de Nobsa, Iza, Aquitania, Tota, Firavitoba y Cuítiva, en el departamento de Boyacá.
“La Corte Constitucional deberá evaluar, como lo ha hecho en otras ocasiones con ríos contaminados, si ordena la protección de este ecosistema. ¡Y es obvio que no dudará en hacerlo!”, concluyó el noticiero.
En Boyacá muchas veces diferentes actores y conocedores de temas medio ambientales han expuesto la problemática del lago, cuyas riveras han sido invadidas por los productores de cebolla larga, que permanentemente usan químicos -herbicidas, fungicidas y plaguicidas – en los cultivos y son quienes, en mayor proporción- han estado envenenando el lago.
Otros contaminantes son los productores de trucha, con los vertimientos desde las jaulas con las que adelantan su actividad, muchas de las cuales no cuentan con colectores.
La tercera fuente de contaminación son los hoteles, restaurantes, balnearios, plantas de sacrificio industrial de trucha y establecimientos comerciales instalados alrededor del lago, muchos d ellos cuales no tienen licencias ni permisos de vertimientos.
En conclusión, cientos de ‘empresarios’ están haciendo negocios con actividades de utilización de las aguas y, mientras tanto, envenenan el agua de miles de habitantes.
