En las últimas horas surgieron voces de diferentes sectores en los que solicitan al Gobierno del presidente, Gustavo Petro, y al Congreso, establecer impuestos a los cigarrillos y a los vapeadores
Con sombrillas en mano y regalando estos objetos a senadores y representantes como si se hubiese desatado una gran tormenta al interior del recinto, jóvenes y activistas de organizaciones civiles y científicas llamaron la atención ayer al interior del Congreso de la República y pidieron a los congresistas que en la actual Reforma Tributaria se incluya un nuevo impuesto a los vapeadores y cigarrillos electrónicos y se triplique el impuesto al tabaco, medidas que protegerán al país de una lluvia de amenazas.
Durante la tarde se activó un audio de reporte del clima que advirtió de la lluvia de amenazas generada por el consumo de tabaco y de las estrategias de la industria tabacalera para mantener su negocio.
Esta novedosa activación también convocó a un ‘Plantón por la Vida’, en la que ciudadanos jóvenes y adultos se tomaron pacíficamente la Plaza de Bolívar de Bogotá para extender la solicitud con pancartas, afiches, camisetas y sombrillas. De igual forma, en el resto del país, organizaciones civiles de jóvenes se unieron a esta actividad a través de una sinergia en sus redes sociales.
La petición surge de que cada día que pasa, la industria del tabaco le cuesta la vida a 84 colombianos, genera gastos al sistema de salud por 18 mil millones de pesos, caen más de 13,6 millones de colillas a ríos y mares y aumenta el número de consumidores, especialmente de niños, niñas y jóvenes, de vapeadores y cigarrillos electrónicos, productos que actualmente en el país no pagan impuestos ni son regulados.
Según la evidencia científica y libre de interés, de implementarse estas medidas tributarias, en Colombia se salvarán 445 mil vidas, se generará un billón de pesos adicional, que se pueden invertir en programas de salud y desarrollo; se logrará que un millón de personas dejen de fumar, se cuidará el medio ambiente y a los animales de compañía, y especialmente, se protegerán a las niñas, niños y adolescentes.
“‘La tormenta’ la desata un secreto de la industria muy grave: si por causa del cigarrillo mueren 8 millones de personas cada año en el mundo, entonces las tabacaleras deben encontrar, permanentemente, nuevos clientes para suplir la demanda del producto. Estos potenciales clientes son las niñas, niños y los jóvenes, quienes son más vulnerables a la publicidad de la industria que además se valió de una abrupta bajada del precio de los vapeadores en un 400% en los últimos dos años, y de la nula regulación, facilitando el acceso a estos productos”, dijo la periodista Karen Maldonado Aldana, una de las activistas.
El Plantón por la Vida contó también con la presencia de representantes de la Fundación Anáas, la Fundación Colombiana del Corazón, la Sociedad Colombiana de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas, Red PaPaz, el Centro de Estudios en Protección Social y Economía de la Salud de la Universidad Icesi – PROESA – y la Red Internacional de Promotores ODS con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud – OPS.
Los audios del reporte del clima, que se activaron en la Plaza y en las instalaciones del Congreso fueron realizados con información basada en evidencia científica y en la experiencia de otros países, con el propósito de generar consciencia sobre el impacto de esta problemática en la salud, la economía y el medio ambiente, y dar a conocer las estrategias de la industria tabacalera para mantener su negocio.
Son más de 34 mil colombianos que mueren cada año por esta causa, y 200 enfermedades que se generan por el consumo de estos productos. El 80% de las enfermedades no transmisibles son prevenibles, controlando factores de riesgo como el tabaquismo, pero se requieren de medidas audaces para lograrlo, en su mayor parte, de políticas que no dependen del sector salud, como los impuestos.
Y no solo la salud recibe las consecuencias del tabaquismo. En términos económicos y costos sanitarios, ocasiona pérdidas por $17 billones de pesos anuales y, por otro lado, impacta al medio ambiente, específicamente ríos y seres vivos que habitan en ellos debido a las colillas de cigarrillo: solo una colilla puede contaminar mil litros de agua, es decir la cantidad de agua que necesitan 10 personas al día para vivir.
También, el humo de segunda mano perjudica a los animales de compañía porque aumenta su riesgo de enfermedades respiratorias y de cáncer.
Estas son las 10 razones que las organizaciones civiles, médicas y científicas exponen a la opinión pública, con base en evidencia científica, libre de conflicto de interés local e internacional, que respaldan la petición, a partir de una experiencia acumulada por décadas de implementación y evaluación en países tanto de ingresos altos, como medios y bajos:
- Se evitarán 445 mil muertes prematuras y 16 mil casos de muertes por exposición al humo de segunda mano.
- Se prevendrá una avalancha de cáncer en Colombia.
- Se recaudará hasta 1 billón de pesos adicionales, recursos que se pueden invertir en programas sociales y de atención a la salud.
- Se podrá lograr que un millón de personas dejen de fumar.
- Se reducirá considerablemente los 17 billones de pesos que gasta el país cada año por atención de enfermedades relacionadas con el tabaquismo y por costos en productividad.
- Se reducirá la brecha del precio del cigarrillo en Colombia frente a otros países, puesto que continúa siendo uno de los más bajos de la región.
- Se abrirán nuevas oportunidades para combatir el comercio ilícito de cigarrillos que, en el país, es moderado.
- Se protegerá a niñas, niños, adolescentes y jóvenes.
- Se evitará mayor pobreza y desigualdad.
- Se cuidará el medio ambiente.
Ayer, hasta el presidente del Congreso, Roy Barreras, estuvo de acuerdo en incluir el tabaco y los vapeadores en la reforma tributaria: “El que quiera, que se envenene, pero que pague impuestos”.
El proyecto de ley, que por ahora no incluye gravar los cigarrillos, comenzará a ser debatido hoy.