Desde hace tiempo los delincuentes les cogieron ventaja a las autoridades. Especialmente Duitama, Tunja, Sogamoso y Chiquinquirá, casi que en ese orden, registran los mayores índices de delitos de todo tipo, pero ni las autoridades parecen entender la magnitud del problema. Hoy el Comandante de la Policía Metropolitana acudirá ante el Concejo de Tunja a dar explicaciones.
Robo a apartamentos y locales comerciales, fleteo, raponazos, atracos, extorsión, intento de secuestro, asesinatos, tráfico de estupefacientes, robo de motos, etc, etc, son los hechos de los que se habla a diario ahora en pueblos y ciudades de Boyacá.
Hace tres semanas, a plena luz del día, dos jóvenes delincuentes atracaron en un barrio popular de Duitama a dos adultos mayores y a uno de ellos le propinaron heridas con arma cortopunzante que le provocaron la muerte; en esos mismos días un delincuente que estaba robando en el parque de El Carmen, en el centro de Duitama, tuvo que salir corriendo y terminó metido en el edificio municipal hasta donde lo persiguieron varios ciudadanos que parecían dispuestos a lincharlo; el fin de semana pasado un vehículo con tres individuos ingreso al conjunto de casas Rincón de La Pradera, en el norte de Tunja. Al rato salió sin los dos acompañantes y, más tarde, los residentes se percataron que se habían llevado varias pertenencias, entre otras dos bicicletas avaluadas en 20 millones de pesos. Lo que se corroboró en cámaras es que las dos personas que se quedaron dentro del conjunto estaban vestidas deportivamente, con morrales y salieron montadas en las bicicletas sin que el conserje se percatara del robo.
En Duitama, igualmente, dos delincuentes despojaron de sus pertenencias a estudiantes de un plantel educativo de la ciudad cuando ellas salías de clases. Los ladrones salieron corriendo y no hubo policía ni se produjo la reacción de alguien. Simplemente no hubo nada qué hacer.
También hubo robos el fin de semana en casas de Villas del Lago, en el norte de Tunja; y, cerca a Makro, dos individuos que se movilizaban en una moto intentaron atracar, a plena luz del día, a un hombre que acababa de retirar dinero de un banco.
Los vecinos del norte de Tunja también se quejan de que personas extrañas merodean el sector y se acercan a entablar conversaciones y al parecer a ofrecer algún tipo de bebidas a los estudiantes. “De esto las autoridades ya tienen conocimiento, pero nos corresponde concientizarnos del alto grado de inseguridad que estamos viviendo y que demanda de la solidaridad de cada uno de nosotros”, dicen en mensajes de Whats App.
Una ciudadana chiquinquireña denunció que los ladrones caminan tranquilamente por las calles céntricas, casi siempre escoltados por compinches en motocicleta y las autoridades no reaccionan.
Las quejas y denuncias, pero también las acciones delictivas ocurren a diario y los ciudadanos no saben qué hacer, a quién acudir.
Ni los policías ni los soldados, cuando los sacan a la calle a ayudar a patrullar, no saben cómo actuar.
El aumento en los delitos, la percepción de inseguridad en todo Boyacá y los antecedentes de abuso de autoridad durante las protestas han distanciado a los ciudadanos de la institución. El panorama aumenta los cuestionamientos sobre las medidas de alcaldes, secretarios de Gobierno y comandantes de Policía para contener la criminalidad.
Según el profesor Jacinto Pineda Jiménez, docente de la ESAP y columnista de EL DIARIO, Boyacá presentó en el 2021 las cifras más altas en los últimos doce años de muertes violentas. Alarmante crecimiento de suicidios, registró el más alto desde que Medicina Legal hace seguimiento. La violencia sexual aumentó en el 32,6 por ciento, entre el 2020 a 2021.
Las muertes violentas en Boyacá durante el año 2021 registraron un aumento, de acuerdo con las cifras preliminares entregadas por el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses (IMLCF). Los casos evidencian que los homicidios, suicidios, muertes en accidentes de tránsito y accidentales presentaron un incremento, lo cual llevó al registro de las cifras más altas en los últimos 12 años.
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De igual manera desde que Medicina Legal lleva registros departamentales, los datos de suicidios son los más altos. Hay un panorama preocupante, las pérdidas de vidas humanas son un problema de salud pública, pero a la vez evidencia los conflictos sociales, de salud mental, económicos propios de un presente que, aunque con signos de recuperación en el 2021, también refleja los problemas públicos y disparidades en los cuales camina la reactivación. Precisar que Boyacá presenta un incremento inferior al del país en los hechos de violencia.
En Colombia las muertes violentas en el año 2021 tuvieron un incremento del 17,34 por ciento con relación al 2020, al pasar de 22.229 casos a 26.086; ahora en el caso de Boyacá el aumento es de 11,92 por ciento.
El factor determinante de las muertes violentas en Boyacá fue el homicidio hasta el 2010, luego de este año los accidentes de tránsito se convirtieron en el motor del indicador, siendo en el 2021 el factor con mayor peso al aumentar el 22,3 por ciento. 230 personas murieron en accidentes de tránsito durante el 2021, de los cuales 83,48 por ciento de las víctimas eran hombres además 14 muertes afectaron menores de edad.
Tunja con 59 hechos es el municipio de mayor número de muertes violentas, le siguen Sogamoso con 37, Duitama con 36 y Puerto Boyacá con 23. De igual manera Tunja con 9 homicidios es la ciudad con mayor frecuencia de casos igual que Puerto Boyacá y seguidos por Duitama con 7. Tunja con 29 muertes es la de mayor número de casos en accidente de tránsito, seguida por Sogamoso con 21 y Duitama 15. Hay una Colombia que debe repensarse este escenario, pues fueron los homicidios los que impulsaron el incremento, 1,706 más que en el 2020. “La criminalidad no puede ser nuestro futuro”, dice Jacinto Pineda.
Desde que Medicina Legal, 2004, hace seguimiento a través de las estadísticas del suicidio no presentaba en Boyacá un número tan alto de casos. El suicidio más allá de las circunstancias individuales es un problema publico asociado, en ocasiones, a factores de salud mental. Las vivencias de la pandemia han exacerbado el estrés, el miedo, la ansiedad, la pérdida de confianza en el futuro, el temor a ser contagiado y otras. Son tiempos de compresión, de ver el mundo a través de los ojos de los afectados por la pandemia.
Frente a las violencias no fatales, señalar el incremento de la violencia sexual en Boyacá, en el 2021 se registraron 602 casos, un incremento del 32,6 por ciento con relación al 2020 pero menor al 2019, una cifra muy dolorosa por las implicaciones para las víctimas. El 58.8 por ciento de las víctimas son menores de 15 años; 38 casos las afectadas menores de 5 años. El 90,36 por ciento las víctimas son mujeres y atención con esta cifra, el 15,5% de los niños víctimas de presunto delito sexual son menores entre 0 a 4 años.
Hoy, en un debate que está previsto para la 9 de la mañana en el Concejo Municipal de Tunja, con presencia del coronel Yesid bello Cubides, comandante de la Policía Metropolitana, tal vez se conozcan las cifras de violencia y delincuencia del 2022 en la capital de Boyacá y los municipios vecinos.
Pero las preguntas para la institución y las autoridades van más allá: ¿qué se debe hacer para ajustar el rumbo? ¿para proteger a los ciudadanos? Para detener y sancionar a los delincuentes?
Lo cierto es que nunca antes la población se había sentido tan vulnerable como lo que está ocurriendo actualmente.