El candidato de la coalición Colombia Humana – Unión Patriótica fue uno de los grandes protagonistas de la contienda del 12 de septiembre en Duitama, que dejó a David Ortega como el nuevo alcalde de la ciudad. Bohórquez fue la gran sorpresa al finalizar tercero en la votación a escasos 300 votos de Wilfredy Bonilla, segundo en los escaños. Bohórquez desde ya contempla lo que será su futuro político.
Por estas horas de alegría en las huestes del liberalismo, por la victoria de David Ortega, José Luis Bohórquez anda recogiendo las piezas de campaña propagandística utilizadas en la campaña exprés que se vivió en ‘la perla de Boyacá’.
Bohórquez mira con optimismo el futuro, a pesar de que considera que su querida Duitama estará bajo el mando del que considera uno más de los reencauches de la política tradicional. No es que Bohórquez desee que a Ortega le vaya mal, porque al mismo tiempo le iría mal a su municipio, sino que no confía en lo que el joven Alcalde liberal pueda hacer por la ciudad. En diálogo con EL DIARIO, Bohórquez contó sus impresiones de lo que fue su primera campaña política.
EL DIARIO: ¿Qué balance hace de esta campaña política?
José Luis Bohórquez: El balance es que el voto de opinión dio un golpe categórico. Esa política tradicional, esa política conservadora, que en esta ciudad siempre se dijo que era su último bastión, tiene las horas contadas. Lo que logramos fue una hazaña porque delante de nosotros solo quedaron las dos maquinarias que estaban peleándose esto. Nosotros sin un tamal regalado, sin una teja, sin una rifa de nada, sin millones en publicidad; sacamos una votación que por poquito y nos convierte en la segunda fuerza. Si nos hubieran dado un más de campaña estoy seguro que al primero también le ganamos.
E.D: ¿Se va a presentar a las elecciones de alcalde en Duitama dentro de dos años?
J.L.B: Gracias a la vida, gracias a Dios, gracias a todos los que gobiernan esta vida tan bonita, vamos creciendo. Pero en este momento yo no puedo tomar esa decisión por mí mismo, funciono como parte de una colectividad. Entonces mi colectividad tendrá que sentarse a procesar todo lo que acaba de pasar. No sé si seré candidato en la siguiente pero lo que sí puedo decir es que nuestra fuerza va a estar ahí presente. Lo que sí es un hecho es que voy a seguir trabajando. Precisamente me dirijo en este momento a retirar mi publicidad y mis vallas, y a continuar trabajando.
E.D: ¿A usted le gustaría?
J.L.B: Hay que caminar los caminos de la coherencia. Si en Duitama tenemos cinco mil personas que creen en nuestra propuesta, creo que es momento de ser responsable con esas personas, y habría que estar ahí. Pero como decía antes, no soy el único que toma esa decisión, sino que debo esperar a que la colectividad se reúna a dialogar. Independientemente de lo que ocurra, en la siguiente elección, que es en dos años y cuya campaña empezó desde hoy, vamos a estar ahí de una u otra forma.
E.D: ¿Qué le espera a David Ortega?
J.L.B: Al que llegaba a este periodo, siendo honestos, le tocaba bailar con la más fea. Lo sabíamos desde antes porque no va a poder hacer muchas cosas en dos años. Solamente el que sea un político en mayúscula, puede hacer algo en dos años, y no digo ser político en negociar o tranzar con concejales; sino porque hay mucho para hacer sin tener que tocar el Concejo y sin tener que tocar presupuestos. Pero eso no lo va a entender ni David ni otras personas que han ganado, porque ellos gobiernan es con cifras. No son políticos de verdad, son rencauches de la política vieja. Conociéndolos, van a gobernar a través de las redes sociales, van a engañar a la gente.
E.D: ¿Cuál es la primera tarea a resolver por David Ortega?
J.L.B: Lo primero que debería hacer es limpiar la casa, pero eso le va a quedar imposible. Le queda imposible porque su campaña se sustentó en el dinero, fue impresionante la inversión: afiches, vallas, más de 350 pregoneros por las calles. Ese muchacho acaba de empeñar su vida y eso se lo van a cobrar.
E.D: ¿Qué fue lo que más lo marcó de esta campaña?
J.L.B: Vivimos una campaña llena de muchas emociones. Lo que más me marcó fueron las historias de la gente. Hay demasiadas historias de necesidades. Ayer rompí en llano, no por tristeza de perder, sino por el hecho no poderle responder a toda esa gente que está pasando tantas cosas. Me tocó ver madres cabeza de hogar con tres o cuatro niños a cargo sostenerse a punta de empanadas, gente mayor abandonada; conocí las historias de la gente y eso me marcó, uno sabe que eso existe, pero lo evidencié a gran escala.