Por | Edilberto Rodríguez Araújo- Profesor investigador, integrante del grupo OIKOS de la UPTC
A pesar de la prematura reapertura económica, muchos sectores no han logrado repuntar, en el periodo enero-septiembre, tal como lo evidencian el comercio mayorista y minorista (-17,8 por ciento) y la construcción (-23,4 por ciento). El sector industrial, que en los últimos años carga con el lastre de una errática política sectorial, sigue aletargado, comoquiera que en tercer trimestre de 2020 decreció en -11,1 por ciento, estando su bajonazo por encima del PIB total: -8,1 por ciento.
En la última década creció por debajo del ritmo del PIB nacional, teniendo en 2019 un crecimiento inferior a la economía agregada: 1,6 versus 3,3 por ciento.
De otro lado, entre 2017 y 2018, el número de establecimientos, según la Encuesta Anual Manufacturera (EAM) se contrajo de 8.214 a 7.911, mientras que el empleo generado, se redujo de 717.651 a 709.507 personas.
La coyuntura industrial reciente no revela ninguna mejoría en este sector que, otrora, jalonaba la economía, comoquiera que, en septiembre, de acuerdo con la Encuesta Mensual Manufacturera con Enfoque Territorial (EMMET), la producción cayó -3,0 por ciento, el empleo se desplomó en -7,3 por ciento y las ventas menguaron en -1,6 por ciento. En el año corrido enero-septiembre la destorcida fue más pronunciada: producción (-10,6 por ciento), personal ocupado (-10,3 por ciento) y ventas (-5,8 ciento).
Los sectores en declive son: cuero y calzado, automotriz y autopartes, textiles y confecciones, siderurgia, petroquímica, entre otros. Según Fedesarrollo, en septiembre se registró un repunte moderado en el Índice de Confianza Industrial que se le atribuye al aumento de los pedidos y a la reducción de las existencias.
De otra parte, la industria manufacturera boyacense, tampoco ha tenido buena suerte, ya que tanto el número de establecimientos como el empleo han disminuido y su escasa diversificación ha hecho que dependa, principalmente, de tres actividades que han marcado su especialización y acaparan el 75 por ciento de la producción: siderurgia, metalmecánica y cementos, todas orientadas al mercado interno.
Según las cifras de la encuesta, a pesar que en septiembre pasado el desempeño del sector industrial de Boyacá, mejoró en relación con los demás departamentos, -sobre todo en las ventas, mientras el empleo se contrajo-, en lo corrido del año el panorama es crítico, pues el desplome superó el promedio nacional.
Esta maltrecha coyuntura sectorial hará que, al cierre de este año, el tablero de indicadores de la economía departamental termine en rojo. ¿Qué proponen las cámaras de comercio de Boyacá para atajar este derrumbe empresarial?
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Análisis breve y conciso que cierra con pregunta a la entidad que agrupa el comercio y servicios.