Desde el 8 de julio, en la capital boyacense, se ha generado una polémica tras el informe de la Secretaría de Salud en que reportaba 46 defunciones a nivel departamental, 26 pertenecientes a Tunja.
EL DIARIO se comunicó con Fred Gustavo Manrique, epidemiólogo, magíster y doctor en Salud Pública y Ciencias de la Enfermería. Actualmente es docente de la Universidad Nacional, catedrático de la UPTC y asesor de la Secretaría de Protección Social de Tunja para el manejo de COVID-19 de la capital boyacense.
EL DIARIO: ¿Qué tanto aporta el COVID-19 a la tasa de mortalidad en Tunja?
Fred Gustavo Manrique: Las cifras que tenemos en Tunja dicen que, en el año 2020, fallecieron alrededor de 2.000 personas, de las cuales 130 fueron asociadas a COVID (…) Tan solo el 6% fue el aporte del COVID a la mortalidad de la capital boyacense. De esas 2.000 muertes que se presentaron, solamente 918 eran de residentes de la ciudad, ¿por qué?, porque el Hospital San Rafael, la Clínica Mediláser, la Clínica María Josefa Canelones y la Clínica de los Andes, son los lugares donde más se atienden pacientes de todo el departamento. Entonces de los 2.000 muertos, 1.000 son provenientes de otro municipio, inclusive de otros departamentos.
Del año 2021, ya tenemos el registro de defunciones del primer semestre, del cual esperábamos que, hasta el momento, se notificaran 1.000 muertes en la ciudad, pero realmente llevamos alrededor de 1.600 fallecidos en general. De esta cifra, esperábamos que 400 de los casos pertenecieran a Tunja, pero la realidad es que tenemos más de 730 muertos. Ahora, lo que esperábamos para este año es que las cifras de defunciones relacionadas por COVID-19, representará una suma cercana a los 200 casos, ¿qué pasó?, pues en estos momentos llevamos más de 350 muertos registrados en el primer semestre, pero también, recalcó que aumentó el 50% en todas las causas.
E.D: ¿Cómo se registran las defunciones por COVID?
F.G.M: Actualmente para registrar las muertes se manejan muchos sistemas de información. Los muertos existen, pero, ¿en dónde existen?, la mayoría de personas mueren en los hospitales y clínicas desde hace años (…) Todo fallecido del país necesita un certificado de defunción que son enviados al DANE, ese es el primer sistema de información. Ahí podemos ver las estadísticas vitales y encontramos que hay un retraso considerable en las bases de datos.
El segundo sistema es la Registraduría, antes de realizar el sepelio, las funerarias deben llevar el certificado a la Registraduría para que la cédula se elimine.
Actualmente, para la salud pública tenemos el Sivigila, en el cual se notifican los enfermos y los muertos de los centros de salud. Cuando se va a registrar alguna muerte por COVID, el sistema tiene tres alternativas para saber que la defunción es a causa del virus; la primera se llama nexo epidemiológico, que significa que la persona estuvo en contacto con alguna comunidad en la que circulaba el virus, la segunda se llama policlínica, que quiere decir que desarrolla signos y síntomas y a pesar de que no tenga una prueba, todos los síntomas son compatibles con el virus, y la tercera es por medio de una prueba, actualmente se comprueba mediante las PCR y las de antígeno.
Pero, ¿qué ha pasado?, hoy en día registramos varias fechas del proceso de toma de pruebas para detectar el virus ya que, tenemos la fecha de cuando la persona inicia con síntomas, del día que le toman la PCR, de cuando ingresan al paciente a UCI y cuando fallece. Hay un lapso de tiempo entre la toma de la prueba y los resultados debido a que el laboratorio se puede demorar dos o tres días para dar el resultado de esta. Ahí se empieza a acumular los casos de esos días y al quinto o sexto día se reportan los datos al sistema, por tanto, el sistema de información nacional está retrasado entre 5 y 8 días de los casos reales. Inclusive de los muertos también porque la fecha de notificación es tardía.
E.D: ¿Cuál es la explicación de las 26 defunciones registradas en un solo día en Tunja?
F.G.M: Como lo explicaba anteriormente, se acumulan los casos que se deben subir a las bases de datos y se puede presentar algún error al hacer el procedimiento y eso fue lo que pasó, hubo un error en cargar una base de datos y se atrasaron en reportar los muertos. También, se han retrasado en reportar los resultados muchas veces en el sistema de información, que quede claro porque las personas siguen muriendo y existiendo.
Al día de hoy, uno no podría decir los muertos de los últimos días cómo están, porque se puede retrasar esta información o puede haber rezagos o cruzamientos de la información entre los sistemas, que causa que exista la posibilidad de que haya una confusión en la cifra general, que eso es lo que ha pasado actualmente. En estos 26 casos de defunción, sólo tres de ellos son de una fecha del 7 de julio, uno de ellos es del 6 de julio y el resto de muertos registrados son de otros meses. Estos casos se rezagan en la notificación del sistema mas no se acumulan en ninguna morgue, ni en ningún cementerio.
Se ha evidenciado que cada día en Tunja hay menos muertes. Últimamente, en la capital boyacense, se registra la defunción de dos o tres personas que mueren por todas las causas y uno o dos, pueden estar relacionados a COVID.
En el último mes, en julio, la tasa de mortalidad ha sido constante en la ciudad y ¿por qué sabemos que ha sido constante?, porque nosotros monitorizamos en algo que se llama letalidad.
La letalidad de Tunja es la más baja de las ciudades capitales, es la más baja del departamento, es 1.3 muertos por cada 100 personas infectadas. En Boyacá hay 2.5 muertos por cada 100 contagios. En el país son casi 3 personas por cada 100 personas infectadas.