El HipHop ha demostrado ser más que un género musical en Boyacá. Es una expresión cultural que canaliza la resiliencia de una juventud que lucha por un futuro mejor. A través de sus ritmos y versos, el HipHop boyacense narra historias de superación y esperanza.
El HipHop, un movimiento cultural y musical que nació en las calles del Bronx, Nueva York, en la década de 1970, ha encontrado en Boyacá una tierra fértil para echar raíces y florecer como una poderosa herramienta de expresión y resiliencia. Este departamento, conocido por sus paisajes montañosos y su rica historia, también es hogar de una juventud vibrante que ha adoptado el HipHop como una forma de enfrentar y superar las adversidades.
Boyacá, con sus profundas brechas socioeconómicas y desafíos estructurales, ha visto cómo el HipHop se convierte en una plataforma para la juventud.
El HipHop a través de sus cuatro pilares que son el rap, el grafiti, el breakdance y el DJing, permite a los jóvenes de Boyacá narrar sus historias, exponer sus realidades y, lo más importante, encontrar una salida a la marginalidad y la violencia que suele ofrecer la cotidianidad.
Transformación social a través del HipHop
En la ciudad de Tunja, colectivos como Kill your Boss han emergido como espacios de resistencia y transformación social. Según un estudio del Observatorio de Cultura Urbana de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, estos colectivos no solo promueven el arte y la cultura, sino que también funcionan como redes de apoyo para jóvenes en situación de vulnerabilidad. «El HipHop en Boyacá ha permitido que los jóvenes encuentren un sentido de pertenencia y una identidad común, alejándolos de la violencia y el crimen,» señala el estudio.
Funcionan como redes de apoyo para jóvenes en situación de vulnerabilidad
Estos espacios no solo son centros de expresión artística, sino también puntos de encuentro comunitario donde se forjan lazos y se crean oportunidades. El HipHop se convierte en una herramienta de convivencia social, donde las diferencias se rapean en un ritmo común y un propósito compartido. En estos colectivos, los jóvenes encuentran mentores y amigos, construyendo un apoyo que es esencial para su desarrollo personal y profesional.
HipHop y educación: una herramienta poderosa
El HipHop ha servido como una herramienta educativa. En algunos municipios de Boyacá, las letras de rap se han utilizado en talleres y programas educativos para abordar temas como la paz, los derechos humanos y la convivencia. Según un informe de la Fundación Mi Sangre, fundada por el músico Juanes, «El HipHop ofrece a los jóvenes una voz poderosa para contar sus historias y desafiar las narrativas negativas que a menudo los rodean. A través de la música y el arte, están construyendo comunidades más fuertes y resilientes».
Estos programas educativos utilizan el HipHop para enseñar habilidades de vida y promover valores positivos. Las letras de las canciones se convierten en lecciones sobre respeto, tolerancia y empoderamiento. Los jóvenes participan activamente en la creación de estas canciones, lo que les permite desarrollar su creatividad y expresar sus pensamientos y sentimientos de una manera constructiva. Además, el proceso de creación musical fomenta el trabajo en equipo y la colaboración, habilidades esenciales para cualquier ámbito de la vida.
Historias de resiliencia y superación
La resiliencia que el HipHop ha fomentado en Boyacá es notable. Jóvenes que crecieron en ambientes marcados por la pobreza y la exclusión social ahora se destacan como artistas, educadores y líderes comunitarios. Su música no solo refleja sus luchas personales, sino que también inspira a otros a seguir adelante a pesar de las adversidades. En barrios y escuelas, los ritmos del rap y los movimientos del breakdance se han convertido en símbolos de esperanza y cambio.
«Me dio una voz y una manera de transformar mi realidad»
Tomemos el ejemplo de Santiago, un joven de Sogamoso que encontró en el HipHop una salida a un entorno de violencia. A través del rap, Santiago canalizó su ira y frustración en letras poderosas que narran su vida en las calles. Hoy es un artista reconocido en la escena local y un mentor para otros jóvenes que enfrentan situaciones similares. «El HipHop me salvó la vida,» dice Santiago A.K.A Kitt K. «Me dio una voz y una manera de transformar mi realidad».
El futuro del HipHop en Boyacá
El HipHop es una forma de resistencia. En Boyacá esta resistencia se manifiesta en la perseverancia y el espíritu de sus jóvenes artistas. La cultura HipHop ha transformado vidas, ha derribado barreras y ha abierto nuevas posibilidades para aquellos que alguna vez sintieron que no tenían voz.
El futuro del HipHop en Boyacá parece prometedor. Con el apoyo de instituciones educativas, organizaciones no gubernamentales y colectivos comunitarios, este movimiento cultural seguirá creciendo y expandiéndose. La clave estará en mantener y fortalecer estos espacios de expresión y apoyo, asegurando que más jóvenes tengan la oportunidad de beneficiarse del poder transformador del HipHop.
Este texto hace parte de un trabajo final de estudiantes de sexto semestre de Comunicación Social de la Universidad de Boyacá, y luego pasó por el consejo de redacción de EL DIARIO.
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