El proyecto más grande de infraestructura que se adelanta actualmente en Colombia también tiene que ver con los boyacenses. Por eso EL DIARIO le cuenta a sus lectores en qué consisten las propuestas del Presidente y del Alcalde, que también tienen dividida a la opinión pública.
El Metro de Bogotá también es el Metro de los boyacenses que se movilizan en la capital del país.
Expertos en temas demográficos aseguran que más del 30 por ciento de los habitantes de Bogotá son boyacenses; es decir cerca de dos millones y medio de personas, una cifra impresionante.
La prevalencia de los boyacenses en la capital se explica por la cercanía de nuestro departamento con la capital del país. La llegada de los nacidos en Boyacá comenzó a principios del siglo XlX y de ahí en adelante marcó un gran desarrollo en varios ámbitos de la capital del país.
Pero esa presencia e influencia de los boyacenses en Bogotá no solo es con personas que residen en esa ciudad, sino también de quienes la visitan con frecuencia, de quienes la tienen como parte de ámbito de actividades sociales, de comercio, de estudios, de negocios.
Por eso el proyecto del Metro de Bogotá que actualmente se ejecuta tiene una gran incidencia para miles y miles de boyacenses; lo que residen allá y los que se movilizan por esa ciudad, en vehículos particulares, en taxi, Transmilenio, buses del SITP, busetas y colectivos.
El Metro de Bogotá ya comenzó a construirse, pero durante los últimos meses se ha agudizado la polémica entre el alcalde, Carlos Fernando Galán, y el presidente, Gustavo Petro Urrego.
Mientras Galán dice que el Metro se continuará construyendo como fue contratado durante el gobierno de Enrique Peñalosa, el presidente Petro ha propuesto varias modificaciones al proyecto, asegurando que esos cambios se traducirán en menos horas de viaje y calidad de vida para cada uno de los habitantes de Bogotá.
Petro mostró el fin de semana las conclusiones del estudio de la Sociedad Colombiana de Ingenieros sobre el sistema de transporte. Soportado en ese estudio y en compañía del ministro de Transporte, William Camargo, y María Constanza García, viceministra de Infraestructura, Petro mencionó la conveniencia de que se modifiquen los diseños de la primera línea del sistema de transporte.
Según el Mandatario, las condiciones económicas, geotécnicas y condiciones ambientales, entre otras, favorecen que se cambie el trazado actual.
“Lo que he mostrado no es un capricho mío, sino expertos de talla mundial y nacional, los que con base en el estudio nos permiten extraer estas condiciones”, afirmó el mandatario en su intervención.
Para el presidente, pese a que hay dos opciones para construir, la que plantea tiene en cuenta no solo la reducción del déficit, sino la disminución de tiempos. En la primera propuesta, el que ya se viene desarrollando, se enfoca hacia un sistema elevado, con 16 estaciones, que inicia en la localidad de Bosa, y culmina en la calle 72. Firmada por la administración del exalcalde Peñalosa y revalidada en la de Claudia López.
Y la otra es la que impulsa desde su despacho, denominada mixta: que sería elevada hasta la estación Antonio Nariño, desde la carrera 13, cerca al centro de Bogotá, y desde entonces se construya de forma subterránea, hasta la 72, con dos estaciones más, y que reduciría la pérdida a $3 billones. Es decir: serían 18 estaciones en total y un trazado de 23,9 kilómetros.
“La ganancia social en 30 años de la propuesta que le hacemos a la Alcaldía y Bogotá es un 60% superior a la propuesta del distrito”, indicó Petro, que defendió la posibilidad de implementar la iniciativa mixta. “Si se hace mixto el Metro, el tiempo de viaje disminuiría en un 77% en toda la ciudad, respecto al proyecto de metro elevado hoy, obras que los ciudadanos podrán aprovechar para tener mejor calidad de vida”.
Por su parte anoche el alcalde, Carlos Fernando Galán, realizó una intervención en la que rechazó la propuesta del Presidente de modificar el proyecto.
Galán le dijo no a las modificaciones al proyecto del Metro de Bogotá que propuso el presidente Gustavo Petro Urrego. Recordó Galán que el proyecto comenzó hace 82 años y que durante ese tiempo cada alcalde, incluyendo a Petro, ha llegado con una idea distinta de lo que debe ser ese sistema de transporte masivo.
“Hoy ese sueño se empieza a hacer realidad. El contrato para construir el Metro está firmado y financiado; en él que participaron dos gobiernos nacionales; tiene respaldo de la banca multilateral, está en ejecución y tiene un avance del 31 por ciento. En ese proyecto se trabajó durante ocho años, en dos administraciones de Bogotá: inició en el Gobierno de Peñalosa y continuó en el Gobierno de Claudia López. Como alcalde, Petro quiso hacer el Metro subterráneo, pero no tuvo ni financiación ni pudo estructurarlo. Petro propone ahora una modificación por carrera 13 y después por la Caracas, que alargaría en cuatro años la espera, que ya completa 82 años. A esa idea le faltan cuatro años de trabajo”, indicó Carlos Fernando Galán.
Y les respondió al Presidente: “No vamos a cambiar certezas por el riesgo de la incertidumbre. Frente al Metro ni un paso atrás. La modificación es jurídicamente imposible y técnicamente inviable porque existe un contrato firmado y en ejecución. Vamos a cumplir el contrato”.
También dijo que la ciudad ya hizo inversiones por 2.9 billones, que si el proyecto se modifica se van a perder; por ejemplo, valores pagados en la Avenida Caracas para la compra de predios y traslado de redes, en donde el Distrito ha invertido 542 mil millones de pesos, se irán a la basura”.
Y concluyó: “Parar el proyecto Metro es parar el progreso de Bogotá y asumir pérdidas millonarias e incumplirles a los bogotanos. Invito al presidente Petro que miremos hacia el futuro, no hacia lo que se hubiera podido hacer. El cambio no puede ser comenzar todo de nuevo. Voy a cumplir el mandato de los bogotanos”.