Por | Edilberto Rodríguez Araújo- Profesor investigador, integrante del grupo OIKOS de la UPTC
Un accesorio pandémico
Hace cuatro meses cuando los efectos devastadores de la pandemia se evidenciaron, uno de los accesorios menos utilizados en la indumentaria personal, se volvió, como el virus, un fenómeno universal. Hubo escasez, acaparamiento y especulación. También escasearon el alcohol y los geles antibacteriales. Hoy se volvió parte del disruptivo y desapacible paisaje humano. Los accesorios de marras, son los convencionales tapabocas o pretenciosas “mascarillas faciales”.
De la escasez se pasó a la sobreoferta, proveniente de la masiva importación y de la producción nacional, conformada por fabricantes de todos los tamaños, desde empresas reconvertidas hasta la confección casera, como estrategia de sobrevivencia y protección en estos inciertos tiempos de penuria y desasosiego. Los coloridos tapabocas se han convertido en un accesorio de diseño, con estampados personales y filtros, como rasgo diferenciador de quienes los portan, fluctuando escandalosamente los precios de estos accesorios, ya sean lavables o desechables.
Fabricación a granel
Tan pronto el brote de la pandemia se desató, el Invima y el Ministerio de Comercio autorizaron la importación de estos accesorios, convirtiéndose en una rentable oportunidad de negocios para los distribuidores. En ese momento el inventario de estas barreras de protección facial bordeaba los 10 millones de unidades. Sin exigencia de registro sanitario para su fabricación, hoy, de la decena inicial de productores se ha pasado a un millar de fabricantes, de cuyos talleres salen más de un millón de tapabocas termosellados diarios.
Como suele decirse en tono muy presuntuoso de manual de autoayuda, toda crisis es una oportunidad. Así ocurrió con muchos confeccionistas pequeños y medianos, y aún grandes superficies comerciales, como Crystal, Almacenes Éxito (con talleres satélites) y Fabricato, que, -utilizando una expresión presuntuosa, se “reinventaron” y se dedicaron a fabricar insumos médicos.
Sin embargo, se siguen importando…
Fue una sustitución de importaciones acelerada que ha llevado a recomponer la canasta exportable del país, sin embargo, esto aún no se evidencia en las ventas externas, pues se siguen importando tapabocas y mascarillas quirúrgicas.
En la primera semana de julio, según registros de las 17 aduanas que maneja la DIAN en el país, el valor importado de mascarillas de protección superó al valor importado de teléfonos móviles procedentes de la China.
La queja de los empresarios
Esta semana, las empresas textileras y de confecciones, que agrupan cerca de 9.000 fábricas y generan más de un millón de empleos, le solicitaron al gobierno frenar o prohibir las importaciones de tapabocas.
Los empresarios le piden al gobierno establecer aranceles más elevados a las importaciones de mascarillas, así como adoptar medidas crediticias, impositivas, laborales, etc. que los protejan y les permita abaratar los costos, para ser competitivos.
E-mail: contrapuntoeconomico@gmail.com
Twitter: @zaperongo