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La situación de la estructura que tendrá que ser reparada a partir de este fin de semana contrasta con un puente alterno construido hace más de 60 años y que debe soportar la gran carga que pasa desde Boyacá hacia el centro del país y las costas.
En el sitio conocido como el Puente del Sisga, en la carretera entre Bogotá y Boyacá, realmente hay dos puentes: uno construido hace más de 60 años y el otro construido por Solarte y Solarte hace menos de 20 años.
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El de hace 60 años está en relativamente buen estado y desde el fin de semana será el único habilitado para transitar en dos sentidos; y el ‘nuevo’ tiene seriamente comprometida su estructura y tendrá que ser intervenido para evitar que genere una emergencia de grandes proporciones.
La historia de esas dos estructuras está ligado con la vida de la carretera construida por iniciativa del general Gustavo Rojas Pinilla, quien gobernó a Colombia entre 1953 y 1957.
La primera vía entre Boyacá y la capital del país la construyó una firma de ingenieros colombianos denominada Archila y Briceño (uno de Santander y otro boyacense). Ellos se ganaron la construcción de la Autopista Norte hasta Sogamoso, conocida como la Carretera Central del Norte.
La vía se comenzó a construir y pavimentar a finales de los años 50 y en la década de los 60, adjudicada por el gobierno de Rojas Pinilla.
Dentro de esa obra vial se incluyeron varios puentes, incluyendo el paso sobre el Puente de Boyacá, que es una estructura de piedra. En el sitio histórico hay tres puentes: uno antiguo, de hace más de un siglo; el que se construyó en el Gobierno de Rojas Pinilla (de piedra) y el que se construyó recientemente por parte de Solarte y Solarte, por donde pasan los vehículos desde y hacia Boyacá.
En la obra contratada en el gobierno Rojas se incluyó el puente de El Sisga, que se utilizó por muchos años y décadas cuando la carretera era una calzada en dos sentidos.
Posteriormente, el 6 de agosto de 2002, cuando solo faltaba un día para finalizar el gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002), le fue adjudicada a la firma pastusa Solarte y Solarte la concesión vial Briceño-Tunja-Sogamoso.
Inicialmente no era doble calzada sino era la misma vía que existía (la construida desde el gobierno Rojas Pinilla) con un mantenimiento y ampliación de bermas y, en el algunos tramos, la construcción de un tercer carril.
En la subida de El Sisga, en el sentido Sesquilé-Sisga y bajada hacia esa represa y en la subida de Ventaquemada en ambos sentidos se proyectó un tercer carril dentro de la vía sencilla, de la misma forma como en ese momento se estaba construyendo un tercer carril en la carretera Bogotá-Melgar, por el sector de Silvania.
El objetivo era que cuando los vehículos de carga pesada iban subiendo se hicieran a la derecha y permitieran el paso de vehículos pequeños, pero se comprobó que ese sistema generaba altas tasas de accidentalidad.
Cuando Álvaro Uribe llegó al gobierno (2002-2006) muchos sectores de opinión de Boyacá comenzaron a reclamarle que el departamento no necesitaba un tercer carril sino una doble calzada, con separador.
Después de analizar el tema y escuchar argumentos, el gobierno Uribe decidió, con los mismos contratistas de Solarte y Solarte, modificar los diseños y proyectar la doble calzada.
Ya diseñada una vía de esas proporciones, en doble calzada, separador, doble carril en ambos sentidos y berma a lado y lado, se comenzaron a comprar predios y dentro de ese proyecto quedó incluida la construcción de un puente paralelo en El Sisga al que habían construido Archila y Briceño.
El puente paralelo, construido por Solarte y Solarte, es metálico, tiene una estructura de arco de medio punto y es el que se habilitó al lado derecho en el sentido Bogotá-Tunja: mientras que el viejo puente, el de Archila y Briceño, es el habilitado para transitar de Tunja a Bogotá.
El puente de Archila y Briceño ha tenido en más de 60 años dos mantenimientos, en el año 1992 y otro a comienzos del 98, que no duraron más de 15 días.
Como no había puente alterno, mientras se hicieron los mantenimientos, los vehículos debían utilizar una carretera antigua que bordeaba la represa del Sisga.
Ahora, con los daños en el puente ‘nuevo’, los propietarios de la concesión, de origen australiano, detectaron las fallas en el puente construido por Solarte y Solarte, que deben ser muy graves como para justificar trabajos de seis meses.
El puente antiguo, de más de 60 años, tiene un hermosos diseño; por debajo de la roca salen dos elementos diagonales, se unen en la mitad y ahí sostienen la estructura de lado y lado; el puente de los Solarte es una estructura convencional, que aparece en todos los libros de ingeniería, es un puente muy sencillo, metálico y de mala presentación.
Este último puente fue construido realmente hace menos de 15 años; los Solarte duraron como un año haciéndolo y ahora tienen problemas en la estructura.
Lo curioso es que el puente antiguo, el de la primera vía, es el que más peso soporta. Es por donde se transporta toda la carga que llega de Boyacá y de los Llanos, por la Vía del Cusiana y por la Alterna al Llano hacia la capital. También por donde se transporta el hierro, el cemento, el coque, el ganado y los productos agrícolas hacia el centro del país.
Se podría decir que por ahí, entre Boyacá y Cundinamarca se transporta el 80 por ciento de la carga y el puente funciona sin problema; mientras que el otro puente, por donde llegan los vehículos sin mayor peso, es el que debe ser reparado.
En conclusión, los pastusos de Solarte y Solarte le metieron gato por liebre a Boyacá.
Este escrito carece de argumentos válidos, solo trata de buscar puntos de quiebre para atacar.
Ni siquiera se an tomado la molestia de consultar cuál es el puente que tienen que intervenir
Por si no lo tiene claro el puente a intervenir es el antiguo el que tiene 60 años