María Paula Falla, exsecretaria de Cultura de Tunja, en diálogo con EL DIARIO, habla sobre su salida y entrega una reflexión final sobre el arte, el servicio público y el futuro cultural de la ciudad.
Tras presentar su renuncia a la Secretaría de Cultura, Turismo y Patrimonio de Tunja, María Paula Falla compartió con EL DIARIO un balance de su gestión y un mensaje al sector cultural. En la conversación resaltó la importancia de la ética en lo público, la democratización del acceso a la cultura y los retos que quedan abiertos para la ciudad.
EL DIARIO: ¿Qué le dejó esta experiencia en el servicio público?
María Paula Falla: Esta etapa reafirmó en mí una convicción profunda: en el servicio público cada decisión, por pequeña que parezca, puede transformar la vida de muchas personas. Por eso la ética es fundamental. No se trata solo de cumplir la ley, sino de honrar la confianza que la ciudadanía deposita en nosotros con transparencia y compromiso.
EL DIARIO: ¿Cuáles fueron los principales logros en su paso por la secretaría?
María Paula Falla: Lo más importante fue haber trabajado con la ciudadanía, el equipo de la secretaría, el Consejo Municipal de Cultura y el sector artístico en procesos participativos y democráticos. Gracias a ello logramos impulsar varias convocatorias que hoy son herramientas vigentes para el sector.
– Carpeta de estímulos CEPAC: una convocatoria que sigue en curso y abre oportunidades para artistas de distintas áreas.
– Convocatoria Tunja, tierra de festivales: diseñada para descentralizar la cultura y respaldar iniciativas de festivales en barrios y comunidades.
– Convocatoria de Salas Concertadas: primera en su tipo en la ciudad, orientada a fortalecer espacios culturales independientes que amplían la oferta artística y permiten un acceso más equitativo a la cultura.
– Convocatoria de la Ley de Espectáculos Públicos (LEP): próxima a publicarse, con la que se busca fortalecer las artes escénicas en la ciudad
A estos procesos se sumaron eventos que marcaron la agenda cultural: la Fotomaratón, que ofreció nuevas miradas de Tunja a través de la fotografía, y la Noche de Museos, que reunió a cerca de nueve mil personas en las calles y museos de la ciudad, integrando patrimonio, turismo, arte y participación ciudadana en un encuentro que ya se consolidó como un referente local.
También adelantamos alianzas con universidades e instituciones, lo que permitió robustecer el trabajo de la Secretaría, diversificar la programación y ampliar el alcance de los procesos culturales. Todo esto fue posible por la voluntad colectiva y el compromiso del equipo.
EL DIARIO: ¿Qué significan estas acciones para la ciudad?
M.P.F.: Más allá de la inversión, lo que logramos fue abrir oportunidades. Los artistas son narradores de nuestra identidad y merecen un respaldo digno. Democratizar la cultura significa que no se quede en los teatros o escenarios del centro, sino que llegue a los barrios, colegios y espacios públicos.
Queremos que un niño, un joven o cualquier ciudadano de Tunja pueda ver una obra de teatro, asistir a un concierto o acceder a formación artística. Eso enriquece la vida personal, fortalece la cohesión social y nos recuerda que la cultura es una herramienta para humanizarnos como sociedad.
EL DIARIO: Usted insiste en la cultura como un derecho. ¿Por qué?
M.P.F.: Porque la cultura es el tejido que nos une: nuestras tradiciones, historia y formas de vida. Reconocerla como derecho significa entender que no puede ser un privilegio de unos pocos, sino una posibilidad real para todos.
La Constitución protege ese acceso y obliga al Estado a garantizarlo. La cultura es un factor de desarrollo social y personal: cuando un niño o un joven accede a ella, no solo amplía su horizonte, también fortalece su identidad y sentido de pertenencia.
EL DIARIO: ¿Qué retos quedan hacia adelante?
M.P.F.: El reto más grande es consolidar procesos de largo aliento. La cultura necesita raíces sólidas, transparencia en la distribución de recursos y una visión que la reconozca como motor de desarrollo. Lo que hicimos fue un aporte inicial: ahora la tarea es asegurar que la cultura llegue a todos los rincones y que Tunja se reconozca en su diversidad y riqueza cultural.
EL DIARIO: Finalmente, ¿con qué mensaje se despide del sector cultural y de la ciudadanía?
M.P.F.: Me despido con la tranquilidad de haber aportado a procesos que no empiezan ni terminan conmigo. Lo que logramos no fueron acciones aisladas, sino pasos dentro de un proceso colectivo que pertenece a toda la ciudad.
La cultura es el mejor legado que podemos dejar, porque transforma, une y nos recuerda quiénes somos. Me llevo la certeza de que cuando el arte y la ciudadanía se encuentran, una ciudad se transforma de verdad. Ese es el camino que Tunja ya está recorriendo, y que, gracias a sus artistas y a su gente, seguirá creciendo con raíces cada vez más sólidas.