Por | Miguel Ángel Peña Moreno / Asesor TIC / @MiguelPTIC
Niños, niñas y adolescentes cada día se contagian más por la necesidad de aceptación en grupos sociales que siguen tendencias, retos virales y personas dedicadas a generación de contenido digital. ¿Hacemos lo suficiente para guiarlos?
Comienza el año escolar y las instituciones educativas son un espacio donde los educandos, aparte de aprender los contenidos académicos, comparten experiencias de su tiempo libre dedicado a las redes sociales. Desafortunadamente en la mayoría de casos la educación en casa con respecto al uso adecuado de la tecnología es un pendiente que muchos padres de familia no satisfacen, hacen a medias o creen que hacen bien.
La Ciberdependencia es la principal responsable de todos los riesgos asociados a las TIC, esta adicción se genera regularmente por una necesidad de atención, vacíos de crianza o baja autoestima. Muchas personas pasan horas frente a su computador o celular navegando en internet sin ningún propósito, se dedican solamente al ocio y la diversión; Obviamente existe una marcada diferencia con las personas que aprenden, trabajan o tienen un objetivo definido, real y productivo.
La constante necesidad de consumo o “vanidad digital”, sumado a la inocencia de las personas menores de 18 años, creyendo en las buenas intenciones de sus contactos de redes sociales, los convierten en presa fácil de los acosadores sexuales; a este fenómeno se le conoce como Grooming, un riesgo donde los delincuentes seducen a sus víctimas bajo perfiles falsos y obtienen material de explotación sexual infantil, comúnmente conocida como pornografía infantil, ese material es utilizado frecuentemente como chantaje para propiciar encuentros en la vida real. El enviar fotografías o videos sin ropa, o en situaciones sexuales es tristemente una actividad cada día más común, los llaman packs o nudes, pero en realidad se le denomina Sexting.
En este riesgo TIC las víctimas suelen creer que tienen todo bajo control; tratar de convencer a estas personas de su inadecuada práctica y hacer entender las consecuencias de estos actos con sus graves problemas a futuro no es tarea fácil, más aún si el entorno en el que se desenvuelven los más jóvenes es de ocultamiento hacia sus padres o cuidadores.
Seguramente en este punto, si usted tiene hijos, hijas o menores de 18 años a su cargo se puede estar cuestionando sobre las actividades que ellos desarrollan en internet; a decir verdad, si piensa abordarlos con reproches no sería la manera más adecuada. Cada caso es distinto, pero sí hay una tendencia marcada en los padres, madres o cuidadores cuando tienen una comunicación fluida, conversaciones francas y constantes, donde muestran real interés por la cotidianidad y acontecer de ellos.
Controles parentales, software destinados a vigilar las conductas en internet y mecanismos para saber si están actuando correctamente hay muchos en el mercado, pero creo que lo mejor que los padres pueden hacer es ganarse la confianza de sus hijos, así cada vez que por ejemplo a través de redes sociales reciban una simple solicitud de amistad o un comentario lo estarán comunicando.
Es importante abordar estos temas con el conocimiento necesario; los invito a que amplíen la información buscándola en sitios web especializados o con videos que pueden encontrar al respecto en plataformas como YouTube.
El mundo cambia rápidamente y siempre será una ventaja estar al tanto de los peligros y riesgos que generan las TIC. La tecnología no es mala, lo malo es no saber utilizarla a nuestro favor.