Por: Giovany Pinzón Báez
Entre 9.997 y 10.645 toneladas de residuos sólidos de 105 municipios se están recibiendo en Tunja, generando problemáticas ambientales, sanitarias y de salubridad en sus alrededores, situación que no es nueva, pero que se ha hecho aún más preocupante con el paso de los años a falta de planes responsables de manejo de residuos sólidos en los municipios.
Para el año 2016, los municipios debían formular de forma clara, precisa y mantenida en el tiempo, Planes de Gestión Integral de Residuos Sólidos (PGIRS), como instrumento de planificación en materia de residuos sólidos para adoptarse a escala municipal o regional, de acuerdo con las características del territorio. Sin embargo, a la fecha parece que su adopción es casi nula e insuficiente, lo que ha generado sobrecarga en los rellenos autorizados en Boyacá: Terrazas del Porvenir en Sogamoso y relleno de Pirgua en Tunja.
Aunque hay quienes manifiestan que su aplicación es costosa y engorrosa, Soatá es ejemplo de que es posible hacer un manejo adecuado de residuos sólidos, generando ingresos a la ciudadanía, disminuyendo la cantidad de basuras que se producen y los costos de movilización.
En Soatá, antes del año 2012 solo se recogían los residuos para ser enterrados en un relleno sanitario. En el periodo de la Alcaldía 2012-2015 cambió el panorama iniciando por la educación, con jornadas de sensibilización y capacitación a través de las cuales se empezaron a separar residuos y a fomentar el reciclaje en los hogares. Posteriormente, con distintos horarios de recolección se inició el traslado de los residuos a una estación intermedia donde se realiza un nuevo proceso de recolección y tratamiento de residuos sólidos; de esta manera se generan ingresos con la venta de reciclaje y se reducen los costos de movilización y de depósito, pasando de 140 toneladas de basuras a 90 mensuales.
Las políticas públicas no pueden seguir quedando en el papel, se deben transformar en hechos reales, que además beneficien a nuestras comunidades, la naturaleza, el medio ambiente y la economía.
El reto no es solo poner en funcionamiento el reciclaje, optimización de recursos y clasificación, sino alcanzar avances como los que son ejemplo en el mundo. La tecnología ha abierto la puerta a diversos procesos de transformación de las basuras hacia fuentes como la producción de energía. Los desechos de los rellenos sanitarios pueden ser vistos como materia prima para generar energía y que plantas de gasificación y pirólisis (uso de altas temperaturas para destruir materiales) se usen a escala comercial en países como Estados Unidos.
En Colombia se han adelantado procesos de transformación con el objetivo de producir energía. En el 2008, la vereda El Totumo, de Necoclí (Antioquia), no contaba con energía eléctrica y allí se instaló la primera planta del país, capaz de generar energía a través de la incineración de trozos de madera que alimentaban una pequeña red eléctrica. En el 2011, EPM conectó El Totumo con el sistema de electricidad del país y la planta no se volvió a usar.
Varios países desarrollados utilizan la incineración de residuos para producir energía, en Noruega, por ejemplo, se queman 310.000 toneladas de residuos por año; también se está desarrollando tecnología para capturar el carbono de la quema de la basura en busca de un nuevo tipo de combustible.
En Suecia, incluso, importan basura para quemar y así mantener el funcionamiento de sus plantas de reciclaje, que generan energía a más de 200.000 hogares. Alemania, por su parte, ha diseñado un nuevo método más sencillo y rentable para producir biocombustible a partir de basura orgánica. Y China, la gran potencia mundial, aunque es uno de los países más contaminados, trabaja en la construcción de la mayor planta de energía de residuos que se haya visto jamás; su objetivo es convertir un tercio de la basura que genera la ciudad de Shenzhen en energía para el año 2020.
Estas experiencias, apoyadas de la academia, que en Boyacá tiene excelencia, podrían favorecer los procesos del manejo de basuras del departamento y solucionar la problemática que se ha convertido en un dolor de cabeza constante, y el talón de Aquiles de los mandatarios de esta región del país.