Una de las últimas decisiones que toma Coldeportes antes de convertirse en Ministerio del Deporte es absolutamente cuestionable pues desconoce la celebración del Bicentenario y el valor de Boyacá para la Nación en estos 200 años de historia republicana.
Ni siquiera el hecho de haber contado con dos grandes glorias del ciclismo nacional, Nairo Quintana y Fabio Parra, durante la exposición de Boyacá como candidato para organizar los Juegos Nacionales, fue suficiente para ablandar el corazón de un gobierno, indolente y desconocedor de la trascendencia de Boyacá en estos 200 años de historia republicana, especialmente en materia deportiva.
La elección fue el Eje Cafetero, que si bien puede gozar de las herramientas, la actitud, los recursos y la buena disposición para organizar estas justas deportivas, no tiene la trascendencia histórica que tiene Boyacá a nivel deportivo, ni a nivel social, comprendiendo que Boyacá es la cuna de la libertad de toda Colombia.
«Nuestro anhelo es que los juegos nacional sean para los deportistas y no para los contratistas. No queremos volver a esos actos corruptos», señaló el presidente de la República, Iván Duque, al dar a conocer la sede para los Juegos Nacionales y Paranacionales 2023.
Al igual que en la anterior ocasión en la que se le hizo el feo a Boyacá, no hubo mayores explicaciones de por qué Boyacá no. Sencillamente una felicitación por la postulación, que viene a ser un premio de consolación de poco o nulo valor.
Incoherente resultó el discurso del Primer Mandatario resaltando la importancia del deporte como factor de superación de la desigualdad, negándole a Boyacá, una de las regiones más desiguales del país, la chance de ser la casa de las justas deportivas de 2023.
«Queremos que el deporte sea un factor fundamental en la política de equidad, porque entendemos que el deporte tiene una gran conexión con el emprendimiento y por supuesto con la legalidad, porque en la medida que el deporte se profundiza en los territorios, estamos alejando a la juventud y la niñez del asecho de la violencia, de la criminalidad y la tentación del camino fácil», agregó el Presidente de la República.
Por su parte el director de Coldeportes, Ernesto Lucena, indicó que la elección de la sede para los Juegos Nacionales 2023 fue un proceso absolutamente técnico. Lo que de buenas a primeras sería interpretado como una justa competencia, luego cuando se revela que los deportes acuáticos tendrán como subsede a Cali, se preguntan los demás postulados si realmente se hizo la mejor elección, pues otros candidatos no necesitaban recurrir a sedes alternas para la disputa de todas las disciplinas.
“Tuvimos en cuenta el compromiso de la parte política, deportiva y de las ciudades por albergar estos juegos, que en las presentaciones mostraron lo mejor de cada una de ellas y por eso hay que celebrar que esta decisión no fue fácil”, dijo Ernesto Lucena.
Una vez se dio a conocer la noticia, la indignación fue total entre la clase política de Boyacá, que reprocha a este Gobierno es que su único plan para Boyacá en el Bicentenario sea la construcción de una cárcel.
Ahora falta que Duque construya la cárcel, no construya los colegios , le niegue plata a la Universidad Pública y apoye a Jonatán, para celebrar su desprecio a Boyacá.
Pero pensando, la cárcel y el candidato, nada tienen que ver con los monasterios, pero sí con el arrepentimiento.