La cultura de los ‘aviones’

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Por | Julio Medrano. Escritor. X | @JCMedrano3

Debemos oponernos al vaciamiento de nuestra cultura,
devastada por esos economicistas
que solo entienden del Producto Interno Bruto.
Ernesto Sabato

El sector cultural que de por sí es señalado y vapuleado, estigmatizado, insultado, meado, borrado, una vez más debe aguantar las torpezas burocráticas de unos aprendices a cargo de administrar los escasos recursos económicos que hay para los artistas.

Pican maíz. Caminan. Pican maíz. Vuelan en bandada. Cagan sobre la cabeza de Bolívar. Se posan en el suelo. Pican maíz.

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En medio de una reunión entre artistas y administrativos de la Secretaría de Cultura de Tunja, un rockstar funcionario público contratista de esa dependencia, dijo a un reconocido artista y gestor cultural: «Usted es muy ‘aviondo'».

La palabra ‘avión’ refiere [en pleitos en cantinas y en reuniones de la Secretaría de Cultura] a personas que se aprovechan de los demás y/o que buscan obtener beneficios rápidamente y sin esfuerzo.

El artista exigió respeto, y todo ardió en aquel escenario tan cosmopolita.

Los artistas en Tunja pasaron de ser ‘guerrilleros de cafetería’ [como los estigmatizó un mercader de la cultura del entretenimiento, en 2022] a convertirse en ‘aviones’ [de guerra, tal vez]. ‘Aviones’, por exigir respuesta de la Secretaría a problemáticas del sector.

Fuman. Beben tinto. Fuman. Acceso de tos. Entran y salen de las cafeterías del Pasaje de Vargas. Fuman.

El Secretario (e) concluye la reunión diciendo que acaba de recibir la vacante, que nanay cucas, que se jodieron los artistos porque él nada que ver, acaba de llegar al puesto, que si tienen problemas escriban una carta y deposítenla en el buzón de quejas y reclamos [ya debe estar a reventar].

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La reunión termina sin diplomacia, sin pactos, sin respeto, sin acuerdo de paz.

La escuadrilla de ‘aviones’ sale de la Casa del Fundador. Planea sobre la Plaza de Bolívar. Divisan desde el cielo despejado, la cagarruta de las palomas que empalidece la fruncida cara del Libertador. Aterrizan en una cafetería del Pasaje de Vargas.

En las cafeterías del Pasaje, un ‘avión’ dibuja una caricatura. Otro escribe un poema. Otro afina una guitarra. Otro entona un bolero. Otro termina el drama: «Iré a trabajar, porque de la cultura no se vive, maestros».

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan la postura editorial de EL DIARIO.

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