Luego de varios años de gestiones buscando su ingreso a la OCDE, por fin Colombia se convertirá en uno de los 37 países que hacen parte de esta organización.
Con bombos y platillos ha anunciado el Gobierno Nacional el ingreso de Colombia a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Economícos (OCDE), ingreso que se firmará el próximo 30 de mayo en un acuerdo de acceso.
Fueron varios años en los que Colombia busco ajustarse en materia de leyes, decretos, regulaciones y códigos, para cumplir con los lineamientos y filosofía de la organización.
El ingreso de Colombia a la OCDe es interpretado de forma positiva, ya que los países pertenecientes a esta organización deben mantener altos estándares de calidad en diferentes frentes para así garantizar el bienestar social, económico y político de sus ciudadanos.
Uno de los grandes beneficios de pertenecer a la organización es que el país tendría acceso a financiamiento con tasas de interés preferenciales; aspecto que le cae como anillo al dedo a un país en etapa de posconflicto.. También hay otros aspectos positivos como la percepción que tendrá la comunidad internacional sobre el país, ,la que tendrán las calificadoras de riesgo y los inversionistas extranjeros.
Sin embargo no todo es color de rosa. Al ser miembro activo de la organización, el gobierno tendrá que garantizar mayores estándares de calidad para sus ciudadanos, de no ser así, sería expulsada de la organización.
Las regiones también juegan un papel determinante en la pertenencia del país esta organización, ya que por pertenecer a la misma, se supone que el Gobierno deberá propender por reducir la desigualdad, por generar empleo, por crear y mantener carreteras y vías de acceso para la ciudadanía.
Para analizar la permanencia del país en la organización se tienen en cuenta factores como promedios de ingreso de los hogares, reducción de la desigualdad, tasa de desempleo, entre otros indicadores de buen desempeño fiscal.
